Finlandia no espera "milagros" del BCE, al que insta a "respetar" su cometido
El primer ministro finlandés, Jyrki Katainen, aseguró hoy en Tokio, donde se encuentra de visita oficial, que no espera "milagros" para solucionar la crisis por parte del Banco Central Europeo (BCE), al que insta a "respetar" su cometido sobre la estabilidad de precios.
Katainen, que se ha mostrado reticente a la hora de prestar ayuda financiera a países como Grecia, Portugal y España, evitó hacer declaraciones directas sobre el plan de compra de deuda por parte del BCE, organismo que considera "clave" para solucionar la crisis.
Las declaraciones de Katainen se producen en vísperas de que el emisor europeo se reúna para discutir la política monetaria de la zona euro y ofrezca nuevos detalles del programa de compra de deuda soberana, que podría contemplar la compra de bonos de hasta tres años en el mercado secundario de países con dificultades.
"Portugal, España o Italia están haciendo un gran trabajo (con las reformas) para combatir el déficit", añadió Katainen, que llegó a Tokio el domingo para una visita de cinco días, en una comparecencia celebrada hoy ante la prensa.
Según el presidente del BCE, el italiano Mario Draghi, mientras que comprar bonos a largo plazo o del mercado primario significaría una financiación monetaria que sobrepasaría el cometido del organismo, la compra de títulos de vencimientos cortos entra dentro de las competencias de la institución.
A mediados de agosto, el conservador Katainen señaló que es partidario de que países como España e Italia, con problemas para refinanciarse, utilicen el patrimonio estatal como garantía para acceder a las ayudas europeas, estrategia utilizada por su país cuando estuvo en dificultades en los años 90.
El jefe del Gobierno finlandés es muy crítico ante una posible compra masiva de deuda española, ya que en su opinión las operaciones en el mercado secundario del emisor europeo solo han relajado la situación "a corto plazo".
Como parte de su visita a Japón, el pasado lunes Katainen se reunió con su homólogo nipón, Yoshihiko Noda, con el que acordó la cooperación en materia de seguridad nuclear y el desarrollo de energía renovables.
El acuerdo se produce en un momento en el que Japón ha anunciado su compromiso de reducir su dependencia de las plantas atómicas a raíz de la crisis nuclear en la central de Fukushima desatada por el devastador tsunami de marzo de 2011.