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Premium | Automóviles excepcionales

La primera berlina deportiva eléctrica llega a España

En el revolucionario Fisker Karma no hay que preocuparse por si se acaba la batería, ya que lleva un motor de 2 litros turbo auxiliar

Las multinacionales alemanas del automóvil trabajan desde hace años en diferentes alternativas de impulsión, desde modelos híbridos a eléctricos puros, sin olvidar las pilas de combustible. Pero finalmente la primera berlina deportiva eléctrica no es germana, sino de la firma californiana Fisker. Su sistema de propulsión EVer (Electric Vehicle with extended range) es puramente estadounidense, ya que se inspira en el desarrollado por la empresa Quantum Technologies (QTWW) para un vehículo de uso militar. Pero el consejero delegado es danés y el coche lo produce Valmet en Finlandia. Allí se han fabricado más de 227.000 unidades del Porsche Boxster y Cayman.

El Karma es bajo y largo, con los pasos de ruedas muy marcados y unas enormes llantas de 22 pulgadas. Muchos coinciden en que podría pasar por un Aston Martin o un Maserati. Conducirlo es tan sencillo como cualquier coche automático. Al arrancarlo mediante un botón no se oye nada, porque el motor térmico 2.0 turbo de 4 cilindros (GM Ecotec) no entra en funcionamiento. En Fisker llaman generador al motor térmico, ya que su misión es producir electricidad para los motores eléctricos que impulsan las ruedas traseras cuando se agotan las baterías. En el cuadro de instrumentos destacan dos gráficos: uno indica la autonomía que queda con electricidad, y el otro, la autonomía total contando también con la gasolina que hay en el depósito. El Karma es lo que se llama un eléctrico con autonomía extendida, como el Chevrolet Volt/Opel Ampera, de modo que el conductor no tiene que preocuparse por si se agota la batería: puede seguir con la electricidad que proporciona el motor de combustión.

El modo normal de funcionamiento es stealth (sigiloso o furtivo). Los dos motores que mueven las ruedas posteriores (uno para cada una) se alimentan de la electricidad de la batería de ion-litio. Al pisar el acelerador a fondo se nota un gran empuje pero es muy progresivo. No hay marchas y por lo tanto, el empuje es continuo. En stealth acelera de 0 a 100 en 7,9 segundos y alcanza 153 km/h. Hay que decir también que el descomunal par máximo disponible (1.330 Nm) le hace parecer más rápido de lo que sugieren las cifras.

Quien busque altas prestaciones debe pulsar la leva que está en la parte izquierda del volante, que activa la posición de conducción sport. Al acelerar se escucha cómo entra en funcionamiento el motor de explosión, y los motores eléctricos suministran 403 CV. Empuja como si tuviera un compresor y pasa de 0 a 100 en solo 5,9 segundos. En marcha, el Fisker tiene tacto de coche serio y se nota muy equilibrado sin dejar de ser cómodo.

La autonomía eléctrica es de unos 80 km, y tarda en cargarse seis horas en cualquier enchufe normal. Con el depósito lleno la autonomía es de casi 500 km. Estos datos han sido confirmados por el organismo alemán de certificación Tæoelig;V. Las mismas fuentes calculan el consumo de gasolina en modo sport en 9,2 litros a los 100 km, un ratio muy bajo. La cifra de consumo medio (es un cálculo complejo porque en modo eléctrico el consumo de gasolina es 0) es de 2,1 litros a los 100 km. De hecho, si se carga habitualmente y no se hacen viajes largos, pueden pasar muchos meses entre cada repostaje. No es extraño que en EE UU esté haciendo furor entre los directivos de empresas tecnológicas o centradas en el medio ambiente. El Karma es distribuido en España por Guarnieri (www.guarnieri.es) y está a la venta desde 122.500 euros.

Más que diseñador

Antes de fundar Fisker, el danés trabajó en BMW, Ford y Aston Martin, donde diseñó joyas como el BMW Z8 o el AM DB9. En 2008 presentó el prototipo del Karma y declaró: "Mira al iPod. Si no tienes una verdadera competencia, puedes vender mucho. No hay competidores para el Karma".

Reto a los grandes de la industria

A primera vista parece que si hay un sector donde es imposible entrar a competir con un nuevo producto frente a las grandes multinacionales es el del automóvil. Pero Henrik Fisker considera que sí se puede gracias al momento de cambio tecnológico que está viviendo la industria. La audacia de Fisker Automotive ha llamado la atención de inversores y medios de comunicación, tanto como para que la revista Forbes los definiera como "la nueva Detroit".Un paso decisivo en la evolución de la compañía fue el préstamo de 528 millones de dólares concedido en septiembre de 2009 por el Departamento de Energía de EE UU, dentro de un programa para acelerar el desarrollo de híbridos enchufables. Asimismo, la firma ha incorporado a su plantilla a directivos e ingenieros de primer nivel internacional. De hecho, la tecnología del Karma está al máximo nivel, comenzando por su carrocería autoportante fabricada en aluminio. Delante va el motor de cuatro cilindros o generador, y detrás dos eléctricos, uno para cada rueda. La batería va en el centro, a modo de túnel de transmisión.

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