Los 'Íñigos' de Rajoy seducen en Bruselas
El secretario de Estado para la UE y el del Tesoro desatascan la relación con Europa. Nadal dirige desde Moncloa los movimientos para mejorar la imagen de España.
Igual de repeinados. Con el mismo nombre de pila. Y con una tercera característica en común. Se han convertido en dos de las principales piezas delGobierno deMariano Rajoy para moverse por el complicado tablero europeo y seducir a Bruselas.
Se trata de Íñigo Méndez de Vigo, secretario de Estado para la Unión Europea, e Íñigo Fernández de Mesa, secretario general del Tesoro. Ambos se han convertido en los fontaneros de guardia, y de lujo, de las cañerías entreMoncloa y las capitales europeas, que se atascaron nada más llegar Rajoy al poder en diciembre de 2012. Y a juzgar por las opiniones recabadas en la capital comunitaria, sus movimientos están dando resultado gracias al perfil personal y profesional de cada uno de ellos.
Aunque ninguno de los dos ocupa la primera fila política, a nivel técnico se les atribuye buena parte del mérito en la notable mejoría registrada en los últimos meses en las relaciones entre Madrid y capitales como Bruselas, Fráncfort, Berlín o París. Cada uno de los Íñigos reporta a sus respectivos ministros, José Manuel García-Margallo, en Exteriores, y Luis de Guindos, en Economía. Pero la figura que sirve de eje a todos los desplazamientos, según las fuentes consultadas, se encuentra enMoncloa. Y no es otra que ÁlvaroNadal, jefe de la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno.
En los últimos meses, Nadal ha visitado discretamente varias veces Bruselas, según aseguran fuentes comunitarias. Y además de coordinar la comunicación con las autoridades europeas, ha sido uno de los artífices de la relación de confianza que empieza a establecerse entre el equipo de Rajoy y otros ejecutivos europeos. "Desde el pasado verano, el Gobierno español ha conseguido dar la vuelta a su imagen", señalan fuentes europeas.
Fuentes españolas también aprecian una mejoría y reconocen una "ofensiva" deliberada para demostrar a los socios comunitarios que "España tiene dificultades innegables, pero es un país que cumple sus compromisos". En esta estrategia, las figuras deMéndez de Vigo (1958) y Fernández deMesa (1967) han jugado un papel muy relevante. El primero, con cuatro lustros de experiencia en Bruselas como parlamentario europeo, explota tanto su conocimiento jurídico (fue uno de los autores de la frustrada Constitución europea que devino en Tratado de Lisboa) como una agenda repleta de contactos que traspasa, como suele ocurrir en Bruselas, las diferencias ideológicas opartidistas.
Méndez de Vigo se codea con la misma facilidad con sus correligionarios del Partido Popular Europeo que con antiguos eurodiputados socialistas situados ahora en puestos clave del entramado comunitario. El discurso europeísta de Méndez de Vigo impregna las intervenciones de Rajoy en los foros comunitarios. Y el secretario de Estado acompaña al presidente a casi todas las citas en Bruselas.
Fernández de Mesa parece moverse con la misma agilidad por ese entramado, aunque en su última etapa profesional antes de acceder a la dirección del Tesoro, fue en el sector financiero (en Barclays, y antes en Lehman Brothers, como el ministro Luis de Guindos). Su puesto actual le convierte en miembro del grupo de trabajo que prepara todas las reuniones del Eurogrupo (Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la zona euro), donde parece haber demostrado una gran solvencia.
"Fernández de Mesa asiste además a todas las reuniones del FMI, Banco Mundial y demás foros internacionales, y eso le ha permitido tejer una relación personal de confianza que ha jugado a favor de España", señalan fuentes conocedoras de las reuniones del grupo. En ese grupo se gestionó la letra pequeña del rescate de la banca española. Y ahí se jugó en otoño la partida de un segundo rescate para la deuda española que el Gobierno ha conseguido por ahora neutralizar. Fernández de Mesa mantuvo la frialdad ante esa amenaza al tiempo que no desaprovechó ni una sola oportunidad para acudir al mercado cada vez que bajaba la presión, hasta el punto de que el Tesoro se financió en 2012 a un tipo de interés medio inferior al de un año antes.
La jugada no ha pasado desapercibida en Bruselas, donde algunos socios europeos no ocultaban (ni ocultan) su preferencia por que el Tesoro hubiera optado por solicitar el apoyo del BCE con petición de rescate de por medio. Esa posibilidad no se descarta. Pero, al menos, la labor de los lugartenientes de García- Margallo y de De Guindos ha frenado el deterioro que la marca España sufrió en Bruselas durante la primera mitad de 2012. Lástima que eso no sirva de solución definitiva para la crisis.