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Yo quiero ser como Jacques Cousteau

Deje de soñar. Meterse en la piel de Jacques Cousteau o de Félix Rodríguez de la Fuente ya es posible. El turismo científico se está haciendo un hueco en España. A diferencia de otros países, como EE UU o Canadá, la actividad aquí todavía es incipiente, pero la fórmula “es muy eficaz”, aseguran en KAI Expeditions, empresa española especializada en el medio marino. El viajero participa activamente en una expedición científica integrada por investigadores cuyo objetivo es la conservación de la biodiversidad marina.

Esta compañía es una de las primeras que ha dado el paso para profesionalizar este sector, hasta ahora dominado por las ONG. Una aventura que comenzó hace tres años y que ha enganchado tanto a turistas españoles como extranjeros. Y es que, como ha explicado una de sus fundadoras, Ana Tejedor, “más allá del sol y playa y los chiringuitos de Andalucía se encuentra una de las regiones del mundo con más delfines y tortugas marinas”. Todo un privilegio aún por explotar.

Siete días de travesía duran las expediciones por el Mediterráneo, mar de Alborán, Baleares (Mallorca, Menorca, Formentera...), pero también en otros destinos más alejados, como Malta. Un proyecto, cofinanciado por la Comisión Europea, que este año será objeto de 10 salidas para el estudio de la tortuga caguama y el delfín modular.

Uno de los atractivos de esta actividad es que los turistas participan en la identificación de áreas protegidas para delfines, ballenas y tortugas; el estudio del comportamiento, censos visuales y acústicos, en la elaboración de catálogos de identificación de las especies (forma de las aletas, manchas, etc.), así como en tareas más complejas, como los estudios de marcaje. También colaboran implantando transmisores satelitales en las especies, que recogen las pautas de migración y alimentación.

Personas de entre 30 y 70 años, con ansias de experiencias vitales diferentes e interesadas en la biodiversidad, definen a estos turistas, que participan también en las rutinas de la vida a bordo (guardias de navegación, la cocina, etc.). Además, los turistas (ocho por expedición) se codearán con científicos de National Geographic o de la Agencia de Océanos y Atmósfera de EE UU, entre otros, además de disfrutar del buceo y de enclaves costeros, patrimonio cultural del Mediterráneo. Todo por 950 euros.

Wildwatchingspain es otra de las empresas que ha apostado por este turismo. Con menos de dos años de vida, esta agencia de viajes está especializada en especies como el lobo de la montaña de Riaño (León), el oso pardo (Cordillera Cantábrica) o el urogallo (Pirineos). “Son safaris a la española”, dice Luis Frechilla, uno de los socios.

Las excursiones son de un día, fin de semana y de una semana para los visitantes extranjeros, un segmento donde se prevé un fuerte crecimiento en el futuro si se mira a países como Inglaterra, donde existe una treintena de agencias de este tipo. De hecho, según Frechilla, agencias de Inglaterra y Alemania ya han comenzado a enviar turistas.

En Riaño, las expediciones en busca del lobo se desarrollan al amanecer, a más de 1.600 metros de altura, en zonas alejadas de las poblaciones. Los turistas pueden estudiar su conducta salvaje a 150 metros de distancia. En el caso del oso, la empresa tiene un convenio de colaboración con la Fundación Oso Pardo. La apuesta más novedosa de esta agencia es el estudio del urogallo. Las salidas incluyen una noche en la alta montaña y a partir de mayo, gracias a un convenio con el Valle de Arán, Wildwatchingspain podrá usar un cantadero para la observación, algo que de momento solo es posible en Noruega o Escocia. Las salidas de dos días cuestan 160 euros.

En Spainbirds Nature Tours el objetivo son las aves. Aunque empezó a operar en 1999 como agencia de servicios turísticos, hace tres años se transformó en la primera agencia ornitológica española. Su principal mercado es el local, pero su dueño, Santiago Villas, asegura que cada vez reciben más visitantes extranjeros, de EE UU y Reino Unido, principalmente. Especies como la avutarda, el buitre negro, el águila imperial y el quebrantahuesos son las más demandadas. Las expediciones para extranjeros duran de una a dos semanas y la agencia muestra el ecosistema y las aves autóctonas. Picos de Europa, Pirineos o delta del Ebro son algunos de los destinos domésticos más habituales, pero también desarrolla expediciones internacionales a Marruecos, Escocia, Noruega y Gambia, e itinerarios personalizados. El fin de semana cuesta 120 euros.

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