La receta: menos ajuste y más crecimiento
Pese a que aún no hay brotes verdes y parece que habrá que esperar aún varios meses para que puedan florecer, si es que florecen, el consejero delegado del primer banco de España, Alfredo Sáenz quiso ayer aprovechar la presentación de resultados del grupo para transmitir un mensaje positivo sobre el futuro de Europa en general y sobre el de España en particular.
El banquero considera que la crisis económica en España aún no tocará fondo. Lo hará en el último trimestre de 2013, y la recuperación será lenta, aseguró. Pese a ello, el ejecutivo incluso para lanzar este mensaje negativo utilizó un tono reposado y en cierta forma optimista. Parece que su asistencia a la reunión del FMI en Tokio hace dos semanas le ha insuflado optimismo. "España se ve como un país que va avanzando en positivo y resolviendo sus problemas", explicó el banquero. Y pese a que las auditorias realizadas por Oliver Wyman a la banca española no han insuflado inicialmente la confianza en el sector que se esperaba, Sáenz, considera que estas pruebas de solvencia "han sido bien aceptados y han consolidado la credibilidad del Gobierno español en cuanto a la forma de gestionar la reestructuración financiera y los problemas en general". Y como es lógico destacó la fortaleza de Santander, dejando atrás los posibles complejos de tener sus raíces en España, origen al que los mercados y analistas han tenido muy presente hasta ahora. "Nuestra bandera es la bandera del país y defendemos el país", declaró.
"A Santander se nos ve fuertes y se nos percibe como uno de los grandes bancos internacionales", destacó, en relación con el sentimiento que percibió durante la reunión del FMI. Sáenz afirmó que la impresión en esta reunión es que aunque España debe seguir con los ajustes, "avanza en positivo", mientras que aunque se sigue insistiendo en que en Europa se tienen que hacer reformas, ya se empieza a hablar "insistentemente de crecimiento".
"Este es un lenguaje nuevo", subrayó Sáenz, quien insistió en la misma receta. Lo importante ya no es tanto la austeridad, si no el crecimiento.
"Me he venido con la impresión clara de que aunque las realidades económicas de las diferentes áreas del mundo no son muy buenas, el sentimiento de los bancos centrales europeos y de los ministros de Economía y Finanzas de todo el mundo era positivo. Se percibía un consenso razonablemente optimista", recalcó.
Pese a que Europa sigue siendo, según reconoció el banquero, el principal punto de preocupación, "ha desaparecido el riego de ruptura del euro". Y es que Europa, a pesar de las dificultades ha dado pasos concretos, como la unión fiscal, política y sobre todo bancaria, además de la decisión del BCE de llevar a cabo un programa de compra de deuda de países con problemas de financiación, explicó.
Sáenz, además, destacó la figura del presidente del BCE, Mario Draghi, cuya "talla" ha dicho, "ha crecido muchísimo. Tiene una enorme credibilidad creciente, es mucho más activo, influyente, y su optimismo sobre Europa ha sido contagioso".
Por cierto, Sáenz confirmó que el banco mantendrá el dividendo. Y respaldó por completo la ampliación de capital de 2.500 millones de Banco Popular. "Soy optimista sobre el éxito de Popular. El banco se lo merece", dijo.