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La ausencia de EPA complica iniciar ya una venta para la que hay cinco años de plazo

El FROB prevé decidir hoy el futuro de la subasta de Catalunya Banc

La pretensión de Bruselas, y por ende del Gobierno español, de que la venta del nacionalizado Catalunya Banc se cierre sin un esquema de protección de activos (EPA) que cubra al comprador ante posibles pérdidas ha desanimado a los postores. El FROB prevé reunirse hoy para analizar los contactos mantenidos esta semana con la banca y decidir si inician la subasta inmediatamente o esta queda aplazada por segunda vez.

Sucursal de Catalunya Caixa
Sucursal de Catalunya Caixa

No hay una decisión absoluta de paralizar el proceso de subasta de Catalunya Banc", aseveraba el miércoles el ministro de Economía, Luis de Guindos, para admitir, sin embargo, que el FROB está estudiando otras opciones sosteniendo que "pueden existir otras alternativas interesantes". Sus palabras no dejan de ser un aviso a navegantes para las entidades financieras que se habían mostrado interesadas en adquirir la firma nacionalizada pero que no parecen dispuestas a hacerlo sin un esquema de protección de activos (EPA) que les cubra ante futuras pérdidas. Catalunya Banc se venderá sin EPA o no se venderá aún, vino a decir Guindos.

A fin de cuentas, Bruselas ha dado cinco años al Estado español para que privatice o liquide la unión de cajas catalanas, tras inyectarle 9.080 millones de euros de las ayudas europeas a la banca, por lo que en principio no hay prisa.

Tiene cierto coste reputacional, eso sí, el hecho de que una operación que ya se canceló el pasado año -tras la solicitud del rescate- y que viene retrasándose unos días -estaba previsto que el proceso se iniciara el pasado lunes- se demore ahora sine die alargando de nuevo el interminable calendario de la reestructuración financiera.

Más parece pesar, sin embargo, la oposición frontal de Bruselas a que la operación sea subvencionada con una EPA, una tesis que han hecho suya Gobierno, FROB y Banco de España. Quiénes no parecen comulgar con este nuevo axioma parecen ser los potenciales compradores de Catalunya Banc, que no terminan de entender que esta venta carezca de los beneficios que si se concedieron, hace apenas mes y medio, a la adquisición de Banco de Valencia por parte de CaixaBank.

En aquella ocasión, el FROB aprobó una EPA que cubre a la entidad catalana ante el 80% de las pérdidas que genere la cartera de crédito a pymes de la firma valenciana durante los próximos 10 años. El coste estimado de esta protección está entre los 300 y los 600 millones de euros.

El argumento principal para no concederla ahora es que la factura total de vender Banco de Valencia a CaixaBank limpia de ladrillo, por un euro y con una EPA seguía siendo inferior que el coste que tendría disolver la entidad, lo que no está tan claro en el caso de Catalunya Banc.

La situación, aseveran fuentes del sector, va más allá. "El FROB viene a decir que se acabaron las gangas, quien quiera comprar esta vez tendrá que pagar", cuentan desde una entidad financiera en referencia a otras operaciones selladas por un euro simbólico y con millones de euros en cobertura ante futuros riesgos.

Así, aunque Banco Santander -claro favorito por no haber cerrado ninguna gran operación en territorio nacional desde que estalló la crisis-, Sabadell, Kutxabank o BBVA habían mostrado su interés, no está claro que estén dispuestas a pagar por una entidad valorada en 6.674 millones de patrimonio negativo.

Citigroup, contratada por el FROB para coordinar la venta, ha estado reuniéndose hasta ayer mismo con los potenciales postores para tantear su interés. El FROB tiene previsto reunirse hoy para analizar la información recopilada y tomar una decisión.

De haber detectado un interés real por parte de algunas de las entidades se daría luz verde a la distribución del cuaderno de venta y a la recepción de ofertas vinculantes para decidir sobre la más rentable. Si no es así, el FROB está dispuesto a retrasar la venta de las cajas catalanas antes que permitir que la subasta quede desierta.

Sareb ficha a uno de los consejeros de la entidad

Catalunya Banc informó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de que el pasado 11 de enero se produjo la "dimisión" de Orlando García Sánchez como representante del FROB en el cargo de consejero de la entidad. García será sustituido por Francisco Orense Bo, que fuentes del sector identifican como otro colaborador habitual del FROB. La dimisión de García, no obstante, responde en realidad a que ha sido fichado por la sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb), el llamado banco malo. García, experto en el área de auditoría y control de riesgos, pasa a formar parte por tanto del equipo que está reuniendo Belén Romana, la presidenta de la sociedad, que estos días seleccionaba a Juan Barba, de la sociedad de capital riesgo Doughty Hanson, para que encargue de la gestión de activos.

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