Solo los activos pueden evitar los seis millones de parados
La destrucción de 300.000 empleos en el IV trimestre de 2012 se cebó en el sector público y cajas de ahorro.
España superará los seis millones de parados: si no lo hizo en el último trimestre de 2012, lo hará en este, el primero de 2013. El árbitro que determinará cuándo se superará el umbral será el colectivo de activos, que mantiene una tendencia contrativa en los últimos trimestres.
De haberse intensificado tal tendencia a final del año pasado, podría evitar que se superasen los seis millones de parados por el momento, pero podría, por contra, acelerar la tasa relativa de desempleo hasta más allá del 26%.
Aunque el fatídico rubicón de los seis millones de parados sobrevuela la economía y la sociedad española desde hace meses, (sobrepasó el de los cinco millones hace poco más de un año) la primera institución que se atrevió a asegurar que ya se habían superado en noviembre pasado fue la oficina de estadística de la Unión Europea, Eurostat.
Con cálculos propios basados en los datos de activos proporcionados por el INE y estimaciones de empleo de otras fuentes, Bruselas ofrece siempre una tasa de paro unas cuantas décimas superior a la obtenida por la autoridad estadística española. Tales estimaciones apuntaban ya a más de un 26% en noviembre, que dando por buena una población activa estanca en los 23,098 millones de personas (dato del tercer trimestre) lleva el número de parados más allá de los seis millones. Concretamente hasta los 6,1 millones.
Hoy saldremos de dudas. El Instituto Nacional de Estadística publicará el balance de la actividad, el empleo y el desempleo de todo el año 2012, y, en detalle el IV trimestre del año. Las cifras se acercarán bastante a lo que otros indicadores adelantados del mercado de trabajo han ido dibujando, y que no son precisamente optimistas.
La evolución más cercana a la Encuesta de Población Activa es la que proporciona mes a mes el número medio de afiliados-cotizantes a la Seguridad Social. Ese cómputo asegura que en los tres últimos meses del año se destruyeron 367.000 empleos, con un total de afiliados a fin de año de 16,44 millones, la cifra más baja en en casi diez años.
En caso de llevar esa destrucción miméticamente a los cálculos de la EPA, con un descenso interanual de más del 4,5% (una operación no del todo exacta porque la EPA mide cantidades medias del trimestre) y aún con la población activa estancada, el número de parados habría superado los seis millones y habría llegada a los 6,145 millones. A septiembre había 5,778 millones de parados, a los que habría que sumar los citados 367.000.
Con estas cuentas y con los activos estancos, la tasa de paro llegaría al 26,6%, cifra récord, como la propia cifra de parados.
No obstante, como el mercado de trabajo está en plena transformación, con un empuje muy fuerte del ajuste de las plantillas por su abaratamiento, y una reforma de la normativa que ha abaratado los costes generales y empuja a aceptar empleos más baratos, los cálculos tradicionales sobre la evolución del empleo pueden resultar erráticos.
Distintas fuentes que analizan tradicionalmente el mercado alertan de una continua salida de efectivos laborales del país, tanto extranjeros llegados en la última década como españoles muy cualificados que buscan ocupación en mercados sanos, fundamentalmente en los países del centro de Europa. De la dimensión de ese fenómeno dependerá la suerte de la cifra mágica de los parados: más o menos de seis millones.
Empleo público y financiero
Ya en el tercer trimestre del ejercicio pasado se destruyó más empleo público que privado, y determinadas fuentes apuntan a una estabilización de la ocupación privada, con pérdida de asalariados todavía pero compensada con avances de los autónomos. Esa tendencia ha podido consolidarse en el cuarto trimestre del año pasado, incluso con crecimiento de empleo entre las mujeres, como ya ocurriera entre julio y septiembre.
Los expertos consultados por este periódico aseguran que estaría por contabilizar una pérdida de empleo en el sector público de cerca de 250.000 puestos de trabajo, mientras que en el sector privado sería marginal, siempre que se contabilicen como fuerza de trabajo pública la que deberá ajustar el sector financiero de la cajas de ahorro. Este sector tiene, en todo caso, una parte importante del ajuste sin ejecutar y bien podría alcanzar a los 40.000 efectivos solo en las entidades intervenidas tras el rescate bancario.