España y EE UU firman un convenio que reduce la fiscalidad sobre los dividendos
El Gobierno de España y el de Estados Unidos han firmado hoy el nuevo convenio de doble imposición entre ambos países que reduce la fiscalidad sobre el reparto de dividendos y facilita las inversiones.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos publicó un informe en mayo de 2006 en el que reclamaba reformar el convenio de doble imposición entre España y EE_UU que, en su opinión, había quedado desfasado. Siete años más tarde, finalmente el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro y el embajador estadounidense, Alan D. Solomont firmaron ayer el nuevo convenio que sustituye al que se aprobó en 1990.
El inaugurado pacto fiscal, que todavía debe ser ratificado por los parlamentos de ambos países, recoge buena parte de las reclamaciones que empresarios y despachos fiscales habían realizado en los últimos años.
El nuevo texto reduce la tributación sobre los dividendos. Con el convenio de 1990, los dividendos por beneficios logrados en España y repartidos en empresas estadounidenses sufrían una retención. Esta circunstancia no se produce en otros Estados de la Unión Europea, lo que supone un desincentivo para invertir en España. De hecho, muchas compañías americanas establecen holdings en países como Holanda -que tiene una tributación atractiva para la repatriación de beneficios- y desde allí deciden su política de inversión en Europa.
"Con el protocolo, el convenio se coloca en un marco semejante al que tiene España con sus socios preferentes de la Unión Europea", señaló el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre. De hecho, esta era una de las principales reclamaciones de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. Por otra parte, en el caso de intereses y cánones, se aplicará el principio de tributación en el país de residencia del inversor.
En el ámbito fiscal, recientemente España también firmó junto a Alemania, Reino Unido, Francia e Italia el bautizado como acuerdo Fatca con EE UU. Este pacto conllevará un intercambio automático de información tributaria entre los países. Con ello, se trata de reforzar la lucha contra el fraude fiscal y, a la vez, reducir las trabas burocráticas para los contribuyentes con intereses en otros Estados del acuerdo Fatca.