Cataluña tiene más de 80.000 viviendas nuevas pendientes de venta
Cataluña tenía hasta julio 81.586 viviendas nuevas pendientes de venta, 43.988 en la provincia de Barcelona, de las que buena parte son de difícil colocación por su emplazamiento, según datos de la Asociación de Promotores de Barcelona (APCE).
Así lo ha explicado en una entrevista el presidente de la APCE, Lluís Marsà, quien ha alertado de que será difícil liquidar el 'stock' por la falta de financiación y porque parte de las viviendas están en zonas sin demanda, de modo que intentar alquilarlas -como pretende el Gobierno- asegura que no tiene sentido porque se puede tardar años: "No digo que se echen abajo, pero son de difícil absorción", añade.
Cataluña tiene 11 viviendas nuevas vacías por cada 1.000 habitantes, y por provincias la cifra es de 23 en Tarragona, con un 'stock' de 18.389; 20 en Girona (14.949), diez en Lleida (4.294) y ocho en Barcelona (43.988), mientras que en la conurbación de Barcelona hay cuatro (12.253) y en la capital catalana, tres (4.415).
Si las viviendas ubicadas en barrios periféricos o en pequeños municipios tienen poca demanda, la asociación sí ha detectado, en los últimos meses, un regreso de los inversores tradicionales, dedicados a la compra de viviendas para su alquiler y que buscan inmuebles con tres o cuatro habitaciones y bien ubicados -por ejemplo, en el Eixample barcelonés-: "No están interesados en municipios con mucho 'stock'".
En la provincia de Barcelona, la superficie media de los pisos nuevos entre junio de 2011 y 2012 creció un 1,6% con respecto al segundo semestre de 2010 hasta los 84,7 metros cuadrados, mientras que el precio de venta cayó un 9,1% hasta los 279.019 euros y el precio del metro cuadrado útil se desplomó un 12,7%, hasta los 3.598 euros, según datos de la entidad.
La Asociación de Promotores de Barcelona ha perdido en torno al 20% de miembros desde 2009 y ahora cuenta con 400 grupos inmobiliarios que representan a más de 1.000 empresas en la provincia.
Marsà ha destacado el "drama social" por el despido de hasta el 80% del personal en las firmas que siguen en pie, que lo han conseguido en buena parte debido a que son muy locales, haber diversificado sus actividades y no haberse endeudado en exceso.
Para Marsà, la solución pasa por la recuperación del sistema financiero español y por abrir el grifo del crédito, por lo que ha pedido a las administraciones que faciliten el trabajo de los bancos sanos, en lugar dice de dictarles las mismas condiciones que a los que requieren ayudas, y ha alertado de que el déficit de viviendas nuevas en las zonas con demanda puede redundar en una subida de precios.
Otras vías pasan por salir al exterior, atraer a inversores rusos y chinos, y conjurar la competencia de los bancos, con buena parte del 'stock', encargándose de edificar en los suelos de su propiedad, que a su juicio son el "principal problema" de las entidades financieras, y lo serán también del 'banco malo'.
Una veintena de miembros de APCE ya han emprendido operaciones mixtas con bancos, y el presidente de la entidad ha abogado por las "sinergias conjuntas", puesto que las entidades financieras necesitan profesionales del sector inmobiliario para desarrollar y dar salida a sus terrenos.
Marsà, que el 9 de octubre relevó a Enric Reyna al frente de la APCE, se ha fijado como retos abordar la mejora de la eficiencia energética de las edificaciones sin disparar el coste para los compradores, así como la adaptación de las empresas a un mercado más orientado al alquiler que a la venta.