La deuda de empresas y familias desciende a niveles previos a la crisis
La caída de ingresos y el deterioro económico siguen obligando a familias y empresas a reducir su endeudamiento. Los últimos datos del Banco de España constatan que la deuda viva a finales de septiembre ha retornado a niveles previos al estallido de la crisis.
En concreto, la deuda de los hogares disminuyó un 0,42% en el noveno mes del año en comparación con el mes anterior y sumó 840.580 millones de euros, el nivel más bajo desde junio de 2007, según las cifras que ha dado conocer esta mañana el Banco de España.
En tasa interanual, la deuda de las familias cayó un 3,6% en septiembre, especialmente por el retroceso de los créditos al consumo, que descendieron un 4,7%, hasta situarse en 189.974 millones de euros. De la misma forma, la deuda hipotecaria bajó en septiembre un 3,3% en tasa interanual y se situó en 647.782 millones de euros, lo que representa todavía el 77,06% del endeudamiento total de los hogares.
Esta proporción se mantiene desde hace varios años, ya que la caída de la inversión en vivienda ha sido paralela a la del endeudamiento total, por lo que el importe que las familias destinan a su hogar ocupa la mayor parte de su ahorro.
La deuda de las empresas, por su parte, se mantuvo prácticamente estable en septiembre en relación a agosto y sumó 1,21 billones de euros, el nivel más bajo desde noviembre de 2007. En tasa interanual, descendió un 3,9% debido, sobre todo, a la caída del 6,1% de los préstamos de entidades de crédito residentes y préstamos titulizados fuera de balance, que se redujeron un 5,9%, hasta sumar 792.700 millones de euros.
En cambio, los valores distintos de acciones crecieron un 9,5% en septiembre en tasa interanual, hasta los 69.985 millones, mientras que los préstamos al exterior bajaron un 1,3% en relación al mismo mes de 2011, hasta los 350.568 millones de euros.
Pero ¿cuáles son las razones reales por las que está disminuyendo la deuda de empresas y familias? En primer lugar, la reducción se debe al desplome que se ha producido en la contratación de nuevo crédito. Así, en el ámbitos de las familias el crédito hipotecario ha pasado de existir prácticamente sin restricciones de ninguna clase (incluso se concedía para financiar bienes de consumo y otros servicios distintos a las viviendas), a estar reservado a hogares hiper solventes que quieran adquirir casas procedentes de las carteras de activos de la banca.
Conclusión: como apenas existe crédito nuevo, la deuda viva es lógico que disminuya mes tras mes. En este sentido, hace muy pocos días se conocía que en la actualidad apenas el 37% de las casas que se venden se financia con un préstamo hipotecario.
En las empresas ocurre prácticamente lo mismo, la mayoría de las compañías con un elevado nivel de endeudamiento en cuyo negocio ha impactado fuertemente la crisis económica global están tratando de renegociar las condiciones de sus préstamos con el fin de que el pago de los intereses no termine de estrangular su actividad.
En este caso, por tanto, la disminución del endeudamiento total es también atribuible a las trabas que tienen las compañías para obtener nuevo crédito.
No existen datos estadísticos oficiales capaces de discernir cuántas empresas y familias están optando, si su situación se lo permite, por amortizar de forma anticipada sus préstamos para reducir su deuda. Los expertos, entretanto, siguen señalando la deuda privada como el gran problema de la economía española, por lo que creen que el desapalancamiento debería acelerarse.