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Baraja abandonar los túneles en la autovía sevillana SE-40

Fomento negocia alternativas para desbloquear su obra estrella en Andalucía

Fomento está planteando alternativas a las adjudicatarias de los túneles de la circunvalación sevillana SE-40, la mayor carretera que ejecuta en Andalucía, para desbloquear las obras y hacerlas viables. Como solución drástica, el Gobierno baraja resolver los contratos con los consorcios liderados por OHL y Aldesa y optar por un puente sobre el Guadalquivir.

La ministra Ana Pastor y su equipo más cercano tratan de poner solución a uno de los mayores problemas derivados de una planificación heredada de anteriores Gobiernos y arrollada por la crisis económica: la culminación de la autovía de circunvalación del área metropolitana de Sevilla, SE-40, la mayor carretera que el Gobierno tiene en ejecución en Andalucía y obra prioritaria para el Ministerio de Fomento.

Solo un tramo está en servicio cinco años después del inicio de su construcción, el que va de La Rinconada a Alcalá de Guadaíra (10,1 kilómetros de un total de 77 kilómetros). Presupuestada en 1.450 millones de euros, la mayor parte de la inversión está por ejecutar y hay serias dudas de que el proyecto termine siendo como se plasmó en planos cuando Magdalena Álvarez dirigía el ministerio.

El principal conflicto reside en los dos túneles bajo el río Guadalquivir, adjudicados en 2009 a OHL, Sando y Azvi, como primer consorcio, y al trío formado por Aldesa, Copisa y Bruesa como constructora del segundo túnel. La suma de ambas obras paralizadas, entre las localidades de Dos Hermanas y Coria, supera con creces los 500 millones de euros. Según fuentes solventes, el Gobierno está tratando la posible rescisión de los contratos con las empresas adjudicatarias, pero no hay acuerdo.

Imprevistos

Las obras permanecen bloqueadas desde hace más de un año, por un presupuesto multimillonario que no encuentra reflejo en las partidas menguantes del Ministerio de Fomento. Las constructoras adjudicatarias, muchas de ellas fuertemente expuestas al mercado local de la obra civil, atraviesan serios problemas de caída en la contratación, por lo que urgen soluciones al Gobierno.

La ministra Pastor ha asegurado en distintas ocasiones que la SE-40 será "una realidad y no una autovía virtual", pero no deja de toparse con el problema de los túneles. Para abaratar ese tramo se pensó en reducir de tres a dos carriles el ancho de cada uno de los pasos subterráneos, pero Fomento rechazó esta posibilidad para evitar hacer de los túneles un verdadero embudo.

La otra solución que aportan los técnicos del ministerio, y que toma cada vez más entidad pese a la inicial oposición de la cúpula ministerial, es olvidarse de la excavación. De este modo, habría que indemnizar a las empresas adjudicatarias y apostar por un nuevo puente sobre el Guadalquivir.

Con ello se rebajaría el presupuesto de ejecución y posterior mantenimiento, tras devolver a las empresas la fuerte inversión en maquinaria e indemnizarlas con un 6% del montante de los contratos. Las reclamaciones por lucro cesante y daños y perjuicios podrían subir a 180 millones. Desde el frente de constructoras se sigue argumentando que la solución de los túneles es viable.

Para excavar los citados pasos fue necesario encargar dos nuevas tuneladoras, hoy aparcadas, en las que se invirtieron un total de 70 millones de euros. También fue preciso modificar los proyectos, lo que añadió retrasos en el arranque de unas obras que no pasan del 15% de grado de ejecución. Primero, había riesgo de inundaciones si se daba una crecida del río, lo que motivó un replanteamiento incorporando un sistema de pantallas que no ha terminado de convencer. En segundo lugar, la red eléctrica no aportaba potencia suficiente para impulsar las citadas tuneladoras y había que incluir esta contingencia en los contratos con la dotación de nueva infraestructura eléctrica.

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