"Buscaremos de tres a cinco millones para otoño"
La pasada semana, Ramón Cacabelos acudía a Madrid desde La Coruña, donde preside el grupo EuroEspes, con el fin de avanzar buenas noticias para la comunidad científica, y tal vez en unos años para los pacientes de alzhéimer. Presentó una vacuna, el producto EB-101, recién patentado en la FDA (la agencia del medicamento de EE UU), que se ha demostrado eficaz en ratones. Tras el acto, atendió a este periódico para explicar los proyectos de esta compañía, que cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).
Es la primera vacuna de esta empresa gallega. Ahora llega la etapa de los ensayos clínicos con humanos, para lo que necesita el soporte financiero y la experiencia de una compañía farmacéutica. "Estamos negociando con tres multinacionales de EE UU y una de Japón un acuerdo de licencia del producto o por una fórmula de codesarrollo entre nosotros y ellos", explica Cacabelos. La necesidad de recursos alcanza entre ocho y diez millones de euros para las primeras fases.
Este médico e investigador remarca la importancia de una cura: "Estamos ante un problema que afecta a la memoria, cambia la conducta del paciente y su capacidad funcional. Una de las enfermedades que más afectan a la dignidad de la persona". Ya es la quinta causa de muerte en los países desarrollados y crece en proporción según se envejece. "Cuantos más defectos genéticos existen, más temprana es la aparición de la enfermedad", advierte.
El producto EB-101 tiene una función dual. "Es una vacuna profiláctica y también puede servir como vacuna terapéutica". Ha habido otros intentos de inmunoterapia en los años noventa, la tacrina, pero fue descartada por su toxicidad hepática. En la década pasada se retiró otra solución que provocaba graves encefalopatías. En la actualidad son varios los laboratorios que trabajan en ella. Por ejemplo, Grifols, que tiene previsto para este año comenzar con los ensayos clínicos. "Todavía nos llevará de seis a ocho años de desarrollo clínico", reconoce, sin garantía de un resultado final positivo. Así que los pacientes aún deberán esperar. "Llevo 30 años investigando en alzhéimer y no he visto resultados. La prudencia debe guiarnos", resalta.
La EB-101 solo estaría indicada para un 30% o 40% de los pacientes, quienes hayan mostrado una predisposición en una treintena de genes. "No sería partidario de dar la vacuna a granel. Nuestra guerra es la medicina personalizada con test genéticos para medir la eficiencia. Ahora estamos trabajando en qué hacer con el resto de los pacientes a los que no daría cobertura", revela. "Un aspecto diferenciador es que nosotros vamos a trabajar con la medicina personalizada, es decir, adaptada al perfil genético de cada paciente, por lo tanto la tasa de error va disminuir drásticamente. La medicina genómica es el futuro. Tenemos que irremediablemente avanzar por ese camino".
Así que el afectado debería realizarse previamente un test, que correría a cargo del interesado. "No son caros. Nuestra tarjeta farmacogenómica, que cubre la eficacia del 80% de los fármacos, cuesta 300 euros, y esto es una vez para toda la vida. Es el precio de una resonancia magnética. Pero no veo a la sanidad pública costeándolo, obviamente porque hay otras necesidades perentorias". Cree que este tipo de mapas genéticos son útiles "para cualquier ciudadano, sobre todo los que tengan enfermedades crónicas y precisen tomar medicamentos toda la vida". Además, considera que en los próximos años su coste bajará ostensiblemente.
El grupo EuroEspes también cuenta con una clínica médica, de donde surge la mayor parte de los casi cinco millones de euros de facturación anual, una división de productos nutracéuticos y de biotecnología y otra unidad de test genómicos. Y trabajan en un proyecto de "silenciamiento genético", es decir, bloquear la actuación de determinado ARN mediante fármacos. Y como novedad la firma va a presentar un nutracéutico "contra el párkinson", asegura, y otro para enfermedades neurodegenerativas.
Para continuar con la investigación, Cacabelos reconoce que necesita recursos. "Buscaremos de tres a cinco millones de euros para otoño". Aunque no tiene definido cómo se hará, sí opina que podría hacerse en parte a través del MAB, donde solo tienen colocado el 5% de las acciones. "El MAB debiera ser un vehículo financiero importante para las empresas que formamos parte. Necesitamos madurar mucho más el concepto para que realmente las compañías que formamos parte de él apostemos más y recibamos más. Tendría que ser una fuente de financiación más eficaz y dinámica".
Una de las razones para entrar en el parqué, entre las pioneras del sector de la biotecnología, se debió a un plan para salir al extranjero. "Ya hemos creado una división internacional". Acaban de empezar a vender a Japón, Italia, Portugal o Reino Unido y los planes pasan por establecerse en Estados Unidos.
Empresario y psiquiatra formado en Japón
Tras licenciarse en Medicina en Oviedo, Ramón Cacabelos (Cambados, Pontevedra, 1955) se marchó a Osaka a realizar su tesis en psiquiatría en 1981. "Fui el primer caucásico en hacer un doctorado en la universidad japonesa". Después de siete años quiso regresar.Volvió a España como profesor y en 1991 apareció en su Galicia natal para lanzar EuroEspes. "Me planteé el retorno. Tenía ofertas en EE UU, pero me marché para volver a mi país y reactivar el campo en el que yo llevaba trabajando muchos años". Especialista en neurología, este profesor universitario no está entre los grandes nombres de la ciencia española. "El estar en provincias tiene la desventaja de que al estar todo centralizado, lo que no está en Madrid parece la segunda división de la liga", se queja. "Yo sigo al pie del cañón. Un 45% de mi tiempo lo dedico a la medicina; más de un 20%, a la investigación, y el resto, a labores directivas".