Moody´s detecta en la banca 200.000 millones de crédito al ladrillo sin catalogar
El Banco de España cambió en 2011 su cálculo por uno “más ajustado” . Moody´s valora "a quién" se da el crédito, el supervisor "para qué" se da. Los 200.000 millones no estarían saneados ni se han traspasado al banco malo.
El duro sacrificio de saneamientos protagonizado por la banca española durante el pasado ejercicio podría no haber bastado para conjurar al fantasma del ladrillo. Los analistas de la agencia de calificación Moody´s estiman que el sector acumula unos 200.000 millones de euros en riesgo inmobiliario que el Banco de España no tiene reconocidos como tal, por lo que no habrían sido dotados ni traspasados al banco malo.
“Nosotros hacemos una catalogación diferente del riesgo inmobiliario, frente a la que realizan los bancos, sobre el estado de distribución del riesgo crediticio”, avanza Alberto Postigo, vicepresidente y analista senior del sector financiero en Moody´s, quien explica que mientras el Banco de España “toma como referencia la finalidad del préstamo, en Moody´s atendemos al criterio CNAE”. Las siglas hacen referencia a la Clasificación Nacional de Actividades Económicas, el criterio que utiliza habitualmente el Instituto Nacional de Estadística (INE), por ejemplo, al catalogar la actividad empresarial de las compañías o de los trabajadores adscritos a estas. Así, Moody´s, que mide el riesgo crediticio controlando “a quién” se presta, incluye como exposición al ladrillo los préstamos dirigidos a dos de los 21 sectores recogidas en CNAE: “construcción” y “actividades inmobiliarias”. El Banco de España, por su parte, mide el riesgo valorando “para qué” es el crédito.
La diferencia, ilustran desde la agencia, es que ante un préstamo concedido a una promotora para la compra de camiones, el supervisor financiero español no lo catalogaría como riesgo inmobiliario, dado que su finalidad no es la construcción de un edificio, pero la agencia sí que lo haría porque esta es la actividad principal de la empresa que solicita el crédito. La diferencia no es baladí.
El montante mal catalogado no está saneado ni pasado a Sareb
“Con datos a cierre del 2011, los préstamos a empresas en los sectores de construcción e inmobiliaria totalizaban casi 400.000 millones de euros, a los cuales hay que añadir las propiedades inmobiliarias que los bancos mantienen en sus balances, que totalizan aproximadamente 100.000 millones. Esta cifra hay que compararla con los aproximadamente 300.000 millones de activos inmobiliarios que fueron objeto de saneamiento a lo largo del 2012”, revela Postigo. Es decir, habría 200.000 millones de euros en créditos que no habrían sido reconocidos, ni provisionados, como riesgo promotor. “Lo que no se haya catalogado como inmobiliario tampoco habrá pasado al banco malo”, añade el analista.
Desde el Banco de España atribuyen esta fuerte disparidad en los resultados al cambio metodológico que el supervisor financiero aprobó en 2011. “Antes las estadísticas estaban infladas”, aseguran fuentes del Banco de España, que sostienen que una empresa constructora o inmobiliaria puede desarrollar a su vez otras actividades para las que requiera crédito y que este no debe etiquetarse como exposición al ladrillo. “Lo que había es una parte de crédito mal clasificado como inmobiliario, lo que clasificamos ahora es inmobiliario sin lugar a dudas”, concluyen desde el supervisor.
El dictamen de la agencia
Más capital requerido. “Mientras la economía no dé señales de mejora y la morosidad siga creciendo, la situación de las entidades seguirá siendo delicada por lo que no podemos descartar necesidades de capital adicionales”, aduce María Cabanyes vicepresidenta senior de Moody´s.
Riesgo no inmobiliario: Cabanyes estima que aparte del riesgo inmobiliario existen carteras crediticias que podrían exigir nuevos saneamientos.
Dinero del rescate: La analista considera que lo que resta de los 100.000 millones de euros del rescate bancario es una vía para recapitalizar las entidaes que no puedan hacerlo solas.
Un ajuste de 80.000 millones
Lo cierto es que, solo para las cajas de ahorros, dicho cambio metodológico supuso un descenso automático de 76.000 millones de euros en la cifra de exposición inmobiliaria frente a la registrada el julio anterior. Un cambio que el supervisor justifica por “el proceso de transparencia que se ha venido realizando progresivamente desde aquella fecha entre las entidades y el Banco de España para utilizar criterios más estrictos de imputación a cada una de las carteras, de tal forma que sean más ajustados a la realidad del riesgo y a la naturaleza de la operación y del cliente”. El proceso, detalla, supuso reetiquetar unos 27.000 millones como “construcción civil y obra pública”, 16.000 millones como crédito “a grandes empresas con garantía inmobiliaria” o 33.000 millones en préstamos para “pymes con garantía inmobiliaria”.
Tanto el Banco de España como Moody´s afirman que su sistema es mejor y que seguirán usándolo. Quien dicta las normas a la banca y quien le pone nota seguirán midiendo con distintas reglas.