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Valores olímpicos para ganar

Nadie se quiere perder los Juegos Olímpicos. Tampoco el Mundial de fútbol ni la Eurocopa. Son la mejor plataforma de aspiraciones de todo tipo: deportivas, políticas, empresariales, sociales y, por supuesto, de negocio para los inversores. Los Gobiernos se pelean por convertirse en sede organizadora de lo que sea porque es un escaparate mundial. Es fama y notoriedad en grandes cantidades: miles de empresas, de puestos de trabajo, millones en presupuestos y muchos más de inversiones que buscan ganancias.

El dinero se convierte en estas citas en un jugador más. Gestores de inversión se fijan en esta especie de El Dorado temporal: un evento deportivo que, como en el caso de unos Juegos Olímpicos, se refleja en la actividad económica del país que consigue su organización. La experiencia muestra que el índice de la Bolsa del país que acoge unos Juegos sube más que la media de otros indicadores bursátiles. La economía, medida por el producto interior bruto (PIB), recibe un punto más de crecimiento y se crean entre 200.000 puestos de trabajo (Londres 2012) y 600.000 (Pekín 2008).

Un estudio de la consultora Deloitte publicado en 2012 comprobó que en los seis meses posteriores a la celebración de los Juegos de Los Ángeles en 1984, el S&P500 ganó algo más de un 20%, mientras la media de índices mundiales de Bolsa lo hicieron un 15%. En Seúl sucedió otro tanto, aunque con una espectacular ganancia de su índice Kospi del 51%, frente a una media del resto del 16,6%. En Barcelona 1992, el Ibex 35 avanzó un 19% (la media del resto fue del 10%). Pekín 2008 fue una excepción: firmó tan solo una subida del 12%, frente a la media del 38%.

Un experto en gestión deportiva de la Universidad Complutense de Madrid señala que, si una inversión se hace bien, el evento olímpico será rentable para todos: para el organizador, para la economía del país, para los patrocinadores y, por supuesto, para los inversores. Los analistas de Bolsa son también unánimes: consideran que los grandes eventos deportivos son terreno abonado para los inversores, si se apuesta por las empresas cotizadas con negocios vinculados a la actividad deportiva.

Son apuestas de futuro, puesto que se trata de citas programadas con varios años de antelación. Es el caso de los Juegos Olímpicos de 2020, a los que aspira el Ayuntamiento de Madrid, una incógnita que se despejará el próximo septiembre. Si se confirma la capital española como sede, cerca de 3.000 empresas ya están preparadas para acudir a los concursos públicos para conseguir contratos, carga de trabajo durante siete años. Para los inversores, este evento deportivo puede dar comienzo el próximo verano.

Entre estas compañías vinculadas se encuentran casi un centenar de españolas cotizadas que se reparten entre el Mercado Continuo y el Ibex 35. Compañías pertenecientes a sectores implicados en el desarrollo olímpico: construcción y mantenimiento de parques y edificios; industria turística; empresas de telecomunicaciones, con un fuerte aumento en el uso de la telefonía móvil, y los grandes grupos de comunicación, ya que se disparan las audiencias en prensa, radio, televisión e Internet, y, por tanto, hay mayores ingresos publicitarios.

La industria hotelera suele colgar a lo largo del mes que duran unos Juegos el cartel de máxima ocupación. Las empresas dedicadas al ocio registran un mayor volumen de negocio, que llega a alcanzar tasas superiores al 50%, y los centros comerciales y de alimentación baten récords de ventas. Las casas de apuestas deportivas, las empresas de seguridad o las compañías de seguros también se benefician por el negocio deportivo.

Los analistas de Saxo Bank se muestran convencidos del impulso de los Juegos en los indicadores de los países anfitriones. Prueba de ello es el índice Hang Seng de China, que tras los Juegos de 2008 subió un 52%. Los ojos de los gestores de patrimonios se dirigen hacia las compañías que participan de un modo u otro en la realización del evento.

Así, dependiendo del país organizador, las empresas beneficiadas serán las que cuenten con mayor y mejor implantación en la ciudad o ciudades sedes de las pruebas deportivas. Sirva de ejemplo la experiencia de algunas de las empresas españolas presentes en el mercado británico que acogió los pasados Juegos Olímpicos de 2012. Se trata de cotizadas españolas como IAG (aerolínea fusión de Iberia y British Airways), el proveedor de servicios turísticos Amadeus, Telefónica, Iberdrola, Banco Santander y las constructoras FCC y Ferrovial, que, según los expertos de inversiones, mejoraron sus ventas al conseguir adjudicaciones de contratos.

El calendario marca casi un centenar de eventos deportivos en los próximos 11 meses, la mayoría seguidos por el gran público, en directo y a través de medios audiovisuales. Juegos Olímpicos de verano y de invierno, Eurocopa y Copa del Mundo de fútbol, grandes premios de Fórmula 1, etcétera, suelen ser sinónimo de ganancias económicas, de grandes cifras de inversión.

Los valores, como los atletas, también compiten. General Electric ingresó 1.100 millones de dólares por productos de iluminación y construcción en las villas olímpicas de Turín, Vancouver y Pekín. Nike, Puma, Adidas, Asics o Under Armour son algunas de las marcas que visten a los atletas olímpicos, con un positivo comportamiento bursátil. Los analistas destacan algunas de sus cualidades: bajo endeudamiento, mucha caja, beneficios recurrentes y dividendos aceptables.

Los inversores cuentan con diversas modalidades de participación en activos relacionados con los Juegos. Además de la adquisición directa de acciones en Bolsa, otra vía es a través de la inversión colectiva, los fondos de inversión. Estos han proliferado en los últimos años a la sombra del calendario de eventos deportivos. Algunas entidades comercializan fondos para invertir en las multinacionales patrocinadoras de los Juegos. De esta forma, el ahorrador tiene acceso a McDonald's, Visa o Coca-Cola, entre otras.

Ahora los gestores de inversiones tienen puesto el foco en Brasil, país probablemente con el calendario de eventos deportivos más envidiado del planeta al ser la sede de la Copa del Mundo de fútbol 2014 y también de los próximos Juegos Olímpicos de 2016. El país ?mercado, en términos de inversión? recoge desde hace cinco años un fuerte interés de los inversores que siguen de cerca la evolución de su mercado de valores, representado en el índice Ibovespa, y que el pasado ejercicio alcanzó cifras récord en volumen de negocio.

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