BBVA pacta la salida de 1.169 empleados de Unnim
BBVA y los representantes de sus trabajadores cerraron anoche un acuerdo, que ordena la salida de 1.169 empleados, con el que dar cumplimiento a los ajustes exigidos por Bruselas tras la adquisición de Unnim por parte del banco. El plan, que corre en paralelo al cierre de 332 oficinas, incluye prejubilaciones, recolocaciones y bajas incentivadas que se consumarán progresivamente hasta mediados de 2014.
Unnim, la malograda fusión entre Caixa Manlleu, Caixa Sabadell y Caixa Terrassa, fue subastada el pasado 7 de marzo y adquirida por BBVA al precio simbólico de un euro. La operación, además, estuvo acompañada de un esquema de protección de activos (EPA) destinado a cubrir el 80% de las pérdidas de la entidad intervenida. Las autoridades de Competencia de la Unión Europea dieron su visto bueno a la compra en julio, pero impusieron condiciones.
Como ya hiciera en el caso de la adquisición de CAM por parte de Sabadell, Bruselas reclamó un severo ajuste en la red de oficinas y el personal que compensaran las ventajas competitivas de las que disfrutaría BBVA frente al resto del sector. En concreto, el mandato exigía un ajuste de 332 sucursales y una reducción de personal de 1.218 personas antes de julio de 2014. BBVA y los representantes de sus trabajadores firmaron anoche un acuerdo para dar cumplimiento a esta exigencia.
El pacto recoge la salida de 1.169 empleados de Unnim, que cuenta con una plantilla cercana a las 3.000 personas. La cifra contrasta con las 1.218 salidas que planteó inicialmente la entidad, en línea con Bruselas, pero se debe simplemente a que, bajo la reclamación sindical, la empresa ha accedido a descontar los 49 trabajadores que ya habían salido de la entidad desde fue subastada.
A partir de aquí, se abren dos fases de ajuste. En una primera, que afectará a 600 personas, se establecen programas de prejubilaciones, excedencias y bajas voluntarias. Unos 200 afectados, los que tengan, al menos, 53 años de edad y 10 años de antigüedad, serán prejubilados y recibirán un 75% de su salario bruto hasta los 64 años, lo el equivalente al 70% de su sueldo, si lo perciben hasta los 65 años. Aunque el colectivo puede empezar a recibir su pensión pública a partir de los 63 años, si acceden a ella antes de los 65 sufrirían fuertes descuentos.
Las indemnizaciones por despido, ampliamente superiores al mínimo de 20 días por año trabajado y tope de 12 mensualidades que recoge la nueva reforma laboral, se establecen en los 35 días por año trabajado -y 30 mensualidades- más una prima adicional, equiparable a un mes extra de salario por cada tres años en la empresa.
50 días por año y una prima de 100.000 euros
BBVA prevé admitir también una suerte de dimisiones voluntarias para aquellas personas de entre 50 y 52 años, con especiales dificultades para encontrar empleo pero aun muy lejanas de la jubilación, en las que los empleados salientes recibirían una prima de 100.000 euros más 50 días de salario por año trabajado.
Finalmente, se abre un programa de excedencias, con un plazo máximo de cinco años de duración, remunerado con un 30% de salario -hasta los 12.000 euros anuales- a quienes se acojan, bajo la pretensión de reintegrarlos en el grupo lo antes posible.
Las recolocaciones precisamente son la piedra angular del segundo grupo de trabajadores afectados. Los 569 empleados restantes, según fuentes sindicales, irán saliendo progresivamente entre ahora y junio de 2014, cuando concluye el plazo dado por Bruselas, bajo la premisa de ser absorbidos por el grupo BBVA según vayan surgiendo vacantes.
El acuerdo entre BBVA y los sindicatos sigue la veda abierta la pasada semana por Sabadell, que acordó con los representantes de los trabajadores la salida de 1.250 empleados mediante un sistema de prejubilaciones y bajas incentivadas.