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Entrevista a Joaquín Estévez, presidente de Sedisa

"Hay que 'empresarizar' los hospitales"

Aboga por centros sanitarios más flexibles en la compra y contratación Lamenta la falta de transparencia del Sistema Nacional de Salud respecto a resultados

Joaquín Estévez, presidente de Sedisa
Joaquín Estévez, presidente de Sedisa
Alfonso Simón Ruiz

Hasta hoy se celebra en Bilbao el 18 Congreso Nacional de Hospitales, que reúne cada dos años a responsables de centros sanitarios públicos y privados. El encuentro cuenta en esta ocasión con 1.200 directivos y 800 proveedores de la industria farmacéutica y de la tecnología sanitaria en un momento clave de recortes. Joaquín Estévez (Salamanca, 1956), exgerente de hospitales, es el presidente de Sedisa (Sociedad Española de Directivos de Salud), una de las entidades organizadoras de la asamblea.

Pregunta. ¿Cómo están afectando los recortes a la atención hospitalaria?

Respuesta. Se están haciendo recortes a veces necesarios y a veces discutibles para disminuir las ineficiencias del sistema, lo que muchos llaman quitar la grasa. Hay costes estructurales y organizativos que en época de bonanza no se han ajustado y que ahora se hace por la vía del decreto ley. Se están tomando medidas cortoplacistas. Falta un plan estratégico a medio y largo plazo de hacia dónde debe ir la sanidad. Falta un pacto de Estado. El pacto de Toledo que se hizo con las pensiones no se ha hecho con la sanidad, en el que las fuerzas políticas, sindicales, asociaciones de pacientes y colectivos profesionales puedan opinar y los ciudadanos decidamos hacia dónde debe ir el sistema. Falta que se dialogue para saber hacia dónde va el sistema y qué catálogo de prestaciones podemos pagar. Tenemos un gran sistema sanitario, pero para sostenerlo no basta con meter la tijera.

"No se están introduciendo nuevos fármacos”

Cuestionado sobre cómo afecta el ajuste de gasto, responde que los recortes presupuestarios provoca “que no se esté invirtiendo en tecnologías y a veces ni en reposición de las que ya existen”. Y avisa: “En ocasiones no se están introduciendo en las guías farmacoterapéuticas de los hospitales nuevos fármacos aunque puedan tener eficacia terapéutica. La Agencia del Medicamento autoriza los fármacos pero luego los hospitales evitan su adquisición por los recortes presupuestarios”.

 

Asegura que es difícil saber cómo está afectando la austeridad a los pacientes. “No hay transparencia y medición objetiva de resultados. Las listas de espera han aumentado, pero todavía no sabemos si la crisis ha afectado en patologías que son vitales, en urgencias o crónicas por graves. No sabemos si por disminuir el acceso a los tratamientos o por aumentar el tiempo de espera hay peores resultados en salud”.

 

¿Y los gerentes tienen miedo a no cumplir con los ajustes? “No, no hay miedo. Es que no hay dinero para pagar. Hay comunidades que llevan deuda acumulada desde el año pasado, 5.000 millones desde los últimos 13 meses en pago a proveedores en farmacia y tecnología sanitaria”. Prefiere no decir qué comunidades autónomas pagan peor, pero sí que las más saneadas son País Vasco, Navarra, Extremadura y Castilla y León. Sobre una posible discriminación en el acceso a la salud según la región, cree que hay una buena atención en todas. “Tal vez hay pruebas de alta tecnología que no existan en alguna comunidad pero se atiende a los pacientes en las grandes ciudades”

P. ¿Cómo se hace sostenible?

r. Aumentando la eficiencia, hacer más con menos, buscar la competitividad entre centros, asignar un pago capitativo por habitante y año para que cada área de salud tenga una cantidad con la que deban soportar el gasto.

P. El modelo concesional de Alzira, pero para todos los hospitales...

r. Sí. No apostamos por ningún modelo en concreto. Son todos buenos siempre y cuando se lleve a efecto que el hospital sea una empresa de servicios sanitarios que tenga beneficios. En este caso el beneficio no es el económico, sino en salud. Se deben eliminar los mecanismos rígidos en contratación de personas y en compra de productos e ir a unos mecanismos más flexibles. Hay que empresarizar los hospitales.

