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Las nacionalizadas deben reducir sus préstamos, sobre todo al ladrillo

Las restricciones de crédito que impone Bruselas complican financiar el 'banco malo'

Bruselas ha impuesto a la banca nacionalizada planes de reestructuración que conllevan una fuerte reducción del volumen de créditos (en Bankia pasará de 182.000 millones a 125.000 para 2015), especialmente al ladrillo. La limitación dificultará la financiación necesaria para dar salida a los activos del banco malo, que no puede dar préstamos.

La creación de la sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb) es una de los mandatos que Bruselas impuso para conceder el rescate financiero a la banca española en apuros. Sin embargo, las condiciones de reestructuración que aprobó la pasada semana para las entidades beneficiarias dificultará el éxito del banco malo.

A fin de reducir el riesgo futuro de las entidades asistidas, éstas tendrán que reducir el volumen de crédito que conceden, especialmente aquel relacionado con el ladrillo. Sareb, a su vez, no cuenta con la capacidad de ofrecer préstamos pese a su sobrenombre de banco malo, por lo que la venta de su carga dependerá de la financiación que le ofrezcan las mismas entidades a las que se les exige que sufraguen menos operaciones inmobiliarias.

En el caso más paradigmático, el de Bankia, la Comisión Europea exige que el volumen de crédito concedio pase de los 182.000 millones actuales a 125.000 para 2015. La cartera de préstamos a promotor que se traspasará de forma inminente a Sareb -exceptuando solo los créditos inferiores a 250.000 euros- aligerará su carga hasta los 144.600 millones con lo que el peso de la financiación a promotores pasará de ser el 19% a 2% del total, pero las previsiones de la entidad no contemplan porcentaje alguno asignado a esta cartera para dentro de tres años.

Y es que el nuevo crédito tendrá otros usos. Los vencimientos previstos hasta 2015 permitirán rebajar crédito y conceder 51.700 millones de euros en nuevos préstamos, pero el 84% de dicho montante irá destinado a pymes y empresas no dedicadas a la promoción inmobiliaria. Aunque NovaGalicia no ha detallado los objetivos marcados, el mandato de Bruselas redunda en esta línea de actuación.

El banco malo, por su parte, necesitará financiación para vender paquetes de activos tóxicos a grandes inversores; fondos para desarrollar los suelos y promociones en curso e hipotecas para que los particulares terminen haciéndose con las viviendas que absorba.

El hecho de que Sareb no tenga capacidad para ofrecer crédito ha sido destacado por los potenciales inversores como uno de los principales problemas del instrumento. Aunque el FROB pretende solventar el asunto firmando acuerdos de financiación con la banca, el proceso de restricción crediticia en el que esta se haya, especialmente sobre el riesgo inmobiliario, multiplicada en el caso de las nacionalizadas por el mandato de Bruselas, no ayudará.

Más teniendo en cuenta que unas y otras entidades aun necesitarán utilizar parte de su crédito para dar salida a su propio stock. "Un aspecto crítico es la redacción y negociación de los contratos que deberán regir la relación entre la Sareb y los bancos que transfieran sus activos, durante el tiempo en el que las entidades gestionen activos propios y pertenecientes a la Sareb", expone Francisco Uría, socio responsable de Sector Financiero de KPMG.

"Las nacionalizadas tienen que reducir su inversión crediticia, esta seguirá cayendo en 2013, y eso será un lastre de cara al banco malo, como también para inmobiliarias, o las propias entidades, que deben vender sus pisos", asume Nuria Álvarez, analista de Renta 4.

"Como mucho, saldrán adelante promociones de los propios bancos. Obviamente, todos venderán antes lo suyo que lo del banco malo o se darán mejores condiciones de financiación. Sareb tiene el mismo problema que las inmobiliarias, depende del crédito que le tiene que dar otro", ilustra Álvarez.

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