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Juan Pedro Domecq Morenés - Empresario ganadero de reses de lidia

"Ni siquiera yo, que soy el líder, rentabilizo la inversión"

Juan Pedro Domecq Morenés se coronó el pasado domingo en Nimes como el primer ganadero de lidia. Uno de sus toros fue indultado en una corrida de José Tomás. Sin embargo, el empresario ganadero advierte que el éxito únicamente le servirá para cuadrar las cuentas.

"Ni siquiera yo, que soy el líder, rentabilizo la inversión"
"Ni siquiera yo, que soy el líder, rentabilizo la inversión"

El pasado domingo, Juan Pedro Domeq Morenés vivió el sueño de cualquier ganadero de lidia: que uno de sus toros sea indultado en una gran faena. El público de la plaza de toros de Nimes (Francia) pidió el indulto del toro Ingrato, de la ganadería portuguesa de Parladé, propiedad de Juan Pedro Domecq Morenés y su familia, cuando lo estaba toreando el que es considerado ya como una de las mayores figuras de la historia del toreo, José Tomás.

Sin embargo, el éxito vivido en Nimes no se traducirá en grandes beneficios para la ganadería de Domecq. "Conseguiremos equilibrar las cuentas", asegura. "El negocio no es rentable".

El pasado lunes, los principales periódicos españoles llevaban en sus portadas a José Tomás.

Eso es muy importante. Que El País le dedique la portada... El tiempo que los medios dedican al segundo espectáculo de masas del país no es proporcional con su tamaño. Hay otra cosa buena de la corrida de Nimes: una llamada a la cultura de todo el mundo. Y una llamada a debatir la situación de los toros.

¿En particular?

Toreros, empresarios y ganaderos son los tres pilares de este espectáculo y el ganadero es el que más está sufriendo la crisis. Hace 25 años la relación entre el coste de organización de una corrida respecto de los emolumentos del torero era de uno a uno; ahora es de uno a tres. Hoy en día, ser ganadero es muy difícil, el negocio no es rentable, y esto debe llevar a un debate. Prácticamente ni yo que soy el líder consigo rentabilizar la actividad, el 90% de la ganadería española está en pérdidas, es una dura realidad. Es digno que crezcan los emolumentos de los toreros, pero si los ganaderos no ganan suficiente...

¿No ha habido también una sobreproducción? Con el boom inmobiliario fueron muchos los empresarios que montaron una ganadería. Tampoco las plazas se llenan.

Ha habido sobreproducción. Y ahora se están vendiendo toros por debajo de su coste de producción. Pero se está adaptando oferta y demanda. En 2007 hubo 1.500 corridas, este año no pasaremos de las 550. O los ganaderos se adaptan o es imposible seguir. Yo mismo en 2007 tenía 900 vacas, ahora tengo 500, y con dos ganaderías Parladé y Juan Pedro Domecq.

El éxito de Nimes se traducirá en algún beneficio.

Está la satisfacción personal, desde luego. Llevo nueve años trabajando calladamente en este negocio, centrado en Parladé, recibiendo muchos palos y sacrificando mucho, tiempo con la familia... La corrida de Nimes es la mayor repercursión en la historia de la ganadería Parladé, cuando llega un triunfo así te sientes dichoso. También tiene una repercusión económica, pero será a medio plazo. Este año voy a lograr equilibrar las cuentas. Ese es el gran drama. No soy ganadero por dinero, pero este negocio tiene que dar un mínimo para al menos salvar los costes. Salvo excepciones, todos los ganaderos pasan por graves problemas. Van a quedar menos ganaderías.

¿Cuál es el coste de crear un toro como Ingrato?

La producción de un toro bravo puede estar entre los 4.000 y 5.000 euros, luego hay otros costes, como los operarios, la alimentación, etcétera. Hasta los tres años los toros de Parladé están en la finca de Portugal y cuando cumplen cuatro pasan a Sevilla, en una finca donde otro equipo se encarga de todo, de su sanidad, de otra alimentación, de que hagan ejercicio físico. El 60% del coste de producir un toro bravo está en el último año antes de ir a una plaza.

¿No hay inversores interesados en este negocio?

Es que para ser ganadero de lidia hay que mamarlo. El ganadero es empresario y también un creador, creador de la materia prima de la que se nutre el toreo. Así que en esta actividad es muy difícil delegar.

Tres encuentros con José Tomás

"A raíz de la muerte de mi padre, José Tomás y yo retomamos la relación", recuerda Juan Pedro Domecq Juan Pedro Domecq Solís falleció en un accidente de tráfico en 2011. "Por determinados motivos, hubo antes un distanciamiento. Pero me llamó por teléfono y nos vimos; el primer día hablamos poco. El segundo día se quedó a comer en mi casa, estuvimos solos, empezamos a hablar, fundamentalmente yo. El tercer día que nos vimos hablamos ya de muchas cosas. Y me dijo: este año quiero torear tres veces, escógeme unos toros".Y Juan Pedro Domecq, en lugar de recomendar el hierro con el nombre de su familia, optó por los toros de Parladé. "Si quieres que apostemos por uno, apostamos por este de Parladé, le dije". En verano José Tomás fue a la finca de Sevilla donde pastaba Ingrato. "Vino a verlo y le gustó, sin dudarlo". El empresario ganadero había apostado desde un principio por ese toro: "El hermano de Ingrato había dado una vuelta al ruedo en Almería, cumple con todo, con las hechuras, con los genes... Luego un toro es un melón a calar, pero aposté por él".José Tomás "es un hombre muy inteligente, es él quien controla todo, un genio es genio en todo", comenta Domecq. "Es un hombre ya mítico en la tauromaquia, ha sido un torero trágico, de comedia y de drama, todo".

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