Dimite el ariete liberal del PP
Después de 29 años en la primera línea de la vida política y con mayoría absoluta en el Gobierno madrileño, la gran liberal del PP, Esperanza Aguirre, deja la presidencia de la región por motivos personales y políticos. Muy emocionada, delega en Ignacio González, su hombre de confianza desde hace 20 años, su cargo.
Ni sus más íntimos colaboradores imaginaban que la convocatoria de urgencia realizada por Esperanza Aguirre a primera hora de la mañana iba a ser el titular de hoy en toda la prensa nacional y parte de la extranjera. La dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid llega pocos días después de la celebración del debate para analizar el Estado de la región, en un momento en el que el transporte -metro y tren- tiene a Madrid colapsado y con la resaca de una manifestación a la que asistieron miles de personas en contra de la política económica de su partido, el PP.
En la decisión, Aguirre explicó ayer que "ha pesado todo, también la enfermedad seria que tuve y de la que estoy presuntamente curada", dijo. Entre los primeros en conocer la noticia señaló al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien le mostró su total comprensión. Según el vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, Aguirre se lo comunicó por la mañana, y este en un comunicado quiso destacar "la extraordinaria labor de Gobierno de Aguirre".
Dos décadas junto al sustituto
Antes seguramente que lo supiera ya Ignacio González, su hombre de confianza y vicepresidente regional, con quien ha compartido dos décadas de los 29 años de su vida política, y quien asumirá a partir de ahora las riendas del poder de la región. En tres semanas y según se las normas de la Comunidad de Madrid, la Asamblea deberá ratificar su cargo, ahora en funciones.
"Tras 20 años trabajando juntos, y pese a la tristeza, me queda la suerte de todos estos años en los que he aprendido casi todo en política", escribió ayer González en su cuenta de Twitter. La presidenta, por su parte, le lanzó en su despedida una batería de halagos, desde el "enormemente trabajador" hasta "la persona con más experiencia y mejor dotada para el cargo de presidente".
Aguirre se marcha también por la tensión que el caso Bolinaga ha generado con el presidente de España y de su partido. Nadie obvia el enfado de Mariano Rajoy cuando la máxima responsable madrileña defendió la no excarcelación del etarra Josu Uribetxebarria Bolinaga en contra de la línea oficial del Ejecutivo. Ayer, ella lo negó rotundamente, "en absoluto", pero las discrepancias entre ambos existen y son palpables.
A pesar de ello, Esperanza Aguirre ha preferido alegar otras razones. "Para un político es absolutamente esencial elegir el momento de su retirada y la forma de realizarlo. Y he llegado a la conclusión de que este es el momento adecuado para dejarlo", añadió. Tampoco ha mencionado las diferencias con el ministro Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, a quien en el debate de la región le señaló como el culpable directo si Madrid no llega a cumplir con el 1,5% de déficit comprometido.
En su discurso ante la Asamblea, la presidenta de la Comunidad de Madrid advirtió acerca de las consecuencias que se derivarían del recorte de 992 millones de euros procedentes de la partida del Estado para 2013. Desde su punto de vista, el efecto sería un recorte adicional de 2.000 millones de euros además de los 1.045 millones realizados en julio. La oposición entonces la criticó y manifestó encontrarla "totalmente frívola y muy alejada de la realidad", explicó Tomás Gómez, secretario general de los socialistas madrileños.
Quizás Esperanza Aguirre ya tenía excusa para esa lejanía. La presidenta admitió ayer que muchas veces a lo largo de su carrera se había planteado dar este paso, "pero ya no tiene vuelta atrás, es como cruzar el Rubicón", bromeó. Sin duda, ella misma resumió ayer su trayectoria. "Nunca he querido ser una profesional de la política, sino una persona que en un momento determinado creyó que podía ofrecer a sus conciudadanos una visión y unas formas liberales de la política". Dio las gracias a todos y se marchó.
Reacciones a un adiós imprevisto
MARIANO RAJOY. A través de un comunicado, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, alabó la trayectoria política de Esperanza Aguirre, con quien ha mantenido diversos desencuentros. Rajoy aseguró que "confía en seguir contando con su entusiasmo, sus convicciones y su dedicación a la actividad política desde el lugar en que ella escoja hacerlo a partir deahora".TOMÁS GâMEZ. El azote de Esperanza Aguirre en la Asamblea madrileña mostró su respeto hacia la decisión de la presidenta, a quien calificó como "magnífica adversaria política". "Le deseo lo mejor para ella, su salud y su familia", señaló el líder de los socialistas madrileños. Gómez auguró que el PP no presentará en la investidura a Ignacio González porque "está inmerso en demasiados asuntos turbios".ANA BOTELLA. La alcaldesa de Madrid tuvo también palabras de elogio hacia Aguirre, "una de esas figuras imprescindibles en la política española". Botella sustituyó en el cargo a Alberto Ruiz-Gallardón, uno de los enemigos indisimulados de Aguirre dentro del Partido Popular.CRISTINA CIFUENTES. La delegada del Gobierno de la Comunidad de Madrid aseguró que, tras la dimisión de Esperanza Aguirre, tenía un sentimiento "de absoluta consternación y orfandad". Amiga personal de la presidenta madrileña, Cifuentes puso a Aguirre como "ejemplo de dedicación, fortaleza y liderazgo para todos".ROSA DÍEZ. La líder de UPyD acogió la dimisión de Aguirre con "enorme sorpresa y respeto". Más crítico se mostró el portavoz UPyD en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco, al asegurar que el "neoliberalismo económico" y la "fe en el mercado" de la presidenta han convertido a la Comunidad de Madrid en "una de las más injustas y desiguales". Izquierda Unida, por su parte, reclamó la convocatoria de elecciones.