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Estudiantes sin crédito

En estos días tan difíciles, hay gestos sencillos que se transforman en heroicos. Pedir un crédito es uno de ellos. Pero solicitarlo para pagar los estudios es, además de una heroicidad, un ejercicio de frustración. Se conceden pocos y son caros. ¿Cómo puede financiar un estudiante su formación con tipos que uando le piden tipos quesuperan incluso el 8,5%? Imposible. Hay fórmulas que suavizan esas tasas, por ejemplo, tener (los padres) una cierta vinculación con el banco o justificar (los hijos) un excelente currículo, académico,pero son pocos quienes lo cumplen. estos requisitos.De fondo se percibe que las entidades siguen sin dar créditos sea para lo que sea,y que el recurso al préstamo personal es una actividad que poco a poco abandonan. Así lo confirman fuentes de Citigroup. Otras instituciones, como Banesto, Deutsche Bank o Triodos Bank, sencillamente no comercializan productos específicos para estudios o bien los incorporan (caso de Banesto) dentro de los préstamos a particulares.

Sin embargo, con los créditos personales en retirada, los estudiantes sienten esa soledad que marcan los tiempos y la constatación de que los préstamos para los estudios (a pesar de su sensibilidad)son tratados bajo los mismos criterios de concesión que cualquier otro. "Al final es un préstamo al consumo sin más y lo que quieren las cajas y los bancos es recuperarlo",. Aunque no debiera de ser así", valora con sinceridadRamón Gurriarán, director de Business Management Education en EOI Escuela de Organización Industrial. Y advierte: "También hay que diferenciar entre ofertar y conceder".

Antes de la recesión era habitual que una familia pidiera un macrocrédito (aprovechando tipos en la práctica negativos)en el que se incluía la hipoteca, el coche, las vacaciones y los estudios. "Esto, que en muchas ocasiones rayaba la irresponsabilidad, se ha acabado. Ahora se pide, cuando se puede, lo que de verdad hace falta. Pues todos sabemos que los bancos dan poco", apunta el consultor Enrique Alcat.

Esta sensación de escasez también cala en Jesús María Sánchez, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), quien critica que estos productos "tienen un coste excesivo, que en ocasiones supone hipotecarse de por vida", y por eso reclama a los bancos que "sean más flexibles". Ya que, en su opinión, "esta fractura entre quien puede pagarse los estudios sin ayuda, y quien no, muestra la paulatina desaparición de la clase media en nuestro país".

En este espacio que mezcla lo económico y lo sociológico se abren otras consideraciones. "En España incluso hoy en día existe escasa tradición en la demanda de créditos para la formación. Al contrario que en Estados Unidos. Los alumnos prefieren recurrir a sus familias o al propio ahorro antes que a los bancos", reflexiona Ramón Gurriarán.

Una actitud que parece una respuesta lógica a los elevados tipos actuales, por eso no es extraño que algunas entidades lancen productos como Mediolanum New Generation (Banco Mediolanum), un seguro de vida destinado a cubrir la educación de los hijos en el que pueden hacer aportaciones los padres, tíos, abuelos. O sea, un instrumento que permite recurrir al colchón familiar para sentarse en los pupitres.

A pesar de esta desconfianza, la verdad es que la crisis está empujando a más estudiantes que nunca a emplear la financiación externa. Esta es una realidad que reconocen todas las entidades. Por ejemplo, el Banco Sabadell ofrece el Crédito Curso (7%), destinado a financiar un curso de duración anual, y el Crédito Máster (7%), dirigido a estudios que superan el año. Pues bien, en agosto, como recuerda Albert Figueras, director de Medios de Pago y Financiación al Consumo del banco, el primero ha registrado un 30% más de peticiones y el segundo, un 15%. Y eso que el mes fuerte en demanda es septiembre.

Incluso una entidad que lo ha pasado tan mal como Caja Madrid también afirma que cada vez llaman más estudiantes a su puerta. Entre 2006 y 2012, las solicitudes de becas de Formación Profesional han aumentado un 73%. Por ir al detalle, y para distinguir entre "ofertar y conceder", contaremos que en 2012 se recibieron 1.400 solicitudes y se concedieron 200. "Hay siete peticiones por beca", precisan fuentes de la Obra Social de la caja. "Mientras que en 2010 esta relación era de 3,6 solicitudes por ayuda".

Pero la fuerte demanda encuentra su contraparte en unos tipos más bien altos. De esta forma, el BBVA comercializa, por ejemplo, el préstamo Máster Blue Joven, que cubre hasta 50.000 euros a un plazo de diez años y cuyo tipo de interés llega a euríbor más seis puntos con revisiones anuales.

En una línea similar camina también el que se puede considerar "el producto estrella", según la propia entidad, del Santander en educación. Se llama Total Universitario y cubre un techo de 80.000 euros a un plazo de diez años y con un tipo máximo que oscila entre euríbor más cinco o seis puntos y euríbor más 3,95% (para acceder a este tipo preferencial se exige buen expediente académico y vinculación con la entidad). La edad límite para solicitarlo son 31 años.

Por su parte, un competidor del Santander, como es CatalunyaCaixa, una caja que ha recibido ayudas públicas (2.968 millones de euros), sorprende al ofrecer unos tipos que bien pueden considerarse elevados y que demuestran el esfuerzo que les supone todavía prestar dinero a ciertas entidades reflotadas. La caja tiene tres fórmulas —cubren un importe máximo de 30.000 euros— para apoyar los estudios: Modalidad Inmediata (euríbor más 6%), Modalidad Diferida Parcial (euríbor más 6,75%) y Modalidad Diferida Total (euríbor más 7,50%).

Aunque, quizá, lo que más sorprenda, dentro de esta visita guiada a los costes de la educación, sea pensar que las elitistas escuelas de negocio tienen, en términos generales, mejores condiciones de financiación privada que otros estudios menos restringidos. Sin embargo, es así. El IESE —considerada una de las mejores escuelas de formación de directivos del mundo— ofrece, desde 2004, y a través del Global Loan del Banco Sabadell, intereses que varían entre euríbor más 1,5% (a los mejores expedientes) y euríbor más 5,5%. Con ellos, los estudiantes (casi un 50% pide ayuda para cursar un MBA o un EMBA) han de financiar programas caros. Un MBA cuesta 72.500 euros, el EMBA se va a los 63.500 euros y para sentarse en las aulas del exclusivo GEMBA hay que desembolsar 95.000 euros. A medio camino (25.350 euros) encontramos programas de alta dirección que llevan siglas como PADE, PDG o PDD.

Jaume Núñez, director de la Oficina de Ayuda Financiera del IESE, recalca la excepcionalidad de esos números, sobre todo de los porcentajes. "Otras escuelas tienen intereses más elevados que nosotros y cubren como mucho la mitad del coste del programa". Pero advierte sobre la dificultad del momento: "Conseguir financiación cada vez será más complicado".

Otro de esos encerados donde se forma la élite de los negocios es el Instituto de Empresa. Los precios de sus cursos de dirección de organizaciones corren paralelo a su prestigio. Y van desde 55.000 euros que cuesta el Executive MBA a los 102.000 dólares del Brown Executive, pasando por 63.000 euros que exige el programa Global Executive. En su caso, la escuela ha firmado acuerdos de financiación con el Banco Sabadell y la Banca March. Y recurrir a ellos resulta cada vez más común. "El 40% de los alumnos de postgrado recibe algún tipo de ayuda, pues las cosas han cambiando bastante. Uno de esos cambios es que las empresas, que antes financiaban estos cursos a sus trabajadores más valiosos, ahora no financian nada", revela Joël McConnell, director de IE Financial Aid.

Apretarse el cinturón es una consigna generalizada y esto provoca que en el caso de escuelas de negocio como Esic las peticiones de financiación hayan subido este curso un 25%. frente al año pasado.Además, el que puede paga al contado para evitar los costes del crédito. Así lo cuenta Felipe Llano, director adjunto a la dirección general de Esic, quien narra que desde hace cinco meses tienen un acuerdo con el Banco Popular para responder a ese fuerte crecimiento de las solicitudes. de ayuda financiera.Y eso que "nuestra vocación no es ser súper elitistas", puntualiza Felipe Llano. Como ejemplo pone los precios de sus cursos: 26.500 euros (International MBA), 21.800 euros (Part Time MBA) y 19.900 euros (Executive MBA).

Un escalafón más abajo —en términos de coste— reside la EOI. Es una de las escuelas de negocios más asequibles dentro de los baremos que maneja esta industria. Sus principales cursos de postgrado cuestan 18.590 euros (Full Time MBA), 18.830 euros (Part Time MBA) y 19.500 euros (Global MBA). Y más que por la financiación exterior apuestan por un programa de becas y por fraccionar (sin coste para el alumno) en ocho plazos los pagos. de esas matrículas.

Ahora bien, ¿esta educación de postgrado, en su equivalente en el sistema público, qué precio tiene? El estudio Quant Paga l'estudiant?, publicado por el Observatori del Sistema Universitari, describe que un máster oficial costaba, dependiendo del tipo concreto y de la comunidad, en la que se impartía,entre 875 y 7.000 euros en el curso 2011-2012. Unas cifras bastante más reducidas que en la educación privada, pero que se dan en un entorno de aumento de precios. Por ejemplo, en Cataluña, y según el Observatori, en la última década los estudios universitarios de grado se han encarecido entre un 13% y un 15%. sobre el IPC. FIN[CUADRADO]

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