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Rosell critica la calidad de las estadísticas en España y asegura que las cifras de paro de la EPA "no son verdad"

CEOE presiona para implantar el contrato único con indemnización por despido creciente

El presidente de CEOE, Juan Rosell, advierte al Gobierno que dada la situación del mercado laboral hay que hacer "lo que sea" para frenar la sangría del paro. Para ello, aboga por implantar un contrato único, que puede ser indefinido, pero que contemple un coste del despido creciente y pactado de antemano. "El objetivo es que la gente trabaje, aunque sea dos o tres horas al día", admite.

A punto de cumplirse un año desde que entrara en vigor la reforma laboral, el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, se resiste a hacer balance "porque no se han producido todavía suficientes procesos de despidos colectivos como para ver qué deciden mayoritariamente los jueces". Sin embargo, sí tiene claro cuáles deben ser a partir de ahora las dos líneas de actuación: "simplificar la contratación y dar una vuelta a los convenios colectivos".

En un encuentro con periodistas, el máximo representante de los empresarios volvió a insistir en una vieja reivindicación de la organización que preside y que todo apunta a que no será atendida dentro del plan de empleo juvenil que el Gobierno proyecta.

"Nuestra postura ahora es que se haga lo que sea para que la gente trabaje, aunque sea dos o tres horas. Por eso, somos partidarios de poner en marcha un contrato único, para todos igual, que no pasa nada porque sea indefinido, pero que, ante todo sea muy sencillo, muy fácil, que se resuma en tres líneas", explica Rosell. En este sentido, CEOE propone que se trate de un contrato flexible, en el que el coste del despido esté pactado y sea progresivo en función de la antigüedad. "Y aunque a nosotros no nos gusta que esté bonificado, si quieren hacerlo, que lo hagan. Lo probamos durante un año y vemos si funciona", añade.

Los empresarios se unen de este modo a la propuesta realizada por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), en la que se agrupan los conocidos como cien economistas. Este think tank defiende la implantación de un contrato único, para acabar con la dualidad que existe entre trabajadores fijos y temporales, con una indemnización gradual en función de la antigüedad que podría oscilar entre los 8 o 10 días hasta los 33 del actual contrato de fomento de la contratación indefinida. En este punto, uno de los juristas que participó en el diseño de este contrato, el profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid y consultor formativo del despacho Abdón Pedrajas & Molero, Jesús Lahera, precisa que este contrato único "contaría con toda las garantías actuales de tutela judicial efectiva". Para ello, se mantendrían las causas actuales de despido, disciplinario, económico o empresarial e improcedente, así como la nueva regulación de los ERE y la posibilidad de declarar nulo un despido que atente contra los derechos fundamentales. Si bien propone que "quizás podrían reformular algunas causas". Desde este despacho creen, además, que este contrato único debería "completarse" con contratos de interinidad, formativos y un nuevo contrato a tiempo parcial con cómputo anual de horas, que sería el que canalizaría la temporalidad. Rosell insiste en que cuando las empresas tienen problemas, lo que necesitan es que se les den soluciones y recuerda que si se confirman los síntomas de mejoría de la economía, muchas compañías podrían empezar a contratar ya.

Preguntado por qué puede suponer la puesta en marcha del plan de empleo juvenil que ultima estos días el Departamento que dirige Fátima Báñez, el presidente de la CEOE se muestra más partidario de establecer los incentivos o bonificaciones a la contratación con carácter temporal, "con pocas reglas, que sean claras y que se sepa lo que cuesta". La patronal ve bien que se ayude a los autónomos y a los nuevos emprendedores, pero recuerda que las empresas que generan más empleo, lo consolidan y además son capaces de exportar son aquellas de más de 250 empleados. Sea como fuere, en lo que no admite discusión es en reconocer que la situación del mercado laboral español es dramática, aunque pone sus peros.

Negociación colectiva

"Yo creo que las estadísticas en España son, en general, muy malas. La Encuesta de Población Activa (EPA), por ejemplo, que elabora el INE, no es verdad. Las cifras de desempleo auténticas son las del paro registrado", sentencia Rosell. Y pese a que la EPA es la única referencia oficial que Eurostat da como buena a la hora de hablar del empleo y el paro en España, Rosell insiste: "no deja de ser una encuesta con todas las limitaciones que eso supone y además considera parados a colectivos como los prejubilados que todos sabemos que no van a volver a trabajar más". Ante la evidencia de que no todos los trabajadores que se encuentran en el desempleo acaban registrándose en las oficinas del servicio público, Rosell discrepa: "prácticamente todos lo hacen y, sobre todo, si pueden cobrar algún tipo de subsidio". En este sentido, asegura que para recortar la elevada tasa de paro (que supera al 26% de la población activa), se deben poner en marcha con urgencia los mencionados cambios en la contratación y más avances en la negociación colectiva. "España debe avanzar en el empleo a tiempo parcial, que representa el 12% de los contratos, mientras en Alemania supone el 24%", apunta.

En el lado más positivo de lo que ha pasado el último año, el presidente de la patronal sitúa los logros de la negociación colectiva. "Ha habido avances, pero seguimos pensando que hay que poner los convenios patas arriba, ya que su estructura data de los 70", aclara. A este respecto, elogia los pactos suscritos en el automóvil y el comercio que, en su opinión, salvan miles de empleos y contribuyen a que las empresas se adapten a las nuevas exigencias del mercado.

"Lo que no se sostiene es que continúen existiendo salarios mínimos de entrada en algunos convenios sectoriales, que deberían destoparse, o que algunos acuerdos sigan sin permitir que se puedan realizar contratos solo de fin de semana", denuncia Rosell. La patronal es consciente de que estos asuntos se encuentran con el rechazo frontal de los sindicatos, pero apela al diálogo para poder conseguir acuerdos en los que ambas partes salgan beneficiadas. Solo así, dicen, podrá superarse la crisis.

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