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La sanidad privada estrena receta única... y segura

A día de hoy, un médico de la sanidad privada puede dar al paciente una hoja en blanco, con un membrete de su clínica (y su número de colegiación), donde apunta el medicamento que prescribe. Con ese papel, el ciudadano acude a la farmacia y pide su fármaco. Una fórmula fácilmente falsificable en casos de estupefacientes u otras medicinas. Pero eso va a cambiar obligatoriamente. Desde esta semana ha comenzado a circular una receta única en todo el país que incorpora un código de barras.

La Organización Médica Colegial (OMC), además de los colegios de dentistas y podólogos, han tomado la iniciativa y han planteado un modelo de receta para los médicos que ejercen fuera de la sanidad pública. Un decreto del Gobierno de 2010 y la normativa de la UE obliga a los profesionales a adaptar sus prescripciones a un estándar mínimo en los próximos meses. Estos documentos son siempre obligatorios cuando el paciente debe solicitar al farmacéutico un medicamento, tanto en la sanidad pública, donde están parcialmente financiados, como en la privada. Actualmente hay en España alrededor de 45.000 médicos con ejercicio privado, 25.000 dentistas y 6.000 podólogos.

"Las recetas médicas privadas, tanto en soporte papel como electrónico, incorporan medidas de seguridad que garantizan su autenticidad, identidad del prescriptor y su habilitación para el ejercicio profesional", explican desde la OMC. Aunque desde el pasado lunes ya ha empezado a funcionar, gracias a los diferentes colegios autonómicos, el Gobierno todavía tiene que regular su aplicación mediante una orden ministerial. De momento, este nuevo modelo convive junto a la fórmula que cada consulta esté utilizando en la actualidad.

El colegio catalán, en principio se desmarcó de su aplicación, pero desde la OMC aseguran que el modelo es adaptable a cada región, ya que cuentan con espacio para incluir el membrete de cada colegio e incluso de cada clínica. Además, será válida en cualquier farmacia del territorio nacional. El formato es muy similar al de la sanidad pública, pero de color blanco. Incorpora un código de barras que servirá para conocer el recorrido de la receta.

El farmacéutico podrá comprobar, en una base de datos disponible permanentemente, que el prescriptor existe y si esa receta es la original. Incluso, podrá anularla. El médico, por su parte, deberá solicitar su talonario de recetas a su colegio. El código de verificación permitirá comprobar a qué médico en concreto ha sido asignado un determinado talonario, a qué colegio pertenece, cuál es su especialidad, el medicamento y en qué farmacia se ha dispensado.

El decreto de 2010 faculta a los consejos generales de médicos, dentistas y podólogos la edición, gestión, control e inspección de la impresión y entrega de las recetas médicas privadas. Sobre el coste estimado, la OMC calcula que será de un céntimo de euro en lo referente a la plataforma electrónica, independientemente del papel y el número de recetas que se soliciten. Los consejos cargarán el gasto a los colegios y estos, a su vez, al facultativo.

"Favorecen tanto a los médicos, frente a casos de intrusismo profesional o de falsificación de recetas, como al ciudadano, puesto que ningún médico que no lo sea le va a hacer una receta ni a prescribir tratamiento alguno", asegura Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la OMC, quien comenta que ya contactado con la mutualidad médica de funcionarios Muface así como con las principales aseguradoras médicas, como Mapfre, DKV, Sanitas, Adeslas y Asisa, pendientes de adaptar este sistema, para "trabajar conjuntamente en este modelo de seguridad".

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