P. ¿Y cómo se cambia?

r. Modificando la legislación y la política de recursos humanos. Los políticos y los sindicatos se deben dar cuenta de que la sanidad no debe ser una agencia de colocación del sindicato de turno, sino que se debe contratar al mejor. Los profesionales no pueden tener unas retribuciones fijas del 100%, sino una parte variable por resultados, que se pueda pagar según la productividad.

P. Esto no es nuevo. Llevamos 20 años con este debate. ¿Por qué nadie ha tomado la decisión de cambiarlo?

r. Por inmovilismo. Y porque hay intereses creados sobre la lógica de hacer eficientes los centros sanitarios. Se pacta una retribución por objetivos en un hospital pero al final las consejerías y las centrales sindicales, por la paz social, pactan pagar a todo el mundo igual, que no haya salarios discriminatorios por rendimientos y productividad.

P. ¿Quién tiene intereses creados?

r. La inercia del sistema y la tendencia a la funcionarización de las centrales sindicales y de la Administración. En muchas comunidades hay equipos politico-administrativos poco profesionales. Lo que nosotros defendemos a ultranza es la profesionalización de la gestión de los centros sanitarios. En algunos hospitales todavía hay directivos políticos.

P. ¿Cuál es la solución?

r. Un pacto de expertos y un acuerdo ente comunidades autónomas y Gobierno. Tienen que estar todos los grupos de interés. Los directivos sanitarios tenemos mucho que decir.

P. ¿Los hospitales están quebrados?

r. Si tuviesen personalidad jurídica propia estarían quebrados. La deuda se acumula en los servicios de salud.

P. Respecto a los hospitales privados, ¿son sostenibles?

r. El IDIS (Instituto para el desarrollo e integración de la Sanidad) dice que la subida del IVA les va a afectar mucho en su cuenta de resultados. El IVA puede provocar el cierre de parte de los centros. Va a seguir habiendo concentración. Las clínicas privadas pequeñas van a seguir siendo eliminadas.

“En Madrid ha faltado la voz del profesional”

P. ¿Cómo valora la privatización de parte de los hospitales públicos de Madrid?

R. No estamos ni a favor ni en contra. Hemos pedido que se pongan sobre la mesa determinados modelos y se evalúen resultados. Para nosotros, como pensamos que el actual modelo está caduco, sabemos que los grandes hospitales de Madrid son ineficientes. Estamos a favor de las medidas que puedan flexibilizar la gestión. Se habla poco de que en Andalucía en el año 1995 se crearon muchas empresas públicas para gestionar los hospitales y hay datos que indican que son más eficaces porque tiene mayor flexibilidad y menor burocracia.

P. Los profesionales se quejan de que se ha tomado una decisión sin contar con ellos y sin que el gobierno regional aporte datos concretos de eficacia. ¿Por qué no se ofrecen los datos?

R. Porque no hay transparencia. No me refiero solo a Madrid. Me refiero al sistema. No se publican los ranking de hospitales por resultados económicos y asistenciales.

P. ¿De quién es la culpa?

R. El Ministerio perdió el papel coordinador que le otorgaba la Ley General de Sanidad y las comunidades evitan dar datos que puedan ser utilizados por la oposición.

P. ¿Ve voluntad política de llegar a un pacto?

R. No, porque sólo han hablado de un pacto entre partidos. Yo hablo de un acuerdo entre grupos de interés que representen a ciudadanos y profesionales. En el ejemplo de Madrid ha faltado la voz del profesional, que diga dónde se puede ahorrar. Hay que dar más protagonismo a los clínicos.

P. ¿Y cómo van a reclamar ese pacto?

R. Hemos elaborado documentos técnicos en los que decimos que no hay que demonizar a los diferentes modelos. No decimos que hay que privatizar ni que hay que quedarse con los hospitales de corte clásico. Decimos que el gestor tiene que tener mecanismos más ágiles de gestión.

Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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