Al Ibex no le asusta la intervención
Uno de los descubrimientos de la crisis actual es el valor de la semántica en un mundo tan aparentemente ajeno a ella como el de las finanzas. En unos casos se generalizan varias denominaciones para una misma realidad, empleándose, por ejemplo, ajuste por recorte mientras, en el lado contrario, operaciones de distinta naturaleza se identifican con un mismo nombre. Es el caso del hipotético rescate financiero de España, que los expertos prefieren llamar activación de la línea del Banco Central Europeo para la compra de bonos en el mercado secundario. "Sería algo similar a lo que está haciendo la Reserva Federal con la deuda del Tesoro estadounidense", asegura Soledad Pellón, estratega de mercados de IG. "No deberíamos hablar de rescate porque el programa de Transacciones Monetarias Directas (OMT, por sus siglas en inglés), que es como se ha bautizado la medida, se presenta como un paquete de estímulo. De hecho, su mero anuncio ya ha rebajado la volatilidad al interpretarse como una red de seguridad, lo que da confianza al inversor", corrobora Sergio Palavecino, director de gestión financiera del Banco Sabadell.
Lejos de asustar por sus implicaciones sociales, económicas o políticas, el sentimiento en el mercado de valores es que la ayuda sería positiva para las cotizaciones de parqué español. "La existencia de un gran prestador como el BCE liberaría a la banca, principalmente nacional, de ser el único agente que financia al Estado, con lo que el crédito podría fluir hacia la economía real impulsando la recuperación. Así, los mercados asimilarían positivamente el más mínimo síntoma de estabilización en los indicadores, en espera de que los ajustes puestos en marcha produzcan sus primeros frutos", argumenta Francisco Isidro, profesor del máster de Dirección Financiera de ESIC.
"La OMT rebajaría la rentabilidad de la deuda, lo que sería bien recibido en la Bolsa porque la incertidumbre en ese mercado es lo que ha marcado la evolución del parqué español en 2012, dado el alto grado de correlación entre renta fija y variable", explica Palavecino, para quien la intervención podría aupar al Ibex35 en el corto plazo.
Los expertos creen que el parqué se revalorizará el 10% en 2013
Si el diferencial cae por debajo de los 300, el Ibex volvería a ser muy atractivo
El FMI es partidario de suavizar el ajuste y estimular el crecimiento
Si llega crédito, se va a utilizar para fomentar la actividad exterior
"Viendo la evolución del índice, que ha pasado de los 6.000 puntos en verano a superar los 8.000 al terminar el año, conforme la prima de riesgo bajaba de 650 puntos básicos a 400, si la actuación del banco emisor rebajara el diferencial hasta el entorno de los 250-300 puntos básicos, el índice español podría registrar otra escalada superior al 10%", calculan en el Sabadell. "Tener un comprador tan fuerte convertiría al bono español en un activo más atractivo para el inversor, al tener la seguridad de que se lo puede vender al BCE, con menos riesgo, pero con una mayor rentabilidad que la deuda de otros Estados. El efecto contagio haría que la Bolsa española también fuera más atractiva para el inversor extranjero", analiza Soledad Pellón.
Pero el rescate tampoco es gratuito. Para Javier Díaz Giménez, profesor de economía de IESE, "la imagen del país se deteriora ante los agentes menos informados, supone una pérdida de soberanía y, dependiendo de la condicionalidad, implica costes económicos y sociales más o menos elevados. Por ello, aunque el apoyo europeo podría acelerar la salida de la crisis, y la Bolsa siempre va a anticipar la recuperación, la clave está en conseguir un rescate exitoso; es decir, que mantenga la prima de riesgo de forma estable en los 200 puntos básicos y que los costes que conlleve sean asumibles; esto es, que no condicionen negativamente el crecimiento". Además, el efecto positivo que se pudiera obtener en el corto plazo tampoco es indefinido porque "la solución del BCE es a tres años, que es el periodo por el que da soporte financiero. En ese plazo, la Administración rescatada tiene que gestionar lo suficientemente bien como para no necesitar más ayudas", advierte Isidro.
Rescate a la española
Aunque todos los analistas dan por seguro que Mario Draghi impondrá su anunciada y no concretada condicionalidad a cambio de comprar bonos del Tesoro español, la sensación generalizada es que las contraprestaciones exigidas no serán tan duras como las impuestas a los otros países auxiliados y la evolución bursátil también será distinta, porque "muchas de las medidas y reformas reclamadas ya se han tenido que adoptar y porque cada vez son más las voces, incluida la del Fondo Monetario Internacional, a favor de suavizar la intensidad del ajuste y estimular el crecimiento", argumenta Soledad Pellón.
La nueva política del BCE también supone, para Palavecino, otra diferencia fundamental ya que "en el diseño de la OMT, el BCE renuncia a la seniority; es decir, a tener preferencia en el cobro de la deuda sobre el resto de acreedores", lo cual marca una enorme distancia con los casos de Atenas y Lisboa, cuyos índices bursátiles acumulan pérdidas del 47% y el 27%, respectivamente, desde que sus economías fueron rescatadas, mientras que el ISEQ20 de la Bolsa de Dublín ha sufrido múltiples vaivenes, aunque ha conseguido colocarse como uno de los mejores activos de 2012, tras revalorizarse un 17% en el año. También el momento es distinto. "Hace tres años, la coyuntura era completamente recesiva, mientras que ahora, aunque aún perduran muchas dificultades, la expectativa es que la recesión termine", apostilla Díaz Giménez.
Por eso, los valores más beneficiados con el apoyo europeo serían los cíclicos, como constructoras y banca mediana, "que son los que peor comportamiento han tenido en 2012 y, por tanto, los que parten de precios más bajos", vaticina Pellón. El análisis de los balances seguirá siendo, no obstante, fundamental, en opinión de Isidro, para quien "las compañías orientadas al exterior se verían más favorecidas por su menor dependencia del mercado doméstico y porque una muy buena parte del crédito que pueda fluir se va a orientar a impulsar la actividad exterior", concluye. En el otro lado, si se establecieran condiciones más agresivas, con reformas intensas en pensiones o nuevas subidas del IVA que llevaran a pensar que la recesión puede prolongarse, los valores más castigados serían los domésticos, advierten desde el Sabadell.