El rescate catalán pone plomo al Ibex
El éxito de la subasta del Tesoro no ha servido para levantar el ánimo de los inversores y menos cuando Cataluña ha concretado su necesidad de rescate. El Ibex está muy sensible y cualquier noticia, por conocida que sea, espanta a los inversores. Hoy se ha dejado un 0,88%
El Tesoro español ha pasado el examen de hoy con nota tras colocar deuda a corto con unos tipos de interés que han sufrido una significativa caída respecto a las rentabilidades que tuvo que pagar en la anterior colocación el 24 de julio. Pero a pesar del éxito de la subasta de letras a 3 y 6 meses de hoy, la Bolsa española siguió con un tono ligeramente negativo y la prima de riesgo se mantenía por encima de los 500 puntos básicos, en línea con la apertura de la sesión.
Entonces llegó la petición de rescate catalán. Son algo más de 5.000 millones los que solicita el Ejecutivo regional. Nada que no se esperara y nada que suponga una sorpresa. Pero está claro que no es una buena noticia y así lo entendió la Bolsa. Las caídas leves se fueron acentuando y llegaron a rozar el 1,5% en el Ibex. Tampoco la prima de riesgo se lo tomó demasiado bien. Los 500 son ya historia y la tendencia del mercado va más en busca de los 515 puntos que de otra cosa.
En un día plagado de noticias, los inversores casi juntaron la petición de rescate catalán con la rueda de prensa conjunta del presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, tras la reunión entre ambos. A los mercados les gustó la promesa de que se tomarán medidas en septiembre hacia la unión bancaria europea y la puerta abierta al rescate que ha dejado Rajoy. Pero no lo suficiente. Las caídas se moderaron levemente tras la comparecencia, aunque solo en el Ibex, porque la prima se mantuvo al alza. Al final, el Ibex ha cedido un 0,88%, aunque sigue cotizando por encima de los 7.300 puntos.
Otra vez, Bankia ha sido el peor valor del selectivo. Cae un 4,18% y cotiza a 1,17 euros. Tampoco ha sido el mejor día de las constructoras ni del sector bancario. En el lado contrario, Abengoa es la que más sube. Se anota un 3,8% tras presentar ayer su nuevo plan estratégico.
La prima, por su parte, estaba en 513 puntos a la hora del cierre de la Bolsa, suma cuatro jornadas al alza de las últimas cinco y vuelve a los niveles de mediados de agosto. La mala noticia es que el bono a diez años está muy cerca del 6,5% de rentabilidad. Aunque después de lo visto este verano los inversores están curados de espanto, se trata de una tasa que hace muy caro financiarse. Para quien le sirva de consuelo, la prima de riesgo nacional no ha sido la peor en la jornada de hoy. La italiana ha subido más, aunque todavía está en una cota que ya desearía cualquier español: por debajo de 450 puntos.
Tampoco ayudó durante la jornada el dato de PIB de España. La fuerte caída de la demanda nacional, un 3,9%, ha agravado la recesión en España. El INE ha confirmado la reducción del PIB en 0,4 puntos porcentuales en el segundo trimestre del año, pero ha elevado hasta el 1,3% la contracción de la economía en los últimos 12 meses.
Además, España ha tenido pocas referencias positivas a las que aferrarse más allá de los Pirineos. Los principales índices europeos han cotizado a la baja. Londres y Milán han salido mejor parados que el resto, con descensos muy ligeros, pero los índices de Alemania y Francia han sufrido algo más.
El euro, por su parte, cotizaba al cierre de los mercados a 1,257 dólares, frente a los 1,25 de ayer.
El resto de la semana se presenta interesante para los mercados. Y es que "en la mente de los inversores está la reunión que celebrarán los bancos centrales en Jackson Hole, Wyoming, el próximo viernes y en la que se espera que el presidente de la Reserva Federal, Bernanke, clarifiqué cuáles van a ser los próximos movimientos en materia de política monetaria de la institución que él preside", explican desde Link Securities. La firma de análisis considera que hasta entonces, los principales índices de las Bolsas occidentales se van a estar moviendo en un estrecho intervalo de precios, mientras que la actividad se mantendrá "bajo mínimos".
