Sube la presión para eliminar del mapa a la banca más tóxica
Ahora le ha entrado las prisas al Gobierno. Desde hace unas semanas las entidades financieras aseguran que día que pasa día que la presión del Ejecutivo aumenta. Y es que el calendario impuesto por Bruselas para reformar el sistema financiero y así conceder las ayudas públicas para recapitalizar a las cajas problemáticas -37.000 millones de euros- está a punto de caducar y aún existen varios frentes abiertos por parte de España.
De momento, la gran apuesta del Ejecutivo, y en el que el Banco de España ha puesto todo su empeño, el banco malo, comienza a tomar forma, pero con cierto retraso y no sin exprimir al sector financiero, según la expresión empleada por un destacado ejecutivo de un importante banco del país. El viernes se constituyó Sareb, más conocido como el banco malo. Pero su estreno no ha contado con la típica foto de Gobierno y banqueros sonriendo en la firma de su constitución. Y es que el banco malo ha nacido con el Estado como único accionista.
Las reticencias de la gran mayoría de los grupos bancarios hicieron imposible su bautizo a bombo y platillo como pretendía el Ejecutivo. Pero al final, y casi "por el artículo 33", como recordaba un banquero la semana pasada, al final, Economía y el Banco de España han logrado involucrar en el proyecto a aseguradoras, bancos de inversión y como es lógico a la banca sana. Sólo falta la confirmación de BBVA, primer banco que dijo sí a Sareb y el que más se está haciendo de rogar "porque no ve nada claro el proyecto", apuntan fuentes conocedoras de los tiras y aflojas del banco con el departamento que dirige Luis de Guindos.
También quedan frentes abiertos en la reestructuración del sector. Faltan por subastar Catalunya Banc, Novagalicia y Banco Gallego. La puja de la firma catalana se iniciará en las próximas semanas, una vez que finalice la modificación del libro de venta, tras el cambio de perímetro que sufrirá la entidad al traspasar sus activos inmobiliarios al banco malo.
La incógnita sobre el futuro de Novagalicia Banco se mantiene. Mientras que el Banco de España quiere que se subaste tras la adjudicación de la firma catalana su presidente, José María Castellano, lucha por el banco independiente como mínimo un año. Para ello cuenta con el documento de Bruselas en el que se aprueba el plan recapitalización de la firma gallega y en el que dice que la entidad será liquidada en 2017 si no ha conseguido comprador para entonces. Pero quedan otras entidades que aún deben despejar su futuro: BMN, Liberbank y Ceiss -el banco de Caja España Duero-.
El futuro de Bankia también está por definir, pero al ser una entidad sistémica se ha salvado de una subasta o venta.
BMN y Liberbank deberán someterse a un nuevo plan de reestructuración con la inyección, además, de bonos convertibles contingentes (cocos) por parte del FROB. El plan está pendiente de la aprobación de Bruselas, lo que se producirá el próximo 20 de diciembre.
Otra incógnita es Ceiss cuya fusión con Unicaja lleva ya varios meses, incluso más de un año de retraso. Pero ahora, y tras la reciente experiencia de Ibercaja, que tras la presión del Gobierno, ha decidido comprar Caja 3, aunque una vez que esté totalmente recapitalizada con dinero público, limpia de activos tóxicos y hechos los correspondientes ajustes de personal y oficinas que le impondrá Bruselas.
De no ser por esta operación Caja 3 hubiera estado abocada a su nacionalización.
Ibercaja no quiere, como le ocurre a Unicaja -sus presidentes, Amado Franco y Braulio Medel son de la misma escuela- contaminar sus activos con ayudas públicas, y una fusión con Caja 3 hubiera tenido este efecto. Por ello, mantendrá separadas las marcas y balances hasta que Caja 3 devuelva las ayudas en forma de cocos.
El Gobierno también presiona a Unicaja para que selle ya su alianza con Caja España Duero -no entra en sus planes una ruptura de esta operación-, y una vez que Bruselas ha abierto ya el cajón con las ayudas, Unicaja ha optado por seguir con la unión. Pero los términos han variado considerablemente. Ya no será una fusión, sino una compra. Unicaja comprará Ceiss. Eso sí, una vez que haya traspasado todos sus activos tóxicos al banco malo, haya realizado su plan de ajuste y haya sido recapitalizada con los fondos de Bruselas.
Y como Ibercaja, Unicaja espera no contaminar su balance con estas ayudas, ya que Europa le impondría algunos condicionantes a su operativa o tamaño. Por ello, parece que también mantendría separados sus balances una temporada. Todo para tener un balance impoluto.