Economía abre la puerta a una gestión privada del 'banco malo'
La reforma financiera aprobada el viernes por el Gobierno abre la puerta a la gestión privada del banco malo, la sociedad que absorberá los activos tóxicos de la banca intervenida. El decreto establece la posibilidad de que el FROB constituya una sociedad que gestione el banco malo.
El pasado viernes el Gobierno aprobó la reforma financiera que busca solucionar definitivamente la crisis bancaria y acabar con el lastre del boom inmobiliario. La constitución del banco malo, la sociedad a la que la banca rescatada traspasará sus activos tóxicos, será determinante para lograr este fin. Y aunque el decreto esboza ligeramente esta figura impuesta por Bruselas a cambio del rescate, sí deja abierta la puerta a la creación de una sociedad para su gestión.
"En caso de que la adecuada gestión de la sociedad de gestión de activos así lo hiciera conveniente, el FROB podrá constituir una sociedad gestora cuyo objeto consistirá en la gestión y administración del patrimonio de la sociedad de gestión de activos... Esta sociedad gestora adaptará su régimen jurídico a lo dispuesto en la Ley de Sociedades de Capital y en las demás normas del ordenamiento jurídico-privado". En definitiva, el texto deja abierta la posibilidad de que la gestión de banco malo vaya a manos privadas.
La estructura perfilada para el banco malo no está del todo cerrada puesto que queda por definir el tipo de activos que albergará y el precio al que se transferirán. El ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró el viernes que "el núcleo duro" de los traspasos corresponderán a inmuebles adjudicados y créditos promotores pero no se descarta que también incluya crédito dudoso a otros sectores, como consumo, algo pendiente de la negociación con Bruselas que deberá aprobarse en los próximos meses. De hecho, el decreto permite al banco malo crear varias sociedades o fondos para diferenciar los activos y atraer así a inversores específicos, por lo que no se puede descartar que si el FROB crea una sociedad para gestionar el banco malo acabe encargándose de coordinar la comercialización y búsqueda de inversores en las distintas sociedades que se creen.
El tipo de activos determinará el perfil de los gestores
El tipo de activos que incluya el banco malo es clave puesto que la naturaleza de cada uno es muy distinta, al igual que las capacidades requeridas para gestionarlos. El banco malo requerirá por tanto gestores de diferentes perfiles y no se descarta que pueda contar con parte de los empleados de las inmobiliarias de los bancos. Solo en las entidades nacionalizadas hay un millar de personas pendientes de su futuro laboral y de si se aprovecharán o no las estructuras creadas para comercializar sus inmuebles.
Primero, eso sí, hace falta constituir el banco malo. El modelo esbozado en el decreto habla de una sociedad anónima que debe nacer con un 50% de inversión privada. El Gobierno tiene hasta noviembre para ponerlo en marcha y la gran incógnita está en ver cómo capta ese capital para minimizar el coste para el Estado en los 15 años de vida que tendrá el banco malo.
La clave del atractivo que pueda generar esta sociedad a la hora de atraer inversores privados dependerá del precio y el tipo de activos que ofrezca. Cuanto más bajos sean, más posibilidades tendrá el Gobierno de encontrar capital privado. El problema es que cuanto mayor sea el descuento aplicado respecto al valor en libros, mayor será el agujero para la entidad que los transfiere, con el previsible impacto para el contribuyente.
Un tratamiento fiscal beneficioso
Beneficios fiscales para el banco malo. La estructura diseñada para el banco malo, la sociedad que aglutinará los activos tóxicos de la banca rescatada, busca incentivar su actividad gracias a la seguridad jurídica y un tratamiento fiscal beneficioso que facilite la llegada de inversores privados.El decreto de la reforma financiera recoge que los activos que pasen al banco malo, así como la compra de estos por parte de terceros, estarán exentos de pagar el impuesto de transmisiones, el IVA o el impuesto de actos jurídicos documentados. El Gobierno opta así por dar un tratamiento fiscal favorable a este vehículo para facilitar la salida de los activos que tendrá, el pesado lastre acumulado por los bancos en los últimos años como consecuencia del boom inmobiliario.El decreto aprobado por el Gobierno el pasado viernes también señala que el banco malo no se hará cargo de las cargas tributarias que tengan previamente los activos que sean traspasados, por lo que las obligaciones que tengan los bancos sobre dichos inmuebles no pasarán factura al banco malo y sus inversores. En definitiva, se busca crear un entorno fiscal y de máxima seguridad jurídica para los inversores que facilite la gestión de dichos activos.
'Road show'
El 'banco malo', o mal llamado banco malo, según el ministro de Guindos, ya tiene nombre: Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, SA. El Gobierno tiene previsto iniciar una campaña de promoción de la sociedad, road show, que incluirá presentaciones ante inversores a nivel internacional con el objetivo de captar ahorro privado.