La ausencia de EPA reduce el interés en Catalunya Banc y retrasa su subasta
El FROB tenía previsto reabrir ayer el proceso de subasta de Catalunya Banc. La comercialización de la entidad nacionalizada, sin embargo, se ha retrasado "al menos hasta el jueves" mientras Citigroup mantiene reuniones de contacto con la banca, reacia a comprar sin un EPA, un esquema de protección contra pérdidas. El FROB no prevé abrir la venta hasta tener atados a los postores.
El proceso para subastar Catalunya Banc, entidad nacionalizada el 30 de septiembre de 2011 junto a Novagalicia y Banco de Valencia, había sido pospuesto hasta después de las navidades y estaba previsto que se pusiera en marcha ayer. El FROB, sin embargo, ha decidido aplazar la operación unos días, "al menos hasta el jueves, quizá más allá" según las fuentes financieras consultadas, a fin de atar mejor a los potenciales postores de la unión de cajas catalanas.
"Esta vez no quieren curiosos en el proceso, solo a entidades que realmente estén dispuestas a comprar", resumen desde un banco español. Una captación que se está complicando por la negativa del FROB a conceder un esquema de protección de activos (EPA).
La firma, nacida de la fusión de Caixa Catalunya, Manresa y Tarragona, ya fue sometida a un proceso de subasta que se inició a finales de abril de 2012. La operación, no obstante, fue suspendida el pasado junio una vez que la petición del rescate europeo para la banca española dio paso a una ambiciosa auditoría y reestructuración del sector.
Catalunya Banc, en concreto, ha recibiendo 9.080 millones de euros de las citadas ayudas comunitarias. La entidad, además, ha sido limpiada de 6.708 millones en carga tóxica inmobiliaria -los inmuebles de más de 100.000 euros y los créditos de más de 250.000- que han pasado a Sareb, el llamado banco malo.
En la subasta interrumpida la pasada primavera, los potenciales compradores que más interés mostraron fueron Banco Santander, Sabadell, Kutxabank y BBVA. La lista no tiene visos de cambiar mucho en esta nueva entrega si bien ahora, como entonces, parece favorita la entidad que preside Emilio Botín. Por varios motivos.
De un lado, Santander se ha mantenido ajeno hasta el momento al baile de fusiones y adquisiciones que ha desatado la crisis, con excepción de la reciente absorción de Banesto, que pertenecía a su grupo. Por otra parte, pese a que la entidad focaliza sus fuerzas en expandirse en el extranjero -de donde realmente proviene el grueso de sus beneficios- crecer en Cataluña permitiría a Santander no perder fuelle frente a sus principales competidores nacionales, Caixabank, que tiene en la región su área tradicional de influencia, y BBVA, que el pasado año incrementó su peso en la comunidad catalana mediante la compra de Unnim.
Las nuevas reglas del juego, sin embargo, parecen haber restado interés a la adquisición de Catalunya Caixa. A diferencia que en procesos anteriores, como en la reciente venta de Banco de Valencia a Caixabank, el FROB pretende que la venta de Catalunya Banc se cierre sin un esquema de protección de activos que proteja al comprador ante posibles pérdidas futuras. Un planteamiento con el que los potenciales pujadores no están de acuerdo y que se ha convertido en el principal escollo para dar luz verde a la operación.
El cuaderno de venta, sin repartir
Citigruop lleva semanas ultimando el cuaderno de venta, la radiografía de la entidad que los postores estudian para asegurarse la viabilidad de la compra, que debía comenzar a distribuirse ayer. La falta de demandantes dispuestos a hacerse con Catalunya Banc sin una EPA ha llevado al FROB a retrasar este paso mientras sigue tanteando a los potenciales compradores.
"El FROB no tiene ninguna urgencia por vender la entidad de forma inmediata y lo que no está dispuesto es a que la subasta quede desierta", explican fuentes conocedoras del proceso, que asumen que si la banca no cede esta semana el retraso podría ser dilatado. Si la situación se reconduce habría que hablar del precio que tiene una entidad valorada por el FROB en 6.674 millones de patrimonio negativo.
Banco de Valencia, un referente muy próximo
Por odiosas que sean las comparaciones, es inevitable que la subasta de Catalunya Banc nazca marcada por las condiciones de venta del también intervenido Banco de Valencia a Caixabank, acordada hace apenas mes y medio. Existen, en ambos procesos, algunas similitudes como el hecho de que las dos firmas hayan sido limpiadas de ladrillo traspasando 1.932 millones al Sareb la entidad levantina y 6.709 millones la catalana.La principal diferencia, a su vez, radica en que Banco de Valencia fue vendida bajo un esquema de protección de activos (EPA), fórmula ya empleada en la venta de la CAM a Sabadell o de Unnim a BBVA sobre su carga inmobiliaria, que cubre esta vez el riesgo de la cartera crediticia de pymes durante 10 años. Catalunya Banc por su parte será subastada por el FROB sin esta suerte de seguro ante pérdidas, lo que no convence al sector.