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Aumentan las protestas tras el desembarcode dos activistas nipones

Empresas japonesas cierran sus plantas en China por la tensión sobre las islas Diaoyu

Varias empresas japonesas como Toyota Motor o Panasonic mantendrán cerradas sus plantas en China ante las violentas protestas antijaponesas desatadas por el recrudecimiento de una disputa territorial entre los dos países por la soberanía de las islas Diaoyu (Senkaku en japonés).

Manifestantes chinos protestan frente a la embajada japonesa en Pekín
Manifestantes chinos protestan frente a la embajada japonesa en PekínReuters

La tensión entre China y Japón se ha intensificado en los últimos días después de que la semana pasada el Gobierno japonés adquiriera de su dueño japonés el terreno de varias de las islas Senkaku (Diaoyu en japonés), cuya soberanía reivindican ambos países. China ha subido de tono las amenazas y ha considerado el desembarco de dos activistas japoneses en las islas Senkaku como una grave provocación que viola la soberanía territorial de China", ha dicho el portavoz del Ministerio de Exteriores, Hong Lei, en un comunicado.

Ambos países, que mantuvieron intercambios bilaterales por valor de 345.000 millones de dólares (263.000 millones de euros) en 2011, reclaman la soberanía de este pequeño archipiélago de islas, de apenas 7 kilómetros cuadrados, que actualmente administra Japón y que se cree cuenta con importantes recursos naturales y energéticos. Hoy, policías antidisturbios rodean la Embajada de Japón en Pekín, frente a la que miles de manifestantes chinos se concentran para corear lemas antinipones y arrojar objetos como botellas y huevos.

Los manifestantes se encuentran desde primera hora de la mañana frente a la Embajada para reclamar la soberanía china de las islas Senkaku y para conmemorar el aniversario del llamado "incidente de Mukden", que abrió la puerta a la ocupación japonesa del territorio chino de Manchuria en 1931 y a la segunda guerra entre los países.

Numerosas empresas japonesas han cerrado hoy las puertas de sus fábricas o comercios ante las manifestaciones y el sentimiento antijaponés en las calles del país, el peor de los últimos años.

Empresas mixtas

No solamente las multinacionales japonesas establecidas en China, sino también las empresas mixtas y las firmas chinas relacionadas con Japón se ven afectadas por las protestas antiniponas en las grandes ciudades chinas y sufren desde cierres preventivos a parones de producción.

Desde que las protestas nacionalistas por la compra por parte de Tokio, de las islas Diaoyu (Senkaku en japonés), que se disputan ambos países, cobraron violencia en varias ciudades chinas este fin de semana, muchas compañías japonesas han tenido que cerrar o suspender la producción, mientras sus socias chinas caen en Bolsa.

Por el momento, al menos una decena de multinacionales niponas ha tenido que paralizar su actividad, sobre todo las firmas de automoción: Honda ha cerrado sus cinco plantas en el país hoy, y mañana Nissan dos de las tres que tiene en China, y Toyota ha reducido su actividad en sus nueve centros productivos.

Mazda la ha detenido también por cuatro días en su fábrica de Nankín (este), que opera dentro de su empresa mixta con Ford y la china Changan, al igual ha hecho Yamaha hoy en sus cuatro centros.

En el sector electrónico, Panasonic ha suspendido su producción en dos plantas de componentes y en una fábrica, saboteada por sus propios empleados en Zhuhai (Cantón, sureste), y lo mismo ha hecho Canon en tres de sus cuatro plantas en China.

De la misma manera, 30 de los 35 centros comerciales de Aeon cerraron sus puertas en Shenzhen y Cantón (sureste), al igual que hizo la cadena de ropa Uniqlo en 19 de sus 145 tiendas en el país.

Otras cadenas japonesas cerraron todos o algunos de sus establecimientos, mientras que otras firmas recordaban en carteles a sus clientes que se trataba de franquicias gestionadas por un grupo chino.

Otras empresas recurrieron a estrategias como la de mantener sus tiendas abiertas, pero protegidas por banderas chinas en la entrada y el interior de sus locales del centro de Shanghái.

Mientras se cumplen hoy 81 años del inicio de la invasión japonesa de China (Manchuria), antes de la II Guerra Mundial, el impacto de la ola nacionalista ha golpeado también en la Bolsa a las firmas chinas relacionadas con Japón.

Sólo este lunes las acciones de Dongfeng Motor (socia local para la producción de modelos de Nissan y Honda en China) cayeron un 6,96 % en Shanghái, al igual que las de la Corporación Internacional del Automóvil de Cantón (GAIC, socia de Toyota y también Honda), que cayeron un 4,55 %.

Los títulos de la filial china de la emblemática cadena de restaurantes japoneses de comida rápida Ajisen se hundieron también un 6,67 %, mientras las acciones de Aeon perdieron cerca de otro 6 % en Hong Kong.

Al igual que en la ola antijaponesa que sacudió China durante semanas en 2005, en los últimos días vuelve a haber destrozos y ataques a tiendas y restaurantes nipones, mientras las numerosas fuerzas del orden movilizadas suelen tolerar los asaltos, a la vez que se aseguran de que no se descontrolan y nadie resulta herido.

Con todo, en esta ocasión la situación no está provocada por ofensas simbólicas como las de 2005 (la edición de libros de texto que omitían los crímenes causados por la ocupación japonesa y las visitas oficiales al santuario tokiota de Yasukuni, donde se honra a militares japoneses caídos, incluidos 14 criminales de guerra).

Ahora se trata de lo que China considera una violación de su soberanía, y el "Diario del Pueblo", vinculado al Partido Comunista de China (PCCh) que dirige el país, ya ha insinuado en un editorial que "si Japón continúa con sus provocaciones, China emprenderá la batalla" de la "carta económica", lo que dañaría a ambas economías.

China es el mayor socio comercial de Japón, y Tokio el tercero mayor para Pekín, con un comercio bilateral de unos 342.900 millones de dólares en 2011 (267.000 millones de euros).

"¿Cómo podría ser que Japón quiera otra década perdida (la de sus últimos años de enfriamiento económico), y pudiera incluso estar preparada para retroceder otras dos décadas?", dejó caer el editorial del diario oficial chino.

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