Los ordenadores se pelean por parecerse a las tabletas
La industria diversifica sus productos para adaptarse a los nuevos gustos.
Hubo un tiempo en el que salir a comprar un ordenador era una tarea relativamente sencilla, aunque cara. La cuestión se reducía a decidir cuán altas se querían las prestaciones del equipo. La irrupción de los portátiles y su posterior bajada de precios democratizó la informática, especialmente en el último lustro. Pero todo cambió con la llegada de los smartphones, plataforma desde la que se conecta a internet la gran mayoría de usuarios. Su movilidad y la sustitución de los teclados por pantallas táctiles han calado muy hondo. Tanto, que propiciaron la llegada del iPad, la primera de las tabletas en inundar las tiendas y, a día de hoy, la más vendida.
La gran aceptación de que goza el ingenio de Apple ha obligado a los fabricantes de ordenadores a adaptarse a una nueva realidad. Los dispositivos tienen que ser manejables y fáciles de transportar. De ahí que los fabricantes de portátiles estén buscando las vueltas para que sus notebooks (los portátiles de menor tamaño) se asemejen a las tabletas.
Lo último, de hecho, es aunar ambos conceptos: un portátil con pantalla táctil modulable. Algunas compañías, como Acer con su Iconia Tab o el VivoTab de Asus, han optado por que la pantalla se pueda separar del teclado y usar de forma independiente como una tableta. Otros, como HP (Elitebook Revolve), Dell (XP12) o Sony (Vaio SVD1121) han preferido que sus aparatos puedan transformarse en tabletas girando las pantallas, de manera que estas ocultan el teclado.
La fiebre por parecerse a las tabletas no es casual. Según datos de la consultora tecnológica IDC, los PC solo suponen ya un 30% de los 1.200 millones de dispositivos inteligentes que se venderán en el mundo este año. Las tabletas acaparan un 10% y el restante 60% va a parar a los teléfonos inteligentes. El mismo estudio estima que dentro de tres años la cuota de mercado de los ordenadores podría caer hasta el 20%. El cambio de gustos ha provocado, por lo pronto, un vuelco en la supremacía de las compañías: si hasta hace poco HP y Microsoft reinaban cómodamente en el mercado, ahora son Samsung y Apple las que lo dominan. La coreana ha logrado, gracias a su gama Galaxy, imponerse entre los smartphones, mientras que la compañía de la manzana sigue acaparando la mitad de las ventas de tabletas.
La aparición de nuevos conceptos en informática no ha anulado los que ya existían. Los ordenadores de sobremesa, aunque supongan ahora una parte pequeña de la tarta del mercado, siguen ahí. Están apostando por pantallas cada vez más grandes, que en el caso de los all in one integran el procesador.
Los ultrabooks (los portátiles de última generación debido a su poco peso y grosor), por su parte, siguen lanzando nuevos modelos, igual que sucede con los notebooks tradicionales.
La inmensa variedad de productos disponibles aconseja que, antes de lanzarse a las tiendas, se tenga claro al menos el uso que se le dará al aparato.
Objetivo: la pantalla, a la vista
En su afán por hacer que los portátiles hagan honor a su nombre, dándoles toda la versatilidad posible, las grandes compañías se han buscado las vueltas para que sus aparatos puedan hacer las veces de una tableta cuando están cerrados. Solo el peso y el grosor (además del precio) les diferencian de las tabletas.Las soluciones han sido variadas. Si Dell ha optado por que la pantalla pueda dar la vuelta por su eje lateral, HP ha decidido que la manera más óptima de conseguirlo es hacer que rote sobre la base que le une al teclado. Asus, por su parte, ha tirado por la calle de en medio. Su portátil Taichi es un todo en uno: con el grosor de un ultrabook, el aparato tiene no una, sino dos pantallas, una a cada lado de la tapa. A quien le seduzca la idea tendrá que esperar: se ha retrasado su lanzamiento, que estaba previsto para el mes de diciembre.