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Elvira Rodríguez

Una política en la CNMV

La experiencia en control y supervisión son las bazas para liderar la CNMV de la hasta ahora presidenta de la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, sin recorrido previo en el mercado de valores.

Una política en la CNMV
Una política en la CNMV

Ha acabado por considerarse normal que todo cambio de Gobierno lleve consigo una serie de relevos en los llamados cargos de confianza, donde el peso del color político es primordial. El cambio en la presidencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no se ejecuta de forma inmediata y no suele atenerse principalmente a la simpatía política. El Gobierno de Mariano Rajoy aún lo tenía pendiente, y ha apurado el plazo al máximo. El Consejo de Ministros ha propuesto a Elvira Rodríguez (Madrid, 1949) para presidir el organismo regulador desde el 6 octubre. Un nombramiento de marcado sentido político, como el de la mayoría de sus predecesores. El último, Julio Segura, dejará el cargo tras más de cinco años en él.

Rodríguez encara así una etapa nueva en su amplia y notable trayectoria pública. Nueva en todos los sentidos, ya que el sector financiero no está presente en esta. Pero para quienes han compartido horas de despacho con ella, esto no supondrá un gran problema, ya que como interventora general del Estado desde 1972 "lleva el cumplimiento legal en la piel".

Licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, ha desarrollado casi toda su carrera como alta funcionaria. Seis años después de entrar a formar parte del cuerpo de interventores, pasó a ser subdirectora general en la Intervención de la Seguridad Social, cargo que ejerció hasta 1984 cuando fue nombrada subdirectora general del Tribunal de Cuentas y donde estuvo hasta 1996.

A partir de ese año, en el que José María Aznar ganó por primera vez las elecciones generales, comienza su intensa vinculación con el Partido Popular. Rodrigo Rato, nombrado vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, quedó impresionado por los conocimientos económicos de Elvira Rodríguez, y decidió contar con ella para la Dirección General de Presupuestos, puesto de máxima responsabilidad al tener que cumplir los objetivos fijados por el Consejo Europeo para la entrada en el euro, como un déficit público inferior al 3% del PIB.

En 1996, la cifra rozaba el 5%, y cerró 1998, año límite, en el 3,03%, una tendencia a la baja que el Consejo valoró para dar el visto bueno a la entrada de España en la moneda única, un logro del que la futura presidenta de la CNMV se siente muy orgullosa.

En la segunda legislatura de Aznar fue nombrada secretaria de Estado de Presupuestos, y tuvo un importante papel en la formulación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria de 2001, la ley del déficit cero, cuando este se situaba por debajo del 1%. En 2002, Aznar la eligió como ponente del XIV Congreso del Partido Popular, y en 2003 obtenía la recompensa de un ministerio, el de Medio Ambiente, hasta el final de la legislatura un año después.

Su nueva etapa en la CNMV tendrá mucho de consenso y trabajo. Alguno de sus colaboradores más cercanos en su época en el Gobierno popular destacan su alta exigencia, su "inmensa capacidad de trabajo", su practicidad y sus dotes comunicativas, con un espíritu didáctico que le permiten explicar los aspectos más técnicos de la forma más sencilla. De hecho, en los últimos meses era frecuente verla en diversas tertulias televisivas y radiofónicas.

Difícil hacerle cambiar de ideas, cuentan que cuando los presidentes autonómicos acudían al Gobierno para pedir recursos extraordinarios, los ministros del ramo les remitían a ella: "A ver si la convencéis". No solían lograrlo.

Casada y madre de cuatro hijos, no dirá que no a una partida de mus y tiene la lectura y el arte como sus principales aficiones, además de pasear por la costa de Lugo. Para acceder a su nuevo cargo, que tendrá que aprobar la Comisión de Economía que ha presidido hasta ahora, deberá dejar su escaño en el Congreso como diputada por Jaén, lo que le ha hecho estar en el centro de la polémica al cobrar gastos de alojamiento pese a tener diversas viviendas en propiedad en Madrid. En los últimos años desempeñó el cargo de presidenta de la Asamblea de Madrid, consolidando su perfil más político, y que le sirvió para desarrollar su capacidad moderadora.

En la CNMV no solo tendrá que recurrir a ese espíritu conciliador, sino que tendrá que saber jugar bien sus cartas ante un órdago a la grande como el de las participaciones preferentes y la crítica situación de las entidades financieras. Allí tendrá como vicepresidenta a Lourdes Centeno, por lo que por primera vez dos mujeres estarán al frente del regulador.

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