La inversión española en viviendas en el extranjero se reduce a la mitad
La inversión que realizaron los ciudadanos españoles en inmuebles fuera de nuestras fronteras se redujo un 50% durante los tres primeros meses del año hasta situarse en 95 millones de euros, el menor desembolso que se contabiliza en un trimestre desde el mínimo de finales de 2010.
Los extranjeros invirtieron en los tres primeros meses del año 1.163 millones en adquirir inmuebles en nuestro país, lo que supone un repunte del 2,5 % con respecto a los datos de un año antes, y sitúa este importe como el mayor desembolso que realiza este colectivo desde el segundo trimestre de 2011.
Según los datos del Banco de España, la inversión de los españoles en inmuebles ubicados en otros países durante el primer trimestre -la tercera menor cifra desde hace tres años- se aleja aún más de los máximos que se alcanzaban en 2008, cuando este desembolso llegó a alcanzar los 550 millones en un trimestre.
Y es que, los datos actuales son un 83 % inferiores a los que se contabilizaban en los años de esplendor del sector inmobiliario, justo antes del estallido de la crisis económica y de la caída de la actividad constructora en España.
De hecho, el pasado año los españoles invirtieron 618 millones de euros en activos inmobiliarios fuera de su país, el 23,4 % menos que en 2011 y un 80 % menos si se compara con el récord de los 3.365 millones que se alcanzó en 2007.
Entre los factores que han podido influir en el retroceso de la inversión española destacan las restricciones crediticias, la menor renta de los españoles y la tasa de paro, que se superó los 5,6 millones en el trimestre y se situó en el 24,44 %, la más alta desde el primer trimestre de 1994, según los datos del INE.
Al contrario que la inversión española en el extranjero, la foránea en nuestro país se ha ido incrementando significativamente en los tres últimos años.
Sin embargo, y a pesar de que este repunte, el dinero que destinaron los extranjeros en inmuebles españoles alcanzó su nivel máximo en 2007 y 2008.
Atraer el interés de los inversores extranjeros en el sector inmobiliario español es un objetivo prioritario para el sector inmobiliario, que sitúa en 250.000 millones el número de viviendas turísticas, y que ve en esta fórmula una oportunidad para reducir el elevado "stock" de inmuebles que hay en nuestro país.