La banca dispara los déficit de 2011 y 2012
El Estado es el garante financiero de todos los sectores económicos cuando hay crisis. Así, el 90,5% de deuda sobre PIB con que España cerrará el próximo ejercicio, nada menos que 900.000 millones de euros, parece un viaje al abismo desde el 36% de deuda de 2007. Primero los desempleados, la caída de ingresos, las comunidades autónomas, las autopistas, ... y ahora la banca. La creencia de que tener la banca más saneada y mejor gestionada y supervisada del mundo resistiría la bravura de la crisis ha salido cara. El agujero negro de las cajas de ahorros, con créditos inmobiliarios incobrables por centenares de millones ha estado a punto de llevarse por delante al mismísimo Estado. De hecho, los balances bancarios ya nacionalizados superan los 600.000 millones de euros, y eso tiene un impacto primero sobre el déficit y finalmente sobre la deuda.
En el ejercicio 2011 y 2012 el Gobierno ha corregido los déficit fiscales, definitivo en un caso y estimado en el otro. Así, para 2011, cuyo déficit inicial comprometido con Bruselas en el expediente abierto por déficit excesivo era del 6%, ha llegado finalmente al 9,44%. De este déficit, el 8,96% es de las administraciones públicas, y el resto imputable a las operaciones de saneamiento de la banca, por valor de 5.104 millones de euros.
Por lo que se refiere a 2012, el déficit permitido por Bruselas es del 6,3%, tras varios regateos del Gobierno español ante la imposibilidad de alcanzar el 4,5% fijado inicialmente. Pero Hacienda admite ahora que ese desequilibrio se disparará hasta el 7,4% por las operaciones financieras. Ese 1,1% adicional suponen 11.556 millones de euros de deterioro contable de préstamos y participaciones públicas en el sector bancario. Hacienda asegura que Bruselas ya conoce estos datos y que están permitidos, y que la obligación de reducción del déficit de este año para el Estado y las Administraciones públicas será hasta el 6,3%.
En cuanto a la deuda, Hacienda computa los 40.000 millones de ayuda que se solicitarán a la UE, de los cien mil millones habilitados para socorrer los problemas bancarios de España. Aparecerán computados como "otra deuda", puesto que no ha sido emitida por el Tesoro, y Hacienda espera excluirla de la deuda pública cuando la Unión Bancaria Europea lo permita.