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Crisis financiera y ajustes fiscales

España estudia cuándo y cómo pedir ayuda a Europa

El Gobierno no tiene prisa para pedir el rescate que espera el mercado. La exigencia de reformas y ajustes adicionales, el papel que juegue el BCE en apoyo de la deuda española y lo que haga Italia, condicionantes de la decisión.

Mariano Rajoy, con Mario Draghi en su encuentro en Barcelona en mayo
Mariano Rajoy, con Mario Draghi en su encuentro en Barcelona en mayo

Tenemos tiempo". El ministro de Economía, Luis de Guindos, concretó ayer en una entrevista concedida al diario Abc la misma idea expresada el viernes por Mariano Rajoy tras el Consejo de Ministros. España estudia la petición de ayuda desde que Mario Draghi, presidente del BCE, dejase bien claro el jueves que no comprará deuda hasta que España, o Italia, pidan oficialmente soporte financiero. Pero no parece tener prisa. Además de este mensaje, el Gobierno ha aclarado que necesita conocer los detalles de los mecanismos de soporte que pueda poner en marcha el BCE y que no espera recibir condicionantes adicionales a los del rescate de 100.000 millones a la banca.

A pesar de la disparada prima de riesgo española, 548 puntos a cierre del viernes en la deuda a 10 años, hay margen de maniobra. Durante agosto España no tiene subastas de deuda a largo plazo, aunque sí dos colocaciones de letras los días 24 (a 12 y 18 meses) y 31 (tres y seis meses). El Tesoro tiene liquidez de sobra hasta octubre, cuando afronta vencimientos por 29.000 millones. Y si bien los niveles de la prima de riesgo son insostenibles y generan un gravísimo deterioro en los mercados y en el clima económico, de momento no tendrán reflejo en el déficit. España puede convivir un tiempo con ellos, salvo que se agrave la fuga de depósitos.

Los tiempos europeos tampoco apremian. El primer Ecofin (reunión de los ministros de economía de la zona euro) está convocado para el 3 de septiembre. La Corte Constitucional alemana, que tiene que dar luz verde al mecanismo de rescate permanente, no decide hasta el 12. Ninguna de las dos fechas es un condicionante insuperable (se puede convocar un Ecofin extraordinario y pedir ayuda al fondo de rescate ya en vigor), pero Guindos comentaba en la citada entrevista que "podemos esperar hasta que todos estos detalles se despejen".

De momento, el viernes por la noche el Gobierno enviaba a Bruselas un plan presupuestario 2013-2014 que contemplaba un ajuste (entre recorte del gasto y aumento de los ingresos) de 102.000 millones. Este presupuesto bianual es una exigencia de la UE a los países que han roto los objetivos de déficit; Bruselas dio a España un año más para equilibrar sus cuentas, pero tiene que decir cómo lo hará. El cumplimiento de estos planes es ya una condición necesaria para el rescate bancario. La duda es qué condiciones adicionales puede conllevar la nueva petición de ayuda, que se concretarán en un acuerdo (llamado compromiso de entendimiento o MoU, por sus siglas en inglés) con Bruselas. El Gobierno sostiene que las medidas ya tomadas, más las incluidas en el plan presupuestario citado, deberían ser suficientes. Pero es un aspecto que tocará negociar, y Guindos no fue muy concreto ayer: "En muchos ámbitos nos reconocen estos esfuerzos. Cumplimos nuestra parte y nadie duda que lo seguiremos haciendo. Que este compromiso haya que ponerlo en un papel no es lo importante en mi opinión", aseguró a Abc.

La fórmula de la petición de ayuda no está tampoco definida. El fondo de rescate europeo dispone de varias opciones más allá del rescate total al que se acogieron Portugal, Grecia o Irlanda. Además, del rescate bancario, España podría solicitar una línea de crédito (opción poco verosímil), la compra de deuda en las subastas del Tesoro o la compra de deuda en el mercado secundario. Según publicó esta semana la prensa alemana, la opción que baraja el BCE es que España o Italia pidan que el fondo de rescate (o al mecanismo, si está ya operativo) compre deuda en las subastas mientras el BCE actúa en el mercado para limitar las subidas de la prima de riesgo.

De hecho, el papel que realmente juegue el BCE es la clave de las negociaciones. Fue una de las pocas cosas que dejó claras Mariano Rajoy tras el Consejo de Ministros: "Quiero conocer las medidas no convencionales que tomará el BCE", dijo en la rueda de prensa.

Según detalla el plan enviado a Bruselas, que toma cifras del FMI, las dudas sobre el euro hacen que España pague una prima de riesgo adicional de 200 puntos básicos "por cuestiones ajenas a la política económica española". Si el diferencial se reduce en 200 puntos básicos, España ahorraría 4.500 millones en intereses en 2013 y otros 7.500 en 2014. "Son 1,2 puntos de déficit, una parte importante del ajuste que hemos tenido que hacer", explica Guindos. Bajo esta tesis, si el BCE se compromete a limitar los tipos de interés, el ajuste sería más llevadero y el rescate, más eficaz.

Pero Fráncfort no ha ido tan lejos, ni mucho menos. Mario Draghi, aunque dijo que el banco está dispuesto a comprar deuda, no explicó cuánta, cómo o en qué condiciones. La experiencia del programa de compras de deuda puesto en marcha en 2010 no es muy halagüeña: el banco actuaba puntualmente y con cuentagotas, por lo que su efecto, a medio plazo, fue escaso. El jueves, Draghi solo concretó que las compras se centraría en plazos cortos. Los detalles se discutirían en los correspondientes comités.

Pugna en el consejo del BCE

En este sentido, es clave el juego de equilibrios dentro del BCE. De momento, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, se quedó solo al oponerse a la compra de deuda por el banco si España o Italia piden ayuda. Sus tradicionales aliados de Holanda, Finlandia, Luxemburgo o Austria, se posicionaron a favor de Draghi. El otro alemán con voto, Jörg Asmussen, se ausentó. Eso no ha evitado que la prensa conservadora alemana haya cargado contra Draghi este fin de semana, con alusiones a la inflación y a una supuesta incapacidad de la política monetaria para solucionar la crisis del euro. "La venganza será amarga", escribía el Frankfurter Allgemeine.

El otro punto caliente es, entre España e Italia, quién pide ayuda antes, y qué sucederá si uno de los dos se resiste. Aunque la situación financiera de ambos es insostenible, en términos de la negociación es distinta: España ya ha firmado un acuerdo (rescate bancario) y tendría una base para negociar. Italia, no. Monti pidió ayer en Der Spiegel "apoyo moral, no financiero", a Alemania, y el gobernador del Banco de Italia, Inazio Visco, aseguró que "por el momento, Italia no necesita acudir al fondo de rescate".

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