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El exconsejero delegado lo cifró ayer en 18.000 millones

Verdú asegura que cuando llegó a Bankia "advirtió de un problema de liquidez"

El que fuera consejero delegado de Bankia Francisco Verdú ha admitido este miércoles ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu que a su llegada a la entidad, el 16 junio de 2011, a diez días de la salida a bolsa, detectó un problema de liquidez cifrado en unos 18.000 millones de euros y también un problema de morosidad.

Verdú, que se mantuvo en la dirección de la entidad bancaria con el equipo del actual presidente, José Ignacio Goirigolzarri, hasta su dimisión del cargo el pasado 4 de julio, ha declarado este miércoles durante una hora ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5. Fue el segundo en comparecer ante el juez, tras hacerlo el ex vicepresidente de la entidad José Luis Olivas.

Según fuentes presentes en la declaración, el que fuera vicepresidente de Banca March ha manifestado que fue el expresidente de Bankia Rodrigo Rato quien le llamó personalmente para pedirle que entrara en la entidad, dada su gran experiencia en integración de empresas. 2,2 MILLONES AL AçO

Verdú ha relatado que habló del asunto en el propio domicilio de Rato con el fin de que la negociación para su entrada en Bankia no afectara a su puesto en Banca March.

Finalmente se fijó para él un sueldo de 1,7 millones de euros anuales más 50.000 euros de plan de pensiones, si bien el exconsejero delegado ha señalado que no entró por el dinero, sino por el "reto" que se le proponía.

Nada más llegar, en junio de 2011, Verdú se dio cuenta de que Bankia debía resolver un problema de liquidez, pues existían vencimientos a hacer frente a septiembre de 2011 y junio de 2012 y era necesario reforzar el capital.

También existía en Bankia un problema de morosidad muy importante, según ha manifestado el exconsejero durante su declaración judicial, y para superar la situación se produjeron despidos, se mejoró la eficiencia en el control del gasto y se reforzó el personal de oficinas para aumentar la recuperación de capital, con el objetivo de ahorrar 200 millones de euros al año.

Verdú ha reconocido que Bankia contaba con muchos clientes, aunque entidades como La Caixa eran más eficientes en la venta de productos como seguros.

A lo largo de su declaración judicial Verdú ha narrado ante el juez, el fiscal Anticorrupción Luis Rodríguez Sol y los letrados personados en el prodecimiento que se incorporó a la comisión especial para la salida a los mercados de Bankia como un miembro más, aunque con muy poca información porque llevaba poco tiempo en la entidad.

Sin embargo, en el folleto para la salida a Bolsa Verdú aparece como principal responsable de los datos. La publicación la realizó el despacho Uría y Menéndez con personal del propio banco.

En lo relativo a la reformulación de las cuentas en mayo de este año, Verdú ha mantenido la versión aportada por otros directivos imputados de la caja, en contradicción con lo señalado este martes por otra de las imputadas, la consejera y catedrática de Economía Araceli Mora.

Mora defendió que cuando las cuentas se cierran no pueden ser reformuladas por hechos posteriores, mientras que para Verdú sí existe esta posibilidad. Ha añadido que cuando se presentaron en marzo no existía problema alguno con Bankia, aunque sí con su matriz, el Banco Financiero de Ahorros (BFA), al que se ha referido como su "banco malo". El reto era de ganar entre 1,5 y 1,7 millones de euros al año.

También ha dicho que Bankia era el menos eficiente de los bancos grandes, ya que contaba con 95.000 clientes que presentaban problemas de pago.

Según Verdú, la reformulación de las cuentas de Bankia estaba justificada por el deterioro de la economía y el aumento de la morosidad, además de por las exigencias del decretro 2/2012 para el saneamiento de los activos inmobiliarios en el sector financiero. RATO LE COMUNICâ QUE DIMITIRÍA

Por ello, se trabajó en un plan elaborado por Deloitte, según Verdú, que consistía en pasar activos fiscales y sociedades participadas a BFA. Ha reconocido que el 7 de mayo el propio Rato le convocó a primera hora de la tarde.

El expresidente le explicó que había hablado con Economía y presentado un plan que no había sido aprobado por los autoridades, por lo que decidió dimitir.

Sobre el Consejo de Administración del 25 de mayo, en el que se aprobó la reformulación de las cuentas, ha comentado que fue "muy tenso" porque se pidió la dimisión de todos los consejeros menos él. Al ser cuestionado por el juez sobre esta circunstancia, Verdú ha contestado que su caso era diferente, porque sólo llevaba 8 meses en Bankia, por lo que se optó por dejarle "centrado en el negocio".

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