Los expertos piden bajar las pensiones a cambio de más ayudas a los jóvenes

"Las personas mayores, en términos generales, están bien protegidas en España; las pensiones dan para vivir cómodamente y, en muchas ocasiones, para apoyar, además, a otros miembros de la familia que atraviesan dificultades", aseguró ayer Elisa Chuliá, doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense e investigadora de la Fundación para las Cajas de Ahorros (Funcas).
Partiendo de esta premisa, Chuliá -que ha coordinado la última publicación de Funcas, dedicada a las relaciones intergeneracionales- resumió ayer la posición de la mayoría de expertos que han participado en este documento, al abogar por la necesidad de "rediseñar el Estado del bienestar de forma que se reequilibre el apoyo estatal entre todas las generaciones".
Esto supondría, en la práctica, aminorar el grado de protección que se otorgará a las generaciones venideras de personas mayores en favor de más ayudas a los más jóvenes.
Chuliá no quiso concretar cómo se haría ese rediseño, por el enorme calado de ese debate, pero sí precisó que las generaciones nacidas en los años sesenta y después no han tenido unas vidas tan difíciles como las de quienes están ahora jubilados y, por tanto, "no tiene sentido que se jubilen a la misma edad o un año más tarde", añadió.
En este sentido, Dylan Kneale, del Centro Internacional de Longevidad de Londres, que ha participado en esta publicación, pone como ejemplo a Reino Unido, donde las políticas públicas se han orientado más a proteger a los mayores, lo que provoca "un riesgo creciente de tensión entre las generaciones".
Un millón de abuelas
Pero la publicación de Funcas destaca, al mismo tiempo, la importancia de la familia como "refugio ante la crisis" en España. Indica que más de un tercio de las abuelas (cerca de un millón) y una cuarta parte de los abuelos cuida regularmente a sus nietos, según la encuesta europea de envejecimiento (Share, en sus siglas en inglés). Además, el 42% de los mayores de 70 años vive con sus hijos. La duda que plantean los expertos es clara: "¿Hasta cuando aguantarán las familias?".
Despedidos con cuatro años de antigüedad
Es sabido que la crisis se ha cebado con el empleo de los más jóvenes. Pero es menos conocido que el impacto de la recesión en los trabajadores de más de más de 55 años ha sido prácticamente nulo en términos de tasa de empleo, que apenas ha variado entre 2005 y 2011, según los datos oficiales de la encuesta de población activa. Por el contrario, en este periodo, la tasa de ocupación de los jóvenes de entre 25 y 34 años ha bajado en 15 puntos porcentuales. La causa está, a tenor de los investigadores Miguel Ángel Malo y Begoña Cueto, en el coste del despido, que con la legislación anterior a la reforma se encarecía en mayor medida a partir del quinto año de antigüedad. De hecho, según la muestra continua de vidas laborales, la antigüedad media de los fijos despedidos durante la crisis es de cuatro años.