Madrid pide reformar la financiación y Mas solo acepta un modelo propio
El compromiso del Gobierno de Mariano Rajoy de reformar el modelo de financiación para las comunidades de régimen común resulta totalmente insuficiente para Cataluña, que exige una relación bilateral y un modelo propio. El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, reclamó ayer cambiar ya el actual sistema de financiación que, en su opinión, resulta perjudicial para las arcas madrileñas. Hacienda prefiere postergar la reforma a 2014.
El actualmodelo de financiación autonómica se aprobó en 2009 tras más de dos años de arduas negociaciones que sirvieron para cerrar un sistema que el ex ministro de Economía Pedro Solbes definió como un "sudoku". Tres años más tarde, la mayoría de comunidades considera que el modelo no funciona yMariano Rajoy, ante todos los presidentes autonómicos se comprometió a estudiar su reforma el pasado martes.
Sin embargo, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que abandonó la Conferencia de Presidentes sin hacer declaraciones, defendió ayer que Cataluña "debe quedar almargen" del nuevo modelo de financiación autonómica. "Si quedamos en medio del café para todos, eso no tiene salida para nosotros", señaló Mas, que el mes pasado convocó elecciones anticipadas tras la negativa de
Rajoy a negociar el pacto fiscal. El Ejecutivo catalán reclama un modelo de financiación autonómica similar al concierto vaso, lo que permitiría a la Generalitat recaudar todos los impuestos y reducir su aportación a la solidaridad interterritorial.
Las quejas que llegan hasta Moncloa no provienen solo de Cataluña. El presidente madrileño Ignacio González considera que el modelo "tiene errores de aplicación" que no se corresponden y perjudican a la Comunidad de Madrid, una de las regiones que aportan más de lo que reciben del sistema. González señaló que la reforma resulta urgente mientras que en Hacienda entienden que la prioridad es sanear las cuentas públicas y postergar a 2014 la reforma.
La mayoría de presidentes autonómicos, algunos de forma pública y otros en privado, también sostiene que el reparto del objetivo de estabilidad resulta poco equitativo, ya que la relajación de la senda de reducción del déficit concedida por Bruselas solo ha repercutido
en la Administración central. Por ejemplo, el objetivo de déficit se amplió del 5,3% al 6,3% este año para el conjunto del sector público. Y, sin embargo, el umbral máximo de números rojos para las comunidades se mantuvo invariable en el 1,5%, mientras que el límite para la Administración central es del 4,5%. Para Mas, el actual reparto es "injusto", además de peligroso porque "puede desestabilizar la cohesión social". "El porcentaje de déficit de las comunidades debe ser equivalente al total de gasto público que soportan, y si este es del 37%, debería ser un tercio del de todo el Estado", señaló el presidente catalán, que aseguró que el rescate económico de la UE a España es "inevitable". Mas afirmó que si tras las elecciones existe una mayoría soberanista, pedirá autorización al Gobierno español para celebrar un referéndum de autodeterminación y, si no la obtiene, buscará "la comprensión de la comunidad internacional".
Si bien todas las comunidades se comprometen a cumplir el objetivo de déficit, resulta improbable que lo logren. Los números rojos alcanzaron el 0,77% del PIB en el primer semestre y todo indica que rebasarán el límites del 1,5% cuando finalice el año.