Codespa se reinventa para hacer crecer su base social
La Fundación Codespa busca nuevas fuentes de financiación entre el sector privado y organismos multilaterales internacionales que le aseguren la independencia económica.
En 2013, el dinero destinado a ayuda oficial al desarrollo será del 0,20% del PIB. Pero las caídas comenzaron tras 2009 de forma sucesiva, al pasar esta ayuda del 0,43% del PIB en 2010 al 0,29% un año después y al 0,22% en 2012.
Esta coyuntura está obligando a las ONG a reinventarse y a buscar nuevas fórmulas de financiación. Es el caso de la Fundación Codespa, una organización creada en 1985 dedicada a la cooperación internacional cuyo presidente de honor es el príncipe Felipe. "Queremos convertirnos en una ONG más independiente económicamente y con una relación mucho más intensa con el sector privado", señala José Ignacio González-Aller, director de la Fundación Codespa. "La meta es no disminuir nuestra actividad, manteniendo un volumen de ingresos de 10 millones de euros", indica González-Aller. "Para ello debemos cambiar el modo de funcionamiento. Hacer crecer nuestra base social, penetrando en la sociedad, y buscar dinero fuera de España, impulsando la cooperación con organismos multilaterales".
La labor de la fundación es "fomentar que haya oportunidades para las personas más pobres, para que tengan un trabajo, para que tengan ingresos, para que se conviertan en ciudadanos. Se trata de utilizar el trabajo como herramienta de desarrollo", explica González-Aller. Para Codespa, la dimensión económica es siempre tan importante como la social, por ello apoya la creación de economías incluyentes, a través de tres herramientas esenciales: la formación, facilitando el acceso a la enseñanza y a la capacitación para el empleo; los microcréditos, para personas que no tienen acceso al sistema bancario tradicional, y el acceso al mercado, para integrar a los productores en la cadena de distribución, "para que sepan venderse", apostilla el director de la fundación.
Durante sus 27 años de historia, la fundación ha gestionado alrededor de 800 proyectos en 22 países de América Latina, Oriente Próximo, África y Asia. Solo durante 2012 se han implementado un total de 151 proyectos en estas regiones, que han beneficiado directamente a 150.000 personas. Todos los proyectos siguen un mismo esquema: identificar una necesidad; buscar una oportunidad; diseñar el proyecto; buscar financiación, y obtener resultados.
Ese ha sido, por ejemplo, el modus operandi en el proyecto puesto en marcha el año pasado en Goma, en la República Democrática del Congo. En una escuela de formación profesional levantada allí por los salesianos, la intervención de Codespa ha permitido mejorar los talleres que ya existían, dotándolos de equipamiento, y construir otros nuevos. "A los alumnos se les proporcionan kits de herramientas que se consiguen a través de microcréditos, y esos fondos pasan luego al sistema", indica González-Aller. Dentro de esta acción, además, se ha formado a los profesores desde un punto de vista académico y se ha establecido un plan de negocio para los talleres. Asimismo se ha creado una oficina de inserción laboral, "que está dando altos ratios de gente que sale y consigue trabajo".
Otro ejemplo, en Vietnam. Con 1,2 millones de euros de fondos públicos de España, técnicos agrarios identificaron la fórmula para compactar fertilizante, ya que el tradicional utilizado en los arrozales no era eficiente pues acababa arrastrado por el agua en una zona de fuertes lluvias.. Se diseñó una máquina para compactar y se creó mercado. A través de microcréditos los productores pudieron acceder a esta solución, que ha permitido incrementar su producción un 30%, y un 25% la renta familiar.
Todos los proyectos de Codespa tienen un principio básico, la transparencia en el uso de los fondos, con exhaustivos sistemas de control que permiten la trazabilidad de cada céntimo recibido. Además existe una unidad interna de evolución de impacto.
Relación con el sector privado
En su estrategia de lucha contra la pobreza, Codespa considera que el sector privado tiene un papel destacado. Las alianzas de la fundación con las empresas son de dos tipos: acción social estratégica. Promueve la contribución de las empresas no solo con aportación económica, sino también con su know how, la experiencia de sus empleados y su capacidad de innovación. Red América, Fundación Roviralta, Fundación Ebro Foods o Accenture han colaborado durante el último año en esta modalidad.La otra modalidad es la integración en el negocio. Se trata de iniciar proyectos que conecten directamente con el propio núcleo de actividad de la empresa. Generar nuevos modelos de negocio en el campo de los productos y servicios para personas en situación de pobreza. DKV Seguros, Boston Consulting Group, Amadeus e IESE son algunas de las que han colaborado bajo esta línea.