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Pulsos políticos y la transformación del sector del ahorro retrasan un marco único hasta 2015

Alzas salariales en los bancos y congelación en las cajas por la duplicidad de convenios

Los trabajadores de las cajas de ahorro han visto como sus sueldos continúan congelados por tercer año consecutivo mientras que los bancos los elevan un 1,25%. Pese a la conversión del grueso de cajas en bancos, cada sector sigue regido por un convenio diferente lo que, debido a pulsos políticos y a la transformación del sector, no tiene visos de cambiar hasta 2015.

La transformación del grueso de cajas de ahorro españolas en bancos a nivel funcional no ha tenido, sin embargo, su correspondiente homologación en términos laborales. Los empleados de las antiguas cajas siguen adscritos a un convenio colectivo propio que, si bien en su momento les supuso beneficios exclusivos del sector, les ocasiona ahora claras desventajas frente a los trabajadores de los bancos tradicionales.

En concreto, los empleados de cajas han visto como con la llegada de 2013 su sueldo seguía congelado por tercer año consecutivo. En cambio, los bancos han aplicado un incremento automático del 1,25% en sus tablas salariales. Esta duplicidad de convenios ocasiona la paradoja de que los empleados de CaixaBank, que se ha convertido en el mayor banco por volumen de activos en el territorio español, por encima ya de Santander o BBVA, parten del mismo programa de austeridad salarial que Bankia, por poner un ejemplo.

Lo cierto es que las alzas salariales de ambos grupos de entidades venían evolucionando a la par, como ocurrió con los convenios del periodo 2007-2010, donde el aumento pactado en ambos casos era básicamente del 2% anual (la previsión de inflación del Gobierno) o igual al IPC real si este terminaba siendo superior.

Las dificultades que encaraba el sector retrasaron un año, hasta la primavera de 2012, la firma de los convenios 2011-2014. Aunque para entonces la transformación de cajas en bancos estaba ya encaminada, volvieron a negociarse dos convenios en paralelo. En ambos casos, además, el empeño de las patronales fue común: debían desligarse las alzas salariales del IPC.

Finalmente, los bancos sellaron dos años de congelación de sueldos, 2011 y 2012, seguidos de incrementos del 1,25% en 2013 y del 1,50% en 2014 más determinados extras, no consolidables en la paga, si la entidad obtenía cierta rentabilidad en base al indicador ROE (ver tabla).

Las cajas también firmaron dos años de congelación pero ligaron cualquier posible alza para 2013 y 2014 al comportamiento no de las entidades sino de la economía del país. Solo si el PIB español crece a determinado ritmo se incrementa la paga del sector. Resultado: congelación.

"En el último convenio de ahorro tuvimos que asumir una tesis de moderación salarial porque la situación era catastrófica, no por el convenio, sino por el proceso de reconversión interna en que unas entidades tenían que adaptarse a competir con bancos y otras se preparaban para expirar o fusionarse con otras", explica José Antonio Gracia, secretario de acción sindical de la Federación de Servicios de UGT, que lamenta, sin embargo, que la contrapartida de mantenimiento del empleo no se esté cumpliendo.

"Lo razonable, eso sí, sería unificar los convenios colectivos de banca y ahorro, respetando los diferentes complementos, en la siguiente negociación, porque entonces habrá un sector muy homogéneo y las pocas cajas que queden podrán colgarse del general", asume.

La del convenio único es una vieja idea que tanto los sindicatos como las patronales admiten que estuvo sobre la mesa en la negociación de los marcos laborales del pasado año. Fuentes del sector aseguran, incluso, que este hito era parte del legado que pretendía dejar a su marcha el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, al que le resta un año en el cargo.

Todo parece indicar, sin embargo, que el reto de sujetar a todo el sector financiero bajo una única negociación colectiva no será posible hasta que se afronten las condiciones laborales de 2015 en adelante. De un lado, el sector seguirá afrontando unos años convulsos mientras se reconduce la situación de las entidades intervenidas y se adoptan los planes de reestructuración impuestos por la troika.

De otro, y no menos importante, está el pulso que mantiene con Bruselas Isidro Fainé, en su doble condición de presidente de La Caixa-CaixaBank y de la Confederación de Cajas de Ahorros (CECA), por mantener vivo el modelo de cajas de ahorro, cuya desaparición amenaza directamente la estructura actual de su entidad. La impresión en el sector es que para 2015 la situación se habrá resuelto, de un lado u otro, y el convenio único podrá ser una realidad.

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