España negocia el rescate con la UE
España está negociando las condicionalidades que tendrá que asumir cuando solicite el recate, según ha asegurado el diario 'Financial Times', que fecha para el próximo jueves 27 el día en que se presentarán los nuevos recortes. El ministro español de Economía, Luis de Guindos, responsable de cerrar las medidas con el comisario Olli Rehn.
España negocia ya el plan de rescate que aplicará a España y que dará lugar a un programa de compra masiva de bonos soberanos. Así lo asegura el diario Financial Times, que cita a fuentes comunitarias. Estas nuevas reformas e centrarán más bien en reformas estructurales solicitadas, como un ajuste en las pensiones o un hachazo en el subsidio de desempleo. Así lo anunció la pasada semana el propio De Guindos.
Es una especie de "protoprograma", asegura el rotativo económico, por si hace falta hacer uso del rescate, lo que Estas reformas se anunciarán el proximo 27 de seprtiembre, precisamente el día en que está previsto que el Gobierno dé a conocer los grandes pilares sobre los que descansarán los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año, además del cuadro macroeconómico y las previsiones de déficit. Bruselas prevé que España vuelva a incumplir este último capítulo.
Estas negociaciones filtradas por el FT suponen un cierto viraje respecto a las informaciones filtradas en los últimos días, que apuntan a que las negociaciones se han ralentizado, dado que el Ejecutivo supedita la solicitud de rescate está supeditada a un compromiso tácito del BCE sobre la magnitud de su intervención.
Esa reivindicación española no ha sido el único factor que ha contribuido a la ralentización de las negociaciones. También ha influido la división en el seno del Eurogrupo (consejo de ministros de Economía de la zona euro) sobre la conveniencia de conceder a España el llamado rescate blando, así como sobre las condiciones que deberían exigírsele a cambio.
Una prueba de las reticiencias del Gobierno a la hora de solicitar el rescate son las intenciones españolas de usar el dinero del rescate bancario para evitar el rescate blando, una posibilidad sobre la que la UE no parece teminar de ponerse de acuerdo.