En busca del flotador que proteja de la tormenta a Catalunya Banc
Crear un holding con Bankia y Catalunya Banc cambiaría las condiciones aprobadas por Europa Goirigolzarri prefiere no asumir más funciones, pero si el Gobierno le pìde que encabece la banca pública lo hará
Comprobar que no hay ningún interés de la banca nacional, y menos de la extranjera, por adquirir Catalunya Banc sin ayudas ha sido un duro golpe para el Gobierno en general y para el Ministerio de Economía en particular.
El hecho de que ya hasta los propios banqueros incluido el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, se atrevan a decir en público lo que Joaquín Almunia, comisario europeo de la Compentencia, lleva meses insistiendo, que difícilmente se van a devolver las ayudas públicas concedidas a la banca, supone un jarro de agua fría para el Gobierno.
Solo el entusiasmo de Gorigolzarri declarando que Bankia –una entidad sistémica que ha sido el detonante de la petición de ayudas a Europa para el sector–, puede devolver el dinero prestado para que su salvamento no cueste ni un euro al contribuyente han salvado los muebles de la quinta..., ¿sexta? o ¿será décima parte de la reforma financiera?. He perdido la cuenta.
El banquero vasco, pese a todo, lo tiene muy muy complicado. BFA-Bankia perdió el pasado año 21.238 millones de euros –este año piensa ganar ya 800 millones–, 15.000 millones en depósitos y cuenta con unas ayudas públicas que superan los 22.500 millones, y su morosidad se eleva al 13%, aún tras haber traspasado activos inmobiliarios por 22.317 millones a Sareb. Además, debe convencer a los 350.000 pequeños accionistas que no vendan sus títulos cuando en un mes o dos vean que cada título de Bankia vale solo 1 céntimo por imperativo de Bruselas cuando los compraron a 3,75 euros en julio de 2011.
A ello hay que sumar que aún queda pendiente el canje y los arbitrajes de las participaciones preferentes y deuda subordinada de unos 80.000 pequeños inversores que tienen atrapados unos 5.500 millones de euros.
Todo un variopinto elenco de escollos que Goirigolzarri está dispuesto a superar y llevar a Bankia en solo dos años a ser rentable y dar dividendo. Y por si fuera poco, ahora el Gobierno baraja que la matriz de Bankia, BFA, pueda ser la cabecera de un holding del que cuelguen la propia Bankia y Catalunya Banc, con el ex BBVA como presidente. Todo un lío si se tiene en cuenta además, que la firma catalana seguirá teniendo números rojos este año. En 2012 perdió entre 11.000 millones y 12.000 millones y ha recibido 12.050 millones en ayudas con un tamaño muy inferior a Bankia. Su balance no supera los 77.000 millones de euros, mientras que el de Bankia suma 282.310 millones.
La maniobra de Economía podría dispersar la atención de Goirigolzarri, lo que no conviene en un momento en el que Bankia necesita todo el esfuerzo posible y más para lograr su recuperación. Pero hay un inconveniente mayor. Burselas. Y es que la creación de un holding para gestionar la banca pública debe contar con la aprobación de Europa, que es al final quien ha prestado los fondos para sanear la banca española. Unos 42.000 millones de euros.
El proyecto del Gobierno supondría dar un giro a los term sheet o pliego de condiciones firmados por el estado español y los bancos nacionalizados.
“Sería un proceso nuevo y complicado”, señala un experto conocedor de las negociaciones que se mantienen con Bruselas. Y añade que habría que negociar con la troika –BCE, CE y FMI– “de nuevo”.
Por ello, lo más sencillo será llegar a un acuerdo amplio de colaboración entre Bankia y Catalunya Banc. Un acuerdo comercial, como ha insistido en alguna que otra ocasión el director general del FROB, Antonio Carrascosa. El presidente de Catalunya Banc, Adolf Todó, recordó a su plantilla el jueves que la operación para el futuro de la entidad hubiera sido que hubiera salido adelante la subasta.
Otro problema de una banca pública, algo que parecía enterrado ya en los anales de la historia del sistema financiero español, es la de su gobernanza. Y es que el Gobierno de turno en el poder siempre tendría la tentación de sentar en este grupo a su candidato, algo que recuerda a uno de los problemas que ha llevado a las cajas donde están ahora, en vías de desaparición.
Este es, de hecho, uno de los escollos que encuentra el secretario general de Comfia CC OO, José María Martínez, en la reinvención de la banca pública. “A quién se colocaría de presidente,¿al compañero de pupitre del colegio?. Cada Gobierno querría sentar a su persona de confianza, que puede se que sea más político que banquero”, declara.
Goirigolzarri asegura mientras que no ha recibido ninguna llamada de Economía ni del Gobierno, FROB o Banco de España para que presida un teórico holding público. Adolf Todó tampoco conoce el proyecto. José María Castellano, presidente de Novagalicia, entidad que inicialmente no estaría incluido en el plan de colaboración, pero, como dicen, nunca se sabe, tampoco ha oido hablar de crear nada similar a un banco público.
Y mientras vuelve el rumor de que la Generalitat intenta que Catalunya Banc siga en la órbita catalana. Banco Sabadell sigue siendo el referente del Gobierno de Artur Mas para esta más que hipotética operación si la decisión es retrasar su subasta un año.