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Los países de fuera del euro ponen trabas a la futura labor del emisor

Rechazo en la UE a que el BCE asuma la supervisión financiera

Berlín se resiste a la recapitalización directa

Los socios de la UE que mantienen su propia divisa frenaron en seco el sábado la creación de un supervisor financiero único para la zona euro. Su objeción pone en peligro un proyecto imprescindible para que el fondo de rescate pueda asumir directamente la recapitalización de la banca española.

Uno de los proyectos estrella de la zona euro para atajar la crisis de la deuda tropezó el sábado nada más iniciar su andadura. Solo tres días antes, la Comisión Europea había aprobado el proyecto de Reglamento que convertirá al Banco Central Europeo (BCE) en el supervisor financiero único de la zona euro. Pero la primera ronda de negociación para aprobar ese texto se saldó el sábado en Nicosia con un rotundo No por parte de algunos de los 10 socios de la UE que no pertenecen a la Unión Monetaria. El Reglamento necesita la aprobación unánime de los 27, por lo que será necesario superar el posible veto de países como Suecia, Polonia o Reino Unido. La centralización de los poderes de supervisión en el BCE es un paso imprescindible para que el fondo de rescate pueda asumir la recapitalización directa de los bancos en dificultades y librar a los socios del euro de una factura que lastra peligrosamente sus emisiones de deuda pública. España, como uno de los países directamente afectados (afrona una factura del rescate de la banca de hasta 100.000 millones de euros) reclama que se continúe con el proyecto sin más dilaciones. "Tenemos que ser ambiciosos y mantener el calendario fijado", pidió en Nicosia el ministro español de Economía, Luis de Guindos. Y recordó que ese calendario aspira a que el supervisor único esté en marcha a primeros de 2013. Pero incluso algunos socios del euro, como Alemania u Holanda, consideran prácticamente imposible esa fecha.

"Las objeciones de países como Alemania son superables, pero lo realmente difícil va a ser convencer a los socios de fuera del euro", reconocía una fuente que asistió a la reunión informal de Nicosia. "No podemos aceptar que la supervisión gire en torno a un BCE al que no podemos pertenecer sin adoptar el euro", advirtió en la capital chipriota el ministro de Finanzas de Suecia, Anders Borg. Tras el ministro sueco se alienan, como mínimo, Polonia y otros países de Europa central y del Este, donde el sector bancario está controlado hasta en un 80% por entidades radicadas en la zona euro.

Además de estas trabas que llegan desde los países que no comparten el euro, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgan Schäuble, enfrió las expectativas sobre la posible recapitalización directa de la banca. Berlín quiere que antes de que el BCE asuma la supervisión del sector se lleven a cabo pruebas de esfuerzo a todos los bancos de la zona euro para evitar sorpresas.

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