Lucha titánica contra el déficit, victoria pírrica
Los últimos datos oficiales constatan que el déficit del conjunto de la Administración pública alcanzó hasta septiembre los 55.348 millones de euros, un 5,3% del PIB, muy cerca por tanto del 6,3% comprometido para todo el año ante Bruselas. El Gobierno reconoció con la boca pequeña la pasada semana que no podrá cumplir con esa cifra, pero, a la espera de lo que ocurra con los ingresos en el mes de diciembre, confía en que el desvío no supere el 7%.
Será difícil no rebasar esa línea roja si se repite la experiencia del año pasado. En 2011, el desfase fiscal hasta septiembre superaba los 56.700 millones, también del 5,3% del PIB y, sin embargo, finalizó el ejercicio en el 8,96%. Quiere decir que casi la mitad del desfase se generó en el último trimestre. A priori parece, por tanto, que aunque la lucha de Hacienda para atajar el déficit está siendo titánica por la magnitud de las iniciativas puestas en marcha, los resultados tardan demasiado en llegar y, por ahora, son pírricos. La culpa la tiene la magnitud de la recesión que tiene como consecuencias más directas un gasto en desempleo desbocado y una Seguridad Social que retorna a los números rojos.
El Gobierno espera que medidas como el aumento del IVA, el mayor de la historia reciente, el incremento de los pagos fraccionados en el impuesto sobre sociedades o los ahorros procedentes de la supresión de la paga extra de los funcionarios logren contener el desequilibrio de forma que en Bruselas sepan apreciar los esfuerzos del Ejecutivo y accedan a relajar de nuevo el calendario de cumplimiento del déficit. Para una economía como la española, demasiado dependiente del consumo, será capital.
Las medidas que faltan por hacer
Si han sido muchas y de calado las reformas emprendidas hasta ahora, no lo son menos las que restan por hacer. El Gobierno, en un intento por adelantarse a las exigencias de Bruselas si al final hay que pedir el rescate, ha anunciado el redimensionamiento del sector público. Si de verdad se quiere aplicar el lema una administración, una competencia, desde luego al Ejecutivo de Rajoy le queda mucho trabajo por hacer. El desarrollo del Estado autonómico, al margen de sus bondades, ha supuesto que muchas estructuras y organismos existan por duplicado e incluso por triplicado, con el consiguiente encarecimiento que eso supone.Por desgracia, la necesidad de ahorrar y no la lógica ha hecho que sea ahora una de las actuaciones más urgentes. De hecho, buena parte del malestar de la ciudadanía se debe a que se haya optado por medidas cortoplacistas como la supresión de la extra a los funcionarios y no se haya acometido una drástica reducción del número de altos cargos y políticos.En pensiones, uno de los pilares del Estado del bienestar, Bruselas está empeñada en que se acelere la última reforma emprendida para hacer el sistema sostenible a largo plazo. Por un lado, habrá que adelantar el retraso de la edad legal de jubilación a los 67 años, vincular ésta más estrechamente a la esperanza de vida, así como penalizar los retiros anticipados y la jubilación parcial.