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Las cooperativas de crédito afirman que pueden pedir ayudas públicas sin someterse a la UE

Las cajas rurales resisten la crisis y se blindan ante eventuales exigencias de Bruselas

Las cooperativas de crédito -cajas rurales, en su mayoría- no han tenido que pedir ni un euro al Estado, al menos de momento. Y en caso de que tuvieran que solicitar auxilio, afirman que no estarían sometidas a los dictados de Bruselas. Cuentan en total con activos por más de 136.000 millones de euros.

Vista de la sede del Banco Cooperativo Español
Vista de la sede del Banco Cooperativo EspañolPABLO MONGE

El Banco de España clasifica las entidades financieras en tres grupos: bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito. Estas últimas, en su mayoría cajas rurales, han pasado bastante desapercibidas pese a la tormenta que ha caído sobre el sector financiero español en los últimos tiempos.

Las cooperativas de crédito están viviendo su propio proceso de integración y cuentan en conjunto con unos activos a cierre de junio por más de 136.000 millones de euros, con un crecimiento del 20,3% en tres años y medio. Se sitúan por debajo de los 158.000 millones del Popular con Pastor pero superan sobradamente los 107.000 millones de Banesto o los 60.300 de Bankinter.

Ya en la primera reforma financiera, la diseñada por Elena Salgado en febrero de 2011 y que exigía un 10% para determinadas entidades financieras, salieron muy bien paradas. Ninguna de ellas estuvo en la lista negra, gracias a que todas ellas cuentan con una amplia base de inversores. Su capital no está dividido en acciones como el de los bancos, sino en participaciones en manos de distintos socios.

Es más, las cooperativas trabajan esencialmente para sus socios: las operaciones activas con terceros no pueden alcanzar el 50% de sus recursos totales, según la actual normativa española. Son sociedades de capital variable, pero "los cambios en dicho capital son menos frecuentes que en otro tipo de entidades que operan bajo otras formas societarias como, por ejemplo, las sociedades anónimas [léase, bancos]", señalan desde la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (Unacc).

De acuerdo a los datos de la memoria de supervisión del Banco de España de 2011, los activos totales medios de las cooperativas de crédito se situaron el año pasado en el 3,92% del total, frente al 55,2% de los siete mayores bancos y cajas; al 30,80% del resto de las cajas que no están bajo el control del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB); al 8,51% de las entidades controladas por el FROB; y al 1,57% de los establecimientos financieros de crédito.

Gracias a su relativamente baja penetración en el sistema financiero español, las cooperativas se han librado de los exámenes de Oliver Wyman y Roland Berger. Y es que la prueba de resistencia se ha realizado a los 14 grupos bancarios que representan el 90% del sistema. Las cooperativas no aparecerán por tanto en la auditoría que publicará el próximo viernes el Banco de España, pese a que alguno de los grupos cuenta con activos más que significativos, debido a los procesos de fusión o integración de los últimos años.

Cajamar y Ruralcaja, actualmente en proceso de integración, sumarán unos 65.000 millones de euros en activos. Además, se han concluido ya varias operaciones de concentración, bien mediante fusiones clásicas (Nueva Caja Rural de Aragón y Caja Rural de Albacete, Ciudad Real y Cuenca), bien mediante sistemas institucionales de protección (SIP), como las protagonizadas por Cajamar, Ruralcaja -como hemos dicho, en proceso de integración entre ambas-, Grupo Ibérico y Solventia.

Inmunes al MoU

La buena noticia es que de momento no han recibido ni un solo euro público, a diferencia de otros procesos de integración protagonizados por cajas de ahorros y bancos. Y la gran novedad es que, en caso de necesitar respaldo estatal, no estarían sometidas a las condiciones del Memorando de Entendimiento (MoU), el pliego de condiciones firmado por España y Bruselas para poder recibir los hasta 100.000 millones de euros con los que tapar los agujeros del sector financiero español.

"[...] Si fueran necesarias ayudas en un futuro para alguno de los procesos de integración ya iniciados, éstas estarían, en el caso de las cooperativas de crédito, excluidas de las medidas del programa de asistencia financiera europea; es decir, no estarían sometidas a la condicionalidad que establece el MoU", aseguran en la patronal del sector, la Unacc. Sí tendrán que someterse, como el resto de las entidades financieras, a diversas condiciones de la tercera reforma de Guindos, como contar con un capital de máxima calidad de al menos el 9% o en cuanto a la presentación del plan general de viabilidad, entre otros aspectos.

Lo cierto es que los datos del Banco de España revelan que las ratios de las cooperativas superan en la mayoría de los casos a los de sus rivales: los bancos y cajas de ahorros. Su margen de intereses frente a los activos totales medios alcanzó en 2011 el 1,48%, frente al 0,98% de las siete mayores entidades españoles; su margen bruto se situó en el 3,31% (frente al 2,06% de las entidades de mayor tamaño); su resultado de la actividad de explotación fue del 0,39% frente al 0,54%; y su resultado del ejercicio, del 0,21% frente al 0,33%.

Más resistencia

Un dictamen del Comité Económico y Social Europeo (CESE) publicado el pasado junio constanta la resistencia de esta forma de entidades de crédito frente a la crisis: "Ningún banco cooperativo ha entrado en concurso de acreedores en la UE", afirma. Y añade que "estos bancos, menos dependientes de las expectativas de los accionistas, en general pudieron evitar muchos de los errores que cometieron las entidades del sector privado más grandes".

"Las cooperativas de los países que cuentan con una mayor implantación y experiencia de este sector (Francia, Italia, España) parecen ser más resistentes al deterioro de la crisis que las empresas convencionales activas en los mismos sectores y territorios", indica el CESE

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