Mantequerías Arias orienta la política de RSC a las personas
Supera el 2,5% que exige la ley en trabajadores con capacidad especial.
Concepto humanista. Esto es lo que define las actuaciones de la compañía de productos lácteos Mantequerías Arias englobadas en su política de responsabilidad social corporativa (RSC). Con origen asturiano en 1848, Arias fue adquirida por el grupo francés Soparind Bongrain, segundo productor mundial de quesos que posee 120 filiales, en 1978. En la actualidad, Arias cuenta en nuestro país con 600 empleados repartidos en seis centros de trabajo.
Javier Roza, director general para España de Arias, señala que, a pesar de pertenecer a un grupo internacional, las filiales cuentan con autonomía. "El grupo tiene su propia estrategia corporativa, pero deja en manos de las filiales aquello que le es más propio y no interviene más de la cuenta. Así que el grupo marca la línea por donde tienes que ir, pero luego te deja libertad".
Las líneas fundamentales son: acciones solidarias, integración de minusválidos, impacto medioambiental, buenos usos y prácticas en consumo energético, plástico, reciclaje de residuos, integración de los estudiantes o colaboración con centros formativos. "El origen del grupo es familiar y siempre ha tenido un carácter muy humanista", apunta Roza.
"Nuestro foco siempre son las personas que trabajan con nosotros y, a partir de ahí, abrimos el círculo hacia su familia, las comunidades donde estamos integrados y la sociedad en su conjunto. No hacemos grandes obras societarias generalizadas porque queremos hacerlo con nuestra gente, con el entorno y en los pueblos y ciudades donde tenemos una fábrica".
Uno de los ejes estratégicos de la RSC de Arias tiene que ver con las personas. Un ejemplo de ello son las actuaciones para integrar social y laboralmente a discapacitados, con acuerdos con la Fundación Prodis. "Hacemos un plan de integración en el que hay un mediador social que estudia los puestos que pueden ser desempeñados por discapacitados. Tras realizar un proceso de comunicación con todos los empleados, se produce la incorporación tutelada. Luego el tutor empieza a apartarse del tutelado para que este sea un poco más autónomo y a partir de ahí se establece una especie de seguimiento periódico hasta el fin del periodo laboral del trabajador", explica Emilio Herranz, director de recursos humanos de la compañía. "Superamos el 2,5% que exige la ley con respecto a trabajadores con capacidades especiales", apostilla.
Otra línea de trabajo con respecto a las personas tiene que ver con la seguridad laboral, donde, según Herranz, la compañía invierte 700.000 euros al año en adecuación de maquinaria e instalaciones para eliminar las circunstancias peligrosas. Este eje se complementa con medidas comportamentales. "En todas las fábricas hacemos visitas comportamentales de seguridad y acompañamos a las personas para observar qué tipo de conductas hacen e identificar en qué tipos de riesgos pueden incurrir", aclara Herranz.
Roza pone énfasis en la política de Arias en igualdad de oportunidades. "Esta es una empresa que practica la meritocracia", asevera. Asimismo, subraya el plan de igualdad de la compañía implantado en 2011. "Engloba todas las áreas donde participan las personas: proceso de selección, formación...; con flexibilidad en horarios, protocolos de prevención del acoso o de prevención de violencia de género y teletrabajo". Herranz puntualiza que este no es un plan muerto, sino vivo. "Todos los años se analiza cómo están funcionando las acciones y se modifican o se activan planes nuevos".
Actuaciones para ser buen empleador
Una de las áreas comunes con todo el grupo tiene que ver con ser un buen empleador. "Ponemos mucho interés en tratar de escuchar a las personas", dice Rozas. "Me paso dos veces al año 10 días de tournée explicando cómo vamos y cuál es nuestra estrategia". En su opinión, los cuadros intermedios juegan un papel fundamental en este campo. "Hay un plan para los jefes de sección y de equipo, sobre escuchar, coordinar, manejar los conflictos o mandar".