El Eurogrupo elegirá al ministro holandés de Finanzas como nuevo presidente
El Eurogrupo elegirá mañana, según todo lo previsto, al ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, nuevo presidente del organismo, en sustitución del primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker.
El Eurogrupo elegirá mañana, según todo lo previsto, al ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, nuevo presidente del organismo, en sustitución del primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker.
El nombramiento de Dijsselbloem, el único que ha presentado su candidatura formal en el plazo estipulado, solo podría verse retrasado si algún país insiste en un debate en profundidad sobre el programa que el holandés pretende llevar a cabo durante su mandato, según ya ha sugerido Francia.
Dijsselbloem avanzó la pasada semana que presentará sus propuestas para dirigir al Eurogrupo ante los demás ministros de Finanzas de la zona del euro.
Fuentes diplomáticas consideraron que la reunión terminará con la presentación del ministro holandés como nuevo presidente de ese órgano.
El político laborista holandés, de 46 años, tiene por delante importantes retos, como finalizar las negociaciones en torno al rescate financiero a Chipre, mantener el proceso reformista puesto en marcha en varios países o coordinar el avance hacia una mayor integración de la zona del euro.
Dijsselbloem cuenta con el apoyo de Alemania para dirigir el Eurogrupo, aunque otros países como Francia han expresado sus reservas, debido a la dura línea defendida por el Gobierno holandés a la hora de exigir reformas y ajustes estructurales a los países con dificultades.
El ministro holandés recoge el testigo de Juncker, quien se ha ganado el respeto de sus homólogos en los siete años que ha presidido el Eurogrupo por su habilidad como negociador y su capacidad de forjar consensos entre los Estados miembros.
El primer ministro luxemburgués ha hecho frente a momentos críticos de la crisis de la zona del euro, como los procesos de rescate de las economías de Grecia, Portugal o Irlanda y la asistencia financiera a la banca española en dificultades.
El luxemburgués ha desempeñado también un papel especialmente destacado en la preservación de la integridad de la eurozona durante los momentos más duros de la crisis de Grecia, cuando se especulaba con la salida del país heleno de la moneda única.
