España intensifica la campaña para la intervención del BCE
El Gobierno español acepta que tendrá que pedir un rescate tarde o temprano, aunque respeta para ello los plazos que le marca Alemania. Ayer, fuentes del Ministerio de Finanzas reunieron a los periodistas extranjeros en España para filtrarles un mensaje que ya circula hace semanas por la española: Moncloa está dispuesta a aceptar las condiciones pero no quiere el dinero. Con ello, logrará que el BCE intervenga en el mercado de deuda. El destinatario de este mensaje: el Gobierno de Merkel.
El Gobierno español está dispuesto a aceptar un hipotético rescate que, por ahora, frena Alemania. Y, como ha quedado explicitado en las últimas semanas, todo parece indicar que la vía sería solicitar formalmente la ayuda al Mecanismo Europeo de Estabilidad, firmar su condicionalidad, pero no usar el dinero para comprar bonos a no ser que sea estrictamente necesario. Así se lo ha hecho saber a la prensa extranjera en España en un encuentro con un "alto directivo" del Ministerio de Economía. Tanto Financial Times comoWall Street Journal se hacen eco en sus ediciones online de hoy del contenido de este encuentro.
Este briefing con corresponsales constituye una suerte de llamada de auxilio del Gobierno a Alemania, presionado como está a su vez por numerosos grupos de presión dentro de sus fronteras, sobre todo las empresas. La cuestión es que sobre la decisión de España no pesa solo los intereses españoles. "Hay que tomar en cuenta las implicaciones [de la petición] para España y para el conjunto de la zona euro", señaló Guindos en la rueda de prensa posterior al Ecofin celebrado la pasada semana en Luxemburgo. Entonces, aseguró que "el Gobierno está recabando información sobre esas implicaciones" y actuará en consecuencia. Precisamente, Alemania teme que la activación de programa de recompra por parte de España tenga también un efecto beneficioso sobre la prima de riesgo.
Sin embargo, el tiempo pasa en el reloj español. Sobre todo para facilitar la refinanciación de las empresas españolas, sin poner en peligro la reputación de los bonos españoles.