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Efectos del alza del euro

Cómo invertir en divisas, un mercado volátil y sin tregua

Las divisas requieren atención permanente a las decisiones de los bancos centrales

Cómo invertir en divisas
Cómo invertir en divisasThinkstock

La agitación ha vuelto al mercado de divisas. Después de casi dos años de calma chicha y reducida volatilidad, la iniciativa japonesa de favorecer sus exportaciones a través de un yen más débil ha acelerado un movimiento en cadena que ha puesto en alerta al resto de bancos centrales. A esto se añade el paulatino descenso de la aversión al riesgo en la zona euro, que está permitiendo el regreso de la inversión a la divisa europea, en paralelo a la caída de las monedas que más se habían beneficiado de los estragos de la crisis de deuda soberana, como la libra esterlina.

Los equilibrios de fuerzas están cambiando mientras sube la volatilidad. Y nada como las aguas revueltas para ganar dinero en el mercado de divisas, un ámbito que exige la cualificación financiera del inversor y una probada resistencia al riesgo. "El mercado de divisas tiene sus peculiaridades. Es de lejos el mayor y más líquido del mundo, con negociación durante las 24 horas. El coste de transacción es muy bajo pero se comporta de forma diferente al mercado de bonos o acciones puesto que el precio de una divisa está siempre en relación al de otra. Y todo se mide en términos relativos y no absolutos", explica Andreas König, gestor de divisas de Pioneer Investments.

En un mercado que nunca duerme, los expertos recomiendan aproximarse a las divisas a través de fondos de inversión. "Las divisas son una opción atractiva desde el punto de vista de la diversificación y es una alternativa interesante en un entorno de bajas rentabilidades", añaden desde Pioneer.

Pese a su volatilidad, Daniel Álvarez, analista de XTB, explica también que "pocos mercados muestran tendencias tan claras como el de divisas". El riesgo está en la brusquedad de los movimientos, pero los expertos tienen ahora claras sus apuestas, solo hay que seguir el discurso de los bancos centrales, que tienen la llave de la cotización de las divisas mundiales. La expectativa para el Banco de Japón es unánime: mantendrá su política de favorecer un yen débil que aliente las exportaciones. "Creemos que el yen se depreciará aún más, aunque seguramente no lo hará a la velocidad que hemos visto en las últimas semanas", opinan en Pioneer.

Para Daniel Álvarez, aún hay recorrido para la divisa nipona, que podría debilitarse hasta los cien yenes por dólar, desde los 93 actuales. Saxo Bank se suma a las apuestas de una caída adicional. "La suerte está echada y el mercado ahora espera que el nuevo gobierno cumpla con los esfuerzos de debilitamiento del yen", apunta. Cayó el viernes casi el 1%, ante la expectativa de que la cumbre del G-20 se salde sin una sanción a la política cambiaria de Japón.

El cruce del euro y el dólar es la otra gran referencia que siguen los inversores. Mariña Malvar, asesora de cuentas de Saxo Bank, advierte de la importancia de considerar el efecto divisa a la hora de invertir en activos estadounidenses, ya sean acciones o bonos. Por ejemplo, la revalorización del S&P del 8% en los últimos seis meses se queda en nada si se tiene en cuenta la conversión en euros. Y para cubrir este riesgo, desde Saxo Bank apuntan al uso de futuros, opciones o CFDs -los denominados contratos por diferencias, que permiten sacar provecho de las fluctuaciones del precio de un activo de referencia sin necesidad de tenerlo-. Todas ellas son fórmulas con las que cubrir pérdidas si la divisa se sale de la banda de precios prevista.

El instrumento elegido dependerá del grado de apalancamiento con el que desee operar el inversor, explica Malvar. Su apuesta para el euro es de caída en los próximos doce meses hasta los 1,12 dólares. "Tendremos que ver cómo el BCE trata de recuperar el tiempo perdido en el frente de la devaluación competitiva con otros bancos centrales", añade Saxo Bank. Para TXB, el euro difícilmente bajará de los 1,30 dólares, no tanto por la inacción del BCE sino por la voluntad de la Fed de no alimentar un dólar demasiado fuerte.

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