Bruselas urge a formar gobierno y cumplir con los recortes prometidos
La Comisión Europea advierte a socialistas y populares que el próximo Ejecutivo deberá seguir con el programa de reformas iniciado por Mario Monti.
Deprisa y sin pausa. "Confiamos en que Italia pueda formar cuanto antes un gobierno estable capaz de proseguir con la imprescindible agenda de reformas iniciada por el Ejecutivo anterior". Así de tajante se mostró ayer el portavoz oficial de la Comisión Europea tras unas elecciones en el país transalpino (celebradas el 24 y 25 de febrero) que han dado la victoria a la coalición de izquierdas liderada por el socialista Pier Luigi Bersani, pero sin una mayoría suficiente para gobernar en solitario o con la ayuda de los centristas de Mario Monti.
Bersani anunció que intentará formar un Ejecutivo "por el cambio" y "para servir al país". Pero durante su primera comparecencia en público, más de 24 horas después del cierre de las urnas (a las 15:00 de lunes), no concretó qué fórmula de alianzas planteará para evitar la temida repetición de los comicios.
Berlusconi, por su parte, también descartó el regresó a las urnas y negó que "esta Italia sea ingobernable". El magnate, políticamente resucitado, ofreció "sacrificios por el bien del país", en lo que se interpreta como una oferta para formar una gran coalición entre sus fuerzas y las de Bersani, sin contar para nada con Monti.
El programa del nuevo Gobierno intentaría suavizar el ritmo de los ajustes exigidos por Bruselas, a la vista del castigo sufrido por las opciones más europeístas (Monti quedó en cuarto lugar con el 10% de los votos y el Partido Democrático de Bersani perdió siete millones de votos en relación con los comicios anteriores en 2008) y el éxito del cómico Beppe Grillo, cuyo Movimiento 5 Estrellas, partidario de abandonar el euro, se convirtió en la formación más votada con un 25% de apoyo electoral.
Pero el mensaje de Bruselas a la caótica Italia dejó claro ayer que Roma no puede esperar, al menos de momento, ninguna señal de comprensión por parte del resto de capitales comunitarias. Y que la Comisión no quiere darse por aludida. "La Comisión no se dedica a hacer análisis electorales ni a decir quién ha ganado o quién ha perdido", señaló el organismo comunitario. "Pero Italia", añadió, "ha adquirido unos compromisos en cuanto a reducción del déficit, reducción de la deuda y puesta en marcha de reformas económicas para mejorar su competitividad".
Y por si había alguna duda, el portavoz de José Manuel Barroso, presidente de la CE, recordó que "esos compromisos con el resto de Estados de la zona euro siguen vigentes y esperamos que Italia los cumpla".
Italia se comprometió a reducir el déficit por debajo del 3% en 2012, objetivo que parece haber cumplido. Pero también a contener y reducir la deuda pública (que, según las últimas previsiones de la CE, ascenderá este año al 128% del PIB); a reformar el mercado laboral, para reducir el paro juvenil (29%) y aumentar la tasa de empleo femenino (46,5%, 12 puntos menos que la media comunitaria); y a combatir la evasión fiscal, entre otras medidas.
Esos planes parecían haber recibido un impulso bajo el gobierno tecnocrático de Mario Monti, que en noviembre de 2011 asumió el poder tras la caída del Ejecutivo presidido por Berlusconi. Pero a finales de 2012, Il Cavalieri retiró el apoyo a su antiguo protegido (Monti entró en política cuando Berlusconi le propuso como comisario europeo en 1999) y obligó a convocar las elecciones celebradas esta semana.
Para colmo, Berlusconi, que había anunciado su pase a la "reserva "política, regresó a finales de 2012 para liberar de nuevo la campaña del PDL (Popolo da Libertade y los 11 partidos asociados a su coalición). "Tan pronto como Berlusconi se puso en marcha de nuevo, acabó con la estrategia de convertir a Monti en el referente de la estabilidad", admitía ayer el eurodiputado español del Partido Popular, Luis de Grandes.
Bruselas no oculta su malestar ante este desenlace, aunque nadie parece asumir la responsabilidad del fiasco.
El Partido Popular Europeo, que arropó la candidatura de Monti a pesar de que Berlusconi es uno de sus socios, ayer guardaba silencio y ni siquiera se molestó, como suele ser habitual, en felicitar al magnate italiano por los excelentes resultados obtenidos por su coalición conservadora. Fuentes del grupo aseguraban que "el PPE se mojó y dejó claro [a Berlusconi] lo que deseaba, pero no podíamos obligarle a retirarse".
La Comisión también se negó a admitir cualquier duda sobre las recetas económicas dictadas a Italia y otros países y aseguró que van en la buena dirección. "Nunca dijimos que esas reformas fueran a traer la felicidad y el pleno empleo en seis meses", señaló un portavoz de la CE. "En 15 meses [de Gobierno Monti] no ha dado tiempo a que se vieran los resultados", añadió como si los 8,6 millones de votos de Grillo no fueran el resultado más visible de ese período.