El IVA y la caída del turismo nacional se comen las ganancias de la temporada alta
La actividad de la industria turística en España muestra dos caras muy diferentes. En el lado positivo figuran los viajeros extranjeros, con un fuerte incremento en las llegadas y el gasto. El Ejecutivo prevé que este año se puede cerrar con 58 millones de entradas, retomando las cifras registradas antes de la crisis y que los ingresos pueden llegar a rozar los 56.000 millones de euros, otro máximo histórico. José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo del lobby turístico Exceltur, atribuyó ayer esa mejora a tres factores.
"Un repunte de las tensiones geopolíticas en Egipto a partir de junio, lo que ha provocado un nuevo traslado de turistas a España; una mejora del turismo ruso, de alto poder adquisitivo, y el resurgir de mercados emisores importantes como el británico o el de los Países Nórdicos", ha precisado durante la presentación del balance del tercer trimestre y de las perspectivas para 2012. Zoreda cree que esos factores se mantendrán entre octubre y diciembre, lo que propiciará que la demanda externa aporte ocho décimas al PIB turístico.
Esa contribución, sin embargo, no será suficiente para compensar el profundo deterioro del turismo nacional, que representa el 50% de los desplazamientos en los destinos más visitados y que se ha visto lastrado por la menor renta disponible, las subidas de impuestos o el repunte del desempleo, lo que le ha devuelto a cifras que no se registraban en seis años.
Actividades de ocio
Exceltur calcula que el turismo nacional restará casi tres puntos de crecimiento al PIB turístico, que cerrará con una caída del 1,2%, en línea con el 1,6% estimado para el conjunto de la economía. Se trata de un fuerte retroceso tras dos años de avance. "La subida de precios como consecuencia del alza del IVA va a retraer aún más la demanda, que también se va a resentir por el menor número de plazas puestas por el Imserso", ha apuntado Zoreda.
Este sombrío panorama de menor demanda y mayores impuestos va a traer como consecuencia, según Exceltur, un deterioro acelerado de las cuentas empresariales. Un dato que así lo ilustra es el número de pernoctaciones realizadas por visitantes nacionales en julio y agosto, que se redujo un 8,7% en tasa anual hasta situarse en 46,3 millones. "Se trata de un hecho que no se había producido en los meses de verano de los últimos años, en los que los españoles habían hecho el esfuerzo por mantener sus viajes en esta época tradicional del año", ha subrayado Zoreda.
Las perspectivas para el último trimestre son todavía peores, según se desprende de la encuesta realizada entre los socios de Exceltur. El 63% considera que las ventas van a caer en el cuarto trimestre y un porcentaje similar (el 66,8%) considera que van a menguar los beneficios. Y en esa restricción de los ingresos va a jugar un papel fundamental el IVA turístico, que a partir del 1 de septiembre grava a la mayoría de actividades turísticas con un 10% frente al 8% anterior.
En el primer mes desde su entrada en vigor, la mayoría de empresas ha optado por no trasladar esa subida impositiva a los precios. La encuesta elaborada por Exceltur revela que el 77% de las empresas ha optado por asumir contra sus márgenes el alza impositiva y deja entrever que esa será la tendencia hasta final de año, ya que el 60% de las compañías dice que seguirá actuando así hasta el cierre del ejercicio.
Las que sí opten por repercutirlo en el precio final sufrirán un nuevo ajuste de las ventas.
La encuesta revela que el primer efecto del alza de precios será un nuevo descenso en las ventas, que oscilará entre un 5% y un 10%, según confiesa una de cada tres empresas consultadas. Las más pesimistas respecto a la evolución de sus cifras de negocio son las compañías ligadas a las actividades de ocio por dos razones: su fuerte dependencia del turismo nacional, en claro declive por los ajustes y el incremento de impuestos, y la subida del IVA del 8% al 21%, lo que no les deja otro remedio que repercutir ese incremento fiscal a sus precios.