Yo soy mi propia marca
La recesión económica y la implantación de la cultura 2.0 impulsan el desarrollo de la imagen personal entre los profesionales independientes
Si la aparición del contrato temporal en los ochenta terminó con el concepto del trabajo para toda la vida, la crisis actual está acentuando otro cambio no menos sustancial en el mundo laboral, con la generalización de la subcontratación de servicios. "El concepto de empleado como la persona que pone su tiempo a disposición de la empresa a cambio de una ocupación está dejando paso al del profesional autónomo que funciona como una microempresa, que gestiona un proyecto dentro de una compañía. Cuando este concluye, puede que no haya otro y ese trabajador tendrá que buscar otros clientes a los que ofrecer sus habilidades". Este nuevo paradigma es uno de los motivos que, según Jordi Collell, socio fundador de la consultora Soymimarca, explican el incremento de la preocupación por el desarrollo de la marca personal en España. "El futuro de las relaciones laborales va a ser gestionar marcas".
El objetivo final de la marca personal es el mismo que el de la comercial: que te elijan. "El propósito es conseguir identificar aquello que te hace valioso, útil y fiable para que te perciban como la persona o el profesional con quien hay que estar o trabajar", explica Andrés Pérez Ortega, especialista en estrategia personal. "Es el gran escaparate de uno mismo", añade José Luis Casal, de Talk2Us Comunicación. Ahora, con más de tres millones de autónomos, 108.000 más que hace un año, el número de trabajadores preocupados por mejorar ese escaparate propio aumenta. "Cada vez hay más personas que se replantean su carrera profesional y se reinventan porque el mercado no puede absorberlos con la rapidez que ellos quisieran", dice Rubén Turienzo, profesor de personal branding de la escuela de negocios CEU, para quien la marca personal está tomando más fuerza entre los sectores damnificados por la crisis, que son los que más se están decantando por el autoempleo.
Se trata de profesionales liberales de la construcción, como arquitectos o delineantes; el profesorado, que se está nutriendo de mandos intermedios que pierden su empleo, o el coaching, al que llegan empleados de todas las ramas. Junto a ellos destaca el sector de los medios de comunicación.
En épocas como esta, en las que la oferta de profesionales supera tan ampliamente a la demanda, "la marca personal nos permite sobresalir, destacar y ser más visibles", comenta Pérez Ortega. "Como en el colegio, no puedes esperar que el profesor te pregunte, sino que tienes que adelantarte y levantar la mano. Ahora la mano levantada es nuestra propia marca", sentencia.
PUNTOS FUERTES
Los expertos coinciden en identificar tres fases en todo plan de gestión de la marca personal. La primera, más introspectiva, consiste en el autoconocimiento, analizando las habilidades propias y los puntos fuertes para definir qué queremos ser. En una segunda etapa se establece la estrategia, se sintetiza el mensaje con el que sobresalir en el mercado y se determina el público objetivo. Por último, se trata de ganar la visibilidad necesaria para ser conocido y reconocido. Es en este último punto donde la irrupción de Internet y las redes sociales incorporan una diferencia fundamental, ya que "han democratizado la gestión de la marca personal", explica Collell.
No obstante, la mejor fórmula consiste en combinar los medios tradicionales con la comunicación online, el networking físico con el virtual, asistir a conferencias, eventos y reuniones que congreguen a personas influyentes con capacidad de contratar y al mismo tiempo generar contenidos propios que aporten un valor diferencial. "Así como las marcas comerciales regalan muestras de sus productos para ganarse la confianza de los consumidores, las personas también tienen que presentar gratis algunos ejemplos de su trabajo", detalla Pérez Ortega.
En este sentido, la herramienta más eficaz es el blog personal, porque además "te posiciona como experto y te ayuda a aparecer en los primeros puestos de los buscadores", argumentan desde Talk2Us.
Son los pasos que ha seguido Carme Gibert, que después de una larga trayectoria en puestos de responsabilidad de la administración local ha optado por gestionar su marca como consultora y formadora en comunicación corporativa e institucional. "Era un buen momento para reciclarme y reubicarme personal y profesionalmente". Empezó hace cinco meses y comienza a ver los primeros logros aún intangibles del proceso. "Eres mucho más hábil y capaz de vender tu trabajo. Te ayuda a descubrir tus puntos fuertes y a subirte la moral", asegura esta barcelonesa. En el mismo momento se encuentra Toni Monés, que potenciando su marca personal y su blog La vida es una joya está logrando que su taller de joyería llegue a mucha más gente, "aunque de momento mido los resultados más por el grado de satisfacción obtenido que por los rendimientos económicos que confío tener relativamente pronto".
"La construcción y el reconocimiento de una marca personal no se consigue de la noche a la mañana. La paciencia, la perseverancia y la coherencia son claves en este proceso porque tu marca te va a acompañar siempre", advierte Turienzo.
La era digital presenta un ingente abanico de posibilidades, pero también algunos riesgos, porque "antes tenías licencia para equivocarte, pero ahora un comentario desafortunado puede acompañarte durante muchos años. El rastro digital es difícil de borrar".
De ahí que la gestión de la marca personal no solo forme parte ya de la programación académica de la mayoría de los másteres de gestión que imparten las principales escuelas de negocios del país, sino que también va a dar el salto al campus a través del primer posgrado universitario de personal branding que prepara la Universidad Ramón Llull para el próximo curso. Porque, como sentencia su director académico, Jordi Collell, "se necesitan profesionales con las herramientas necesarias para ayudar a cualquier persona a diseñar y ejecutar su propio plan de marca